Insólito: le robaron 20.000 pesos en Roca, el ladrón se arrepintió y se los devolvió

Le usó dinero, pero luego fue a su casa en persona a devolverle todo. Al despedirse le pidió que fueran amigos.

Era domingo en horas de la noche. El estudiante llegó a su casa en Roca y dejó su mochila en el patio porque estaba haciendo tareas afuera. A la hora de irse a dormir volvió a buscarla y no la encontró. La buscó incansablemente pero había desaparecido.

Con toda la incertidumbre y ya sospechando de un robo, se fijó en su cuenta del home banking y se encontró con la desagradable sorpresa. Le habían gastado alrededor de 22.000 pesos de la tarjeta de débito. Y no solo eso. En la mochila llevaba sus documentos, tarjetas, las llaves de su propia casa y las de otras cuatro casas de personas que se las habían confiado.

«Así fuera que se hubiera llevado la mochila, tenía mi llave y sabía dónde vivía porque se la había llevado de mi casa. Así que tenía acceso libre», relató el muchacho. Fue así que decidió cambiar todas las cerraduras y luego se fue a continuar con su rutina.

Al volver a su casa se encuentra con que lo estaba esperando un auto en la puerta de su casa, de forma sospechosa circulaba a paso de hombre por aquel barrio en cercanías a la Ruta 6. Los hechos ocurrieron hace algunas semanas en mayo.

Al entrar a su casa, el chico ve que el auto retoma hacia él y se estaciona en la puerta. Se baja un muchacho, le pregunta su nombre y le informa que tiene su mochila con todo su contenido.

«Fue todo muy extraño, no sabía qué decir», dijo el joven damnificado


La coartada de esta persona es que supuestamente esa noche del robo, había visto a dos personas llevarse su mochila y que los fue a interceptar, cuestión que por motivos desconocidos se la terminó quedando él.

Se había fijado si pasaba la tarjeta para comprar un remedio para la muela y comida. «Todo muy extraño y yo no sabía qué decir», relató el damnificado.

«Me dice que en un rato, en unas horas, me la volvía a traer, que ahora tenía que hacer unas cosas», agregó en medio de un estado de nerviosismo del supuesto entregador. «Hasta me pidió disculpas y me abrazó, me decía que se sentía mal», contó.

Un encuentro, una charla y la devolución


La espera por la mochila se hizo larga. Pasaron las horas, pasó un día. Lograron contactarse y acordaron otro día y horario, en medio de la duda de todo lo que estaba ocurriendo.

Una charla

«Para esto ya le había sacado foto a la auto, había anotado la patente y todo. Me dice también por mensaje que le pase el CBU para hacerme la transferencia de lo que gastó», explicó el joven víctima.

Pasó el día comprometido y nada. No aparecía la mochila. No fue hasta varias horas después que coordinaron para encontrarse en otro lugar público y fue allí donde se concretó la entrega.

«Ojalá podamos seguir siendo amigos», le dijo el hombre al damnificado al despedirse y concretar la devolución. Lo cierto es que fue muy sospechoso para este joven. Nunca se supo quien fue el autor del robo, lo cierto es que no se descarta que quien la devolvió pueda haber sido.


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