Guardias médicas detonadas en Bariloche: «Consulté al médico si era una situación excepcional y me dijo que así era todos los días»

Las tres guardias de la ciudad cordillerana sostienen una demanda en crecimiento con la población local, los turistas, los egresados y las derivaciones de la región.

Era sábado por la tarde. Miguel, un afiliado del Ipross, concurrió a la guardia médica privada por un fuerte dolor de cintura. La espera era larga: tenía 20 personas adelante. Aguardó unas horas hasta que finalmente, llegó su turno.

“La atención fue excelente pero había de todo: gente con gripe, lesionados. Le pregunté al médico si era una situación excepcional por ser un sábado y me dijo que así era todos los días”, señaló el hombre jubilado de 64 años.

La situación de Miguel se replica una y otra vez. En el ámbito público y privado de salud.

Bariloche cuenta con tres guardias médicas (una correspondiente al Hospital Ramón Carrillo y dos privadas). Según los datos del último censo, la ciudad cordillerana tiene 135.755 habitantes, a los que se suman miles de turistas que visitan la ciudad y la derivación de pacientes de la región que no disponen de centros de complejidad.

La guardia del sanatorio San Carlos, ubicado en el kilómetro 1 de la avenida Bustillo, maneja un volúmen de entre 80 y 120 pacientes por día. La situación se torna más compleja durante la temporada alta ya que este centro médico cubre la demanda de turistas y egresados.

La médica clínica Marcela Plomer, coordinadora general de la guardia de adultos del sanatorio San Carlos, explicó que “el tiempo de espera es variable porque todo depende de la patología que ingresa. Hay días que tenemos dos o tres horas de espera. Hay muchos cuadros respiratorios no graves, casos clínicos y traumatológicos, especialmente por el esquí en el cerro Catedral”, explicó la médica al tiempo que aclaró que se priorizan las patologías graves y a las personas mayores de edad.

Este centro privado cuenta con cuatro médicos en cada guardia. “Los tiempos de espera no solo están determinados por el volumen de médicos y la cantidad de pacientes sino por las patologías. De todos modos, siempre estamos en búsqueda de personal porque es variable el movimiento. En la guardia, los médicos no son tan estables en el tiempo porque aquellos que tienen una especialidad buscan sus rumbos”, indicó Plomer. Admitió que es médica clínica y que “le interesa el abordaje de las patologías de la guardia”, aunque sabe que esta pasión no se repite entre muchos de sus colegas que prefieren hacer consultorio.

Espera de hasta 6 horas

El libro de guardia del Hospital Privado Regional (HPR) registra unas 500 personas anotadas por día aproximadamente. Los mismos profesionales admiten que los pacientes han llegado a esperar hasta 6 horas para ser atendidos y saben que mucha gente opta por abandonar su turno.

Según indican desde la institución, la demanda aumentó notablemente en los últimos años. Tres médicos son los responsables de atender la guardia en cada turno.

Esta clínica privada brinda cobertura a los afiliados del Pami, Ipross y la obra social UP, las mayores prestaciones, pero además, recibe pacientes que requieren atención de alta complejidad de la zona de Esquel y la Línea Sur.

“Las camas no dan abasto en internación y en terapia. Recibimos muchas derivaciones y eso nos complica aún más. Somos, por ejemplo, el único sanatorio que trabaja con Pami”, argumentó Marcelo Curugual, gerente del HPR.

Aseguró que muchas consultas «se intentan resolver a través de los consultorios externos. Se trata de buscar la vuelta. Pero hay un aumento importante: tiempo atrás, los jueves, viernes y fines de semana bajaba la ocupación de camas. Ya no. Trabajamos a cama caliente. Sacas un paciente y entra otro«. Por eso, advirtió, estamos focalizados en evitar infecciones intrahospitalarias y evaluamos caso a caso cada internación».

Curugual admitió también que es difícil encontrar profesionales especialmente en esta época del año. «Al estar activo el cerro y el turismo estudiantil, muchos médicos no buscan la estabilidad sino lo económico. No están mal pagos, pero en temporada en Bariloche hacen una diferencia trabajando con el turismo», planteó.

Pacientes con obras sociales y lesionados en el cerro, pero baja la atención en el hospital

En contraposición al aumento de demanda en los centros privados, el hospital Ramón Carrillo registra una caída del 22% en la atención de su guardia médica durante el primer semestre del año.

Los números son llamativos porque advierten que reciben cada vez más consultas por parte de personas que tienen cobertura social e incluso, en esta época, requerimientos por lesiones en la montaña.

En febrero del 2023, hubo 3.940 consultas en la guardia, contra 3.700 en el mismo mes de este año. En julio del año pasado, se atendieron a 5.023 pacientes y fueron 3.600, en el mismo período de este año. Según los informes, el primer semestre de 2023, se recibieron 26.955 consultas y en la primera parte de este año, fueron 21.258.

“La gente consulta menos. No sabemos las razones. Puede ser que los pacientes accedan a los centros de salud o a los consultorios de demanda espontánea destinados a pacientes sin urgencia. O que concurran al sector privado”, resumió el médico Víctor Parodi, responsable de la Secretaría Técnica del Hospital Ramón Carrillo de Bariloche.

La guardia central de adultos está cubierta por tres médicos; mientras que la pediátrica cuenta entre uno o dos profesionales, según el horario. El tiempo de espera, acotó Parodi, puede variar entre 40 minutos a 3 horas.

«Podés tener ocho pacientes en sala de espera. Con tres médicos se puede cubrir perfectamente. Pero cada paciente presenta una patología diferente que lleva tiempo diferente. Una angina no es lo mismo que una neumonia o un paro cardíaco. Las esperas cambian. A veces, las persona consideran que lo suyo es más urgente que lo del resto», manifestó Parodi.

En relación al Sistema Integral de Atención Rionegrina de Medicina de Emergencia (SIARME) que puso en marcha el gobierno rionegrino, el médico de Bariloche aclaró que no resulta sencillo conseguir profesionales «de emergencia para arriba de la ambulancia”. “Hay veces en que tiene que salir el médico de la guardia central ante un código rojo de urgencia. Entonces, de los tres médicos quedan solo dos. Por ende, el tiempo de atención aumenta”, señaló.

En el hospital Ramón Carrillo, solo hay 5 médicos de planta exclusivos de la guardia. El resto, un 80%, provienen de los centros de salud. Esta situación repercute en las agendas de los centros de los barrios (al día siguiente de la guardia, al médico le corresponde un franco, con lo cual se reduce la cantidad de profesionales para atender).


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