Impulsó el fútbol femenino en Bariloche
Lorena García promovió las divisiones infantiles para generar un “semillero”. Tres jóvenes ya quedaron en grandes clubes de Buenos Aires.
Fue una de las impulsoras de las divisiones inferiores del fútbol infantil femenino en Bariloche y es una de las responsables de que la liga municipal hoy reúna alrededor de 20 equipos de mujeres.
Lorena García comenzó a jugar al fútbol cuando tenía tan solo 13 años. En ese momento, jugaba al handball, pero el mismo técnico le preguntó si quería jugar al fútbol y armó un equipo. A su padre no le gustó el trato y dejó. Pero fue solo por un tiempo. Una tarde jugaba al fútbol son su hermana en la puerta de su casa cuando unas chicas les preguntaron si querían sumarse a un equipo. Ahí empezó su carrera deportiva que mantiene hasta hoy.
“Para mí era una novedad que alguien armara un equipo de fútbol de mujeres. No sabía ni que existía el fútbol femenino. Recuerdo que era un torneo barrial con cuatro equipos. Con el tiempo, el técnico nos anotó en una liga en la que había treinta equipos”, contó García que hoy tiene 39 años y trabaja en un lavadero de una empresa de transporte. Sin embargo, no abandona su cable a tierra: su tarea como directora técnica.
Ya en ese momento, García, junto a sus compañeras, jugaban en una cancha de fútbol femenino -que, en ese momento, era de tierra y hoy es césped- en el predio del gimnasio municipal 3 en el barrio San Francisco I.
García dejó de jugar cuando tuvo a su hija. Pero continuó arbitrando en una liga barrial masculina. “Muchas nenas nos veían y no entendían cómo había mujeres árbitros. Nos preguntaban si había fútbol para ellas porque solo había primera división (para las más grandes) y ahí decidimos fomentar el fútbol infantil. Había mucho entusiasmo y lo cierto es que merecían una oportunidad”, comentó.
García pensó que si la idea era promover el fútbol femenino había que fomentar los llamados “semilleros” conformado por las más chicas, a partir de los 5 años. Invitó entonces a su hija, a las compañeras de la escuela, a las hijas de sus amigas y, de esta forma, fue impulsando el fútbol femenino en la ciudad.
Hoy, Valentina Calfante, una de sus alumnas, quedó en el club River Plate tras pasar dos pruebas. “Su mamá no quería que juegue porque era jugadora de hockey. Pero la convencí porque era muy buena”, dijo orgullosa.
Otra de las jóvenes, Mora Lucena, superó la prueba y quedó en Racing; mientras que Martina Hermosilla, la hija de García, se prepara para la reserva de Independiente.
“Estuve en Buenos Aires y noté que Bariloche no está muy alejado en cuanto al nivel. De todos modos, allá tienen más recursos”, expresó.
Ambiente machista
Bariloche hoy tiene liga municipal de fútbol femenino, participa en Lifuba (fútbol federado) y en la Liga de Adeful (solo de mayores). García mencionó que todavía hay muchas cosas por modificar que denotan un atraso. “Para estar en Lifuba, por ejemplo, tenés que tener un representante en el fútbol masculino en primera. Sin equipo masculino no podes participar. Luna Park tiene un gran equipo y gana torneos, pero no puede participar porque el fútbol masculino no está activo. En mi caso, me afilié al club San Esteban para que las chicas puedan jugar en futsal y en canchas al aire libre”, advirtió.
Señaló que si bien el fútbol femenino hoy ocupa un lugar a nivel deportivo en la ciudad, todavía se suspenden partidos por la falta de árbitros. “Sucede que prefieren el fútbol masculino porque les deja más dinero. El fútbol femenino tiene 30 minutos por tiempo; mientras que el masculino es de 45 minutos. Pero nunca le aflojamos. Nunca nos rendimos ante las dificultades que se nos presentaron”, dijo.
García consideró que Miriam Mayorga logró impulsar aún más el deporte en la ciudad. Esta jugadora comenzó a practicar el deporte con solo 10 años en el club Mutisias, pasó por Llao Llao y Juventud Unidad hasta llegar al club Luna Park. A los 22 años, el director técnico de UAI Urquiza la vio jugar en un torneo regional y le ofreció sumarla a su equipo que había salido campeón de la primera división de la AFA. De ahí, su carrera fue en ascenso: pasó a Boca Juniors e integra la Selección Argentina.
“Miriam representa un mensaje claro: todas tenemos la posibilidad de jugar y llegar. No es inalcanzable. Cada vez que viene a Bariloche, comparte momentos con nosotras y les deja un buen mensaje a las chiquitas”, manifestó.
Comentarios