Le donaron forraje para los caballos que rescató del fuego en Los Alerces: «Qué lindo cuando los amigos están»
El incendio en el Parque Nacional dejó a Esteban Bravo sin su sustento, las cabalgatas. Con las llamas se le desbandaron los caballos, aun busca a tres yeguas y se quedó sin alimento para los que salvó del fuego. Ayer vecinos solidarios de Esquel y Trevelin le llevaron 40 fardos.
Esteban Bravo vive una larga odisea desde la noche del 25 de enero, cuando empezaron a arder dos sospechosos focos simultáneos en el bosque nativo kilómetros arriba del arroyo Centinela. Dos semanas después, las llamas arrasaron ya más de 7500 hectáreas del Parque Nacional Los Alerces, al oeste de Chubut. Apenas supo del incendio se la vio venir y la primera reacción fue hacer cortafuegos para proteger el Complejo de cabañas y camping Rincón de Sol de los hermanos Rosales, a 50 km de Esquel. Ahí, como cada verano, Esteban está a cargo de las cabalgatas que organiza a orillas del lago Futalaufquen, pero las llamas descontroladas cambiaron todos los planes: los caballos se espantaron, salió a buscarlos, los recuperó a todos a metros del fuego menos a dos yeguas y una potranca que aún, espera, permanecen en las alturas de un cerro al que no se puede llegar, se quedó sin alimento para sus animales y ayer entrañables vecinos de Esquel y Trevelin se le aparecieron con una camioneta cargada con fardos que le donaron al amigo en problemas. Esta es la historia de desesperación y solidaridad en medio del fuego al pie de la Cordillera de los Andes.
Al rescate de sus caballos
Con el incendio desatado, enseguida se instalaron bomberos de Corcovado en el complejo Rincón del sol: allí establecieron la base de operaciones para salir a atacar las llamas, que ser acercaron hasta unos 800 metros antes de que pudieran ser contenidas, aunque llegaron a dañar una pequeña parte del tendido eléctrico.
Con tanto movimiento y tranqueras abiertas, con el peligro cerca, los caballos se desbandaron y Esteban debió salir al rescate. Por esos días, sin cabalgatas y entonces sin ingresos, no podía comprar forraje ni soltar a los caballos para que se alimenten y los llevó a pastar cerca de la ruta. Y en un video que en la cuenta de Diario Río Negro en Instagram ya tiene 250 mil reproducciones, dijo todo lo que pensaba, sin vueltas.
El video que conmovió a todos
Al lado de sus animales, a metros de la ruta, Esteban dijo: «Acá estoy con mis caballitos. Tengo una calentura terrible con estos hdp. Es terrible. Ahora tengo que andar en la ruta moviendo a los caballos para poderlos alimentar».
«Me cagaron el sustento de los pobres animales, me cagaron el laburo, es terrible ver cómo el fuego avanza. Y los pobres brigadistas luchando con el fuego en el frente con este viento», agregó al borde de las lágrimas.
«¿Por qué carajo hacen esto? Ahora tengo que mover a los caballos. No se si me escaparon a la ruta. Ya no tengo dinero para comprar forraje para mis caballos. La verdad que duele destruir tanta naturaleza, tanta diversidad de bosque», continuó indignado.
«No puedo aguantar esto. Una cosa es tener un sueldo y llegar a fin de mes, pero así es complicado. Estoy agotado de tantos días así. La verdad que duele. Por el trabajo, por el bosque, no lo vamos a recuperar más. Un amigo me dio lugar en un campo para los caballos por unos días. Yo al campo no lo puedo largar, se me están agotando las baterías pero tengo que seguir. Cambia la dirección del viento y cambia todo. Hay que andar a las corridas para sacar a los caballos por culpa de unos ignorantes que destruyeron todo en un día», continuó.
Estaban contó también que cuando fue a rescatar a sus caballos observó vacas que trataban de huir y algunas que no lo consiguieron. Pumas mucho más ágiles que escapaban indemnes y jabalíes y ciervos desesperados por encontrar la manera de escapar.
El fuego, las brasas y la búsqueda de dos yeguas y una potranca
Por los focos activos y las brasas, Esteban aún no pudo llegar hasta el lugar donde cree que podrían andar dos yeguas y una potranca de tres años, en las altura de un cerro, a unos 9 kilómetros de Rincón del Sol. Intentará llegar hasta ellas apenas pueda y confía en que su instinto las proteja hasta entonces, ya que solían pastar por ahí y volver, pero ahora no pueden.
En estos días, un amigo le dejó llevar a sus caballos a un campo. Y ahora se está organizando para mudar sus cabalgatas a Parque Brychan, a cinco km de Trevelin, le resta resolver trámites, pero confía en que pronto volveré a estar en marcha.
«Ojalá que sí, necesitamos trabajar, necesitamos el ingreso. Acá toda la familia da una mano. Estoy con mis hijos codo a codo. ¿Qué hacen? Nehuén estudia para guardaparque y también quiere ser bombero. Y Sofía estudia para veterinaria, ahora le encaramos juntos al laburo con los pingos», contó Esteban.
«Qué lindo cuando los amigos están»
En esta historia con tanta bronca y desesperación al ver tanta naturaleza destruida, ayer hubo unos minutos para la emoción, la sonrisas y los abrazos.
Es que se le aparecieron en el campo amigos de Esquel y Trevelin. Ahí estaban, con la camioneta cargada de fardos, Majo, Fabián, Patricia, Tere y Malvina. «Fuerza, sos un luchador, vas a salir adelante», le dijeron. Esteban se emocionó. También otros vecinos e incluso desde otras ciudades lo contactaron para dale una mano.
Por un instante se olvidó de la bronca por los dos años que habrá que esperar para que se recupere el campo y los caballos puedan comer. Después, los amigos volvieron al trabajo y Esteban con sus hijos a la tarea de mudar todo a Trevelín, mientras bomberos y brigadistas seguían peleándole al fuego allá arriba.
Unos destruyen, otros reparan. La historia del mundo en la Patagonia en llamas.
Contacto de Esteban Bravo: https://www.instagram.com/cabalgatas_rincondelsol/
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