Hospital Bonaparte y crisis en salud mental: «Cerrar es dejar a miles de personas sin tratamiento»

La voz de Julieta y otros profesionales que abordan las adicciones en Buenos Aires y son referencia para el país. El impacto en la población si desaparece la institución pública.

Cuatro días de protesta, abrazos simbólicos y asambleas se viven al interior del Hospital Nacional en Red «Laura Bonaparte», luego de la amenaza de cierre por parte del Gobierno Nacional.  

Se trata de una institución pública de envergadura y especializada en salud mental y adicciones ubicada en Capital Federal. “Es un hospital nacional y de todos”, dijo Julieta Chevallier, trabajadora social y hace siete años dedica sus días a atender pacientes.  

Desde el viernes a las 14, cuando se conoció la noticia del inminente cierre, pasó de trabajar, a resistir la medida junto a sus compañeros.

De la noche a la mañana, la crisis sanitaria que ya venían atravesando con más de 30 despidos y una cantidad similar de renuncias, se profundizó; y en vísperas a un fin de semana, el estado de alerta fue total cuando los notificaron de la decisión de gobierno que generó impacto nacional.  

Especializada en consumos problemáticos, Julieta pasa horas en el dispositivo de demanda espontánea -abierto de 8 a 20- donde reciben a todos los pacientes que llegan al hospital a pedir asistencia en salud mental y adicciones, sin distinción de clase, género ni edad.  

En diálogo con Diario RIO NEGRO, la profesional habló sobre la labor que realizan los 650 trabajadores de la salud que cumplen funciones en la institución: psicólogos, médicos psiquiatras, terapistas ocupacionales, musicoterapeutas, enfermeros, trabajadores sociales, entre otras disciplinas.  

“(El consumo) es una problemática muy compleja que atiende a personas que se encuentran en una situación de mucha vulnerabilidad», comentó.

Atendemos casos de abuso sexual, de trata, de intentos de suicidio, situaciones muy graves que requieren de un abordaje interdisciplinario”.

Julieta Chevallier, trabajadora social del Hospital Laura Bonaparte.

En un país con 24 jurisdicciones en el que escasean las instituciones públicas y el acceso a los tratamientos efectivos para personas en situación de consumo -y las múltiples problemáticas detrás de ese flagelo- ellos brindan un abordaje integral y gratuito.  

En el consultorio de demanda espontánea del Bonaparte, después de las primeras escuchas, articulan con los diferentes servicios ambulatorios del hospital o internación. En caso de que sea necesario, lo hacen con efectores de la zona de residencia del usuario.  

Además de eso, Julieta coordina dos grupos terapéuticos para mujeres y disidencias que atravesaron situaciones de violencia de género junto a otras dos psicólogas y lo hace avalada por su formación de posgrado en Salud Social y Comunitaria.  

Con cifras, los trabajadores desmienten el panorama que la cartera de Salud del gabinete de Javier Milei pretende instalar con el pretexto de una “baja ocupación” en medio de una política de reorganización del Estado.  

«En lo que va del año se realizaron 98.000 consultas en el hospital (de enero a septiembre) y 15.000 consultas en el dispositivo territorial”, aseguró la licenciada en Servicio Social. El hospital cuenta con 40 plazas de internación, actualmente a tope.

El hospital tiene un abanico de prestaciones que va desde la internación, hasta tratamiento ambulatorio y consultorios externos. Y tiene una línea nacional que es el 0800 que atiende demanda de todo el territorio nacional y un área formativa.

Ofrecemos este cursos, capacitaciones para personal de salud y particularmente para para trabajadoras y trabajadores del área de salud mental. «Hoy, gracias a la tecnología desde cualquier punto del país, tenemos atención ambulatoria de niños, niñas y adolescentes», agregó Leonardo Fernandez Camacho, delegado de ATE en el hospital a RIO NEGRO RADIO.

Permanencia en defensa del hospital y los usuarios


“El director del hospital nos comunicó que se había indicado desde el Ministerio de Salud (de Nación) el cierre del servicio de la Guardia y de Internación”, explicó Julieta Chevallier. Acto seguido, les llegó el “rumor” de que detrás venía un Decreto Ministerial con el cierre total de la institución, hecho que vienen resistiendo con una toma pacifica, asambleas y festivales. 

«Decidimos la permanencia en nuestro lugar de trabajo para defender al hospital, los tratamientos que brinda y nuestros puestos de trabajo”, alegó Julieta.  

“Recibimos adhesiones de más de 200 organizaciones, instituciones y usuarios, personas que pasaron por el servicio de capacitación, de formación del hospital, de investigación”, contó luego de la asamblea del día lunes y tras un abrazo simbólico masivo y conferencia de prensa con acompañamiento de la comunidad.

Para Fernández Camacho hay un ataque simbólico, ya que se trata de un hospital ligado a los derechos humanos por su identidad y su historia. «Lleva el nombre de Laura Bonaparte, una madre de Plaza de Mayo (…) Un hospital que lleva ese nombre con una carga simbólica», aseguró.  

Qué se pone en juego si cierra: el impacto en la población  


“Esta medida tiene un impacto muy grave”, aseguró Julieta Chevallier. Dijo que es un hospital nacional de referencia en abordaje interdisciplinario y centro capacitador para todo el interior, inclusive para Río Negro y Neuquén.

El golpe a la población que se atiende en las salas del Bonaparte sería “muy negativo” y lo fundamentó: “Las personas que nosotros atendemos no van a poder acceder a un tratamiento de estas características si tuvieran que abonarlo”, dijo.  

“No hay otros efectores porque la salud mental y la atención en salud pública está en crisis en este momento, hay déficit en la atención porque los hospitales y los centros de salud no dan abasto. Cerrar el hospital significa dejar a miles de personas sin tratamiento”, lanzó Julieta a Diario RIO NEGRO.  

Por otra parte, aclararon que si bien hasta el momento pudieron impedir el cierre, los puestos de trabajo no están garantizados con contratos precarios.  

“Lo contratos que se renuevan de manera trimestral se vencieron el 30 de septiembre y hasta ahora no firmamos los que van de octubre hasta diciembre. Nuestra situación laboral también es de máxima incertidumbre”, se lamentó.  

Para cerrar, la trabajadora social adelantó que solo levantarán la medida de permanencia y movilización cuando les garanticen que no se va a cerrar el hospital, que están garantizados los tratamientos, la medicación y los puestos de trabajo. 


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