Ivana y las artes plásticas para prevenir el abuso infantil
Es artista plástica de Plottier y se capacitó en prevención. Desde 2015 realiza talleres para niños, niñas y adolescentes. Incorpora a las familias en el proceso.
Ivana Rossi es artista plástica, pasión que descubrió de grande. En 2015 se capacitó como preventora del abuso infantil en la fundación Epasi (Equipo de Prevención del Abuso Sexual Infantil). Y fue allí donde conjugó los dos motores de su trayecto actual. Hoy recibe a niños, niñas y adolescentes en su taller de Plottier.
Dicta talleres para niños, niñas, adolescentes y sus familias sobre pautas para evitar este flagelo que acosa a nivel mundial: el abuso de menores de edad. Y utiliza el arte para que los participantes puedan expresarse de una manera creativa y libre y obtener y aprehender en ese proceso, las herramientas necesarias, vitales para no ser víctimas.
“Aprendo Creando” es el nombre de su proyecto del que participan niños, niñas y adolescentes.
“En 2012 me capacite en una fundación en un curso en el que el marco teórico va de la mano de la psicoterapia. Todo lo que se aprende que sirve para dar prevención del abuso infantil se aplica en talleres para niños y adolescentes a través de lo lúdico. Noté que se trabajaba con los chicos y el taller quedaba ahí. Las familias no se involucraban con los temas. Si bien estaba todo muy bien planteado, siempre que quedaba ir un poco más allá. Entonces yo al ser artista plástica pensé de qué modo podía dar este taller a través del arte, utilizando el arte terapia que es una herramienta muy útil para incorporar cuando hay un aprendizajes de por medio. Y ahí surgió la posibilidad de conjugar el arte que me apasiona con esta temática que también me apasiona”, contó.
Paso siguiente fue involucrar en el proceso de aprendizaje de las herramientas para prevenir el abuso infantil a las familias de los niños, niñas y adolescentes que se sumaban al taller.
“No podemos pretender que niños pequeños, incluso adolescentes que están cada uno en su mundo y que tienen distinto desarrollo del cerebro, solos puedan empaparse realmente de una manera sólida de lo que necesitan tener para estar a salvo de este flagelo. Eso no es tratar los temas una sola vez y listo. Yo les doy las herramientas durante un año, pero después las familias tienen que continuar reforzando los aprendido durante todo su crecimiento”, fundamentó Ivana.
La metodología de los talleres que se dictan en Plottier, tiene dos aristas. Por un lado, se tratan los temas como autoestima sana, el espacio personal de cada uno, la percepción del propio cuerpo, el cuidado del propio cuerpo, las emociones, la persona de confianza, los secretos buenos y malos, entre otros, con los chicos con lenguaje sutil pero claro. Y reforzando estos contenidos al cierre de cada uno a través del arte. Los chicos trabajan con collages o cartapesta para trasladar a una obra todo lo que aprendieron.
Por otro, se organizan talleres vía Zoom con las familias donde las temáticas se exponen de otra manera. “Por ejemplo, se habla como la auto estima puede ser una posible puerta de entrada para un abusador”, explicó la artista plástica. En estas reuniones, lo que pide la preventora que cuando se encierre la pantalla no debe haber ningún menor de edad escuchando, por que yo les voy a datos de lo peor que es este flagelo”.
“Con los niños trabajo de una manera lúdica, sin asustarlo. No tengo una sola manera de dar el taller, trato de adaptarme al grupo porque algunos ya manejan algunos contenidos y otros no”, agregó.
“Me interesa mucho que puedan tener muy claro la peligrosidad de estos sujetos (abusadores) porque no hay un perfil que los caracterice. Su manera de actuar no es abrupta. Nunca van a abordar a un niño de golpe, van tomarse todo el tiempo que necesiten para poder captar la confianza y a partir de ahí comienza todo el círculo de las fases del abuso por parte de alguien cercano”, detalló Ivana.
Los talleres comienzan con el trabajo de la autoestima. La preventora explicó que a edades muy tempranas, los chicos no tienen conciencia de que eso existe. Cuando aprenden a desarrollar la mirada hacia uno mismo y se empiezan a respetar.“Empienzan a ser conscientes qué cosas les gustan y que cosas no. Si se respetan a ellos mismo adquieren la herramienta que les permite ser respetados por los demás. Ante una situación de peligro van a poder decir por ejemplo, esto no me gusta, mi cuerpo es mío y nadie me lo puede tocar”, dijo.
Otro de los temas no menores es poder incorporar en los niños y adolescentes la definición de persona de confianza, debido a que en la mayoría de los casos los abusos provienen de una persona de confianza.
“Los chicos aprenden a que se pueden mirar a sí mismos, se empiezan a importar como seres individuales. Incorporan el poder diferenciar lo que está bien de lo que está mal y poder contar lo que está mal o no corresponde”, concluyó la tallerista.
Secretos buenos, secretos malos
• En los talleres se habla de los secretos buenos y los malos.
• Se les cuenta a los niños que al finalizar el taller se presentará una muestra con los trabajos artísticos que realizaron. Y se les piden que no les cuenten a sus familias. Que sostengan el secreto.
• “Cuando llegamos al temas de los secretos, hablamos del secreto que compartimos y les pregunto ¿cómo nos hace sentir? Ellos saben que cuando un secreto nos da miedo, nos hace sentir incómodos o nos enoja es un secreto malo y hay que contarlo”, dijo la tallerista.
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