Graves denuncias, conflicto interno y bomberos acuartelados en el cuartel Ruca Cura de Bariloche

El cuartel de bomberos Ruca Cura, que atiende emergencias en una vasta jurisdicción de la zona oeste de la ciudad, quedó enredado en un grave conflicto interno desde anoche, cuando cuatro suboficiales encabezados por Julián Scolaro se autoacuartelaron para denunciar abusos que atribuyen a uno de sus superiores.

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Aseguraron además que el servicio que brindan se encuentra disminuido porque el edificio tiene goteras y riesgo de electrocución, la mayoría de los móviles tienen piezas faltantes, carecen de RTO al día e incluso les faltó carga de agua en un incendio al que acudieron la semana pasada y que terminó con “pérdidas totales”.

También dijeron que la Asociación Bomberos Ruca Cura arrastra irregularidades administrativas y el último balance aprobado data de 2020. Pero lo más delicado -según lo dicho por Scolaro- es la denuncia que pesa sobre un oficial por abuso de autoridad y violencia de género, contra una bombera del cuartel.

Señaló que existe una causa penal por ese caso, que incluso se dispuso una restricción de acercamiento preventivo contra el acusado, pero aun así en la asociación de bomberos “no hubo ningún sumario interno”, en cambio sí le iniciaron un sumario a él por la insubordinación.

El intento por obtener la versión de las autoridades resultó infructuoso. La jefa del cuartel, Paula Ruiz, se excusó de atender el llamado de este medio.

La subsecretaria de Protección Civil del municipio, Patricia Díaz, se presentó anoche en el cuartel con la voluntad de “ofrecer una mediación” entre las partes, iniciativa que no prosperó. Dijo hoy que su preocupación tenía que ver con la operatividad de Bomberos Ruca Cura, pero le aseguraron que no está afectada.

Scolaro confirmó que los bomberos siguen a disposición para acudir ante cualquier llamado o emergencia entre los kilómetros 10 y 15 (que es su área de cobertura), pero dijo que la irregularidad persiste porque los jefes “no dejan entrar” a los efectivos al cuartel. “El reglamento interno es muy hermético y hay mucho miedo”, afirmó.

En total son unos 40 los bomberos en servicio en Ruca Cura, del que depende también el destacamento Colonia Suiza. La asociación recibe subsidios de la Nación, de provincia y también es asistido regularmente con fondos del municipio a través del Simbov, sostenido con una tasa obligatoria que pagan todos los vecinos.

El concejal Gerardo Ávila, integrante del directorio del Simbov, dijo que no le consta que haya irregularidades administrativas y que todos los cuarteles (son cuatro en total) deben tener sus rendiciones al día para recibir nuevas partidas. En el caso de Ruca Cura no hay corte de ningún tipo.

Sobre los balances, Ávila señaló que confeccionarlos y aprobarlos es un trámite que lleva tiempo y que el propio Simbov está en pleno intercambio con el Tribunal de Contralor para cerrar el correspondiente al ejercicio 2019.

El bombero que encabeza la rebelión insistió en que existe una investigación judicial de por medio y que en el cuartel “siempre se minimizó el maltrato”. Aseguró que varias veces pidieron explicaciones y nunca tuvieron respuesta.

“Uno lo hace de vocación y se apasiona con esto, pero te tratan de una manera que no corresponde, hay persecución y todo se tapa”, dijo Scolaro, que se bombero desde hace siete años.

En el informe que elaboró con sus pares enumeraron las falencias de infraestructura y equipamiento que arrastra el cuartel, “los graves problemas edilicios, las filtraciones de agua, los móviles“ que no cumplen con los estándares de seguridad debido a fallas mecánicas y la falta de mantenimiento”.

También señalaron que hay “falta de transparencia” y que han notado “procedimientos poco claros en situaciones disciplinarias y sanciones”, que generaron “malestar en el cuerpo activo”.