Giuliana, la cantante de ópera de Río Negro que alcanza notas celestiales en Europa

Al igual que un río que fluye con fuerza e intensidad, la voz de Giuliana inunda los corazones de quienes la escuchan, sacudiéndolos en un viaje emocional. La historia de una joven de Regina que brilla en el mundo.

Sus palabras, su relato, brotan como una canción. Escucharla hablar es como oírla cantar. La armonía, y musicalidad de su voz generan sensaciones: María Giuliana Seguino es soprano y rompe los esquemas. Nació y creció en Villa Regina y pasó de ser una pequeña niña que cantaba en los actos de la escuela a ser una exitosa cantante lírica en las óperas de Europa, cuna de la música clásica.  

Su indiscutible determinación, la llevó por distintos caminos hasta encontrar su nicho en la ópera. En todos esos senderos que recorrió, estuvo su madre como más fiel consejera, quien desde sus primeros pasos la guió por las veredas del arte. 

“Crecí cantando, crecí en el escenario”, contó. En Regina, estudió canto en la Escuela de Arte. Su voz y su talento infinito la llevaron a trabajar y vivir de la ópera en Europa. Actualmente tiene 31 años y reside la mitad de tiempo en Francia y la otra mitad en Suiza. 

Con 31 años, Giuliana conquista prestigiosos teatros de Europa con su voz. Foto: gentileza

Su primer género fue el folklore, empezó en el jardín de infantes y desde ahí no dejó de cantar nunca. ”Me lo pasaba bailando y cantando. Era muy inquieta, así que toda esa energía que tenía desde muy chica había que canalizarla por algún lado”, confesó. A los 7 años hizo su primer concurso de canto donde obtuvo el segundo puesto con su profesor de Música en la Escuela Niño Jesús de Regina. 

Como un hito en sus inicios recuerda que cantó a la par de Peteco Carabajal. La música, el canto y su cuerpo en escena eran parte de su vida, su esencia. Donde la veían, la invitaban a cantar ya sea un cumpleaños o festival a beneficio en su ciudad natal. 

Solo una crisis existencial en la adolescencia la puso al borde de dejar su vocación; pero el destino no la dejó. Sus compañeras de la escuela la cuestionaban porque cantaba folklore y no Bandana o Chiquititas, lo de moda. “Vos tenés que cantar lo que a vos te haga feliz”, fue la respuesta de su madre, quien nuevamente fue el faro que alumbró su camino. 

En la adolescencia empezó a probar otros géneros como el rock y entre los 15 y 17 años empezó a probar su voz en bandas locales. Fiel a sus orígenes, Giuliana estudió italiano y sabe hablar a la perfección desde chica.

Mi sueño siempre fue cantar en Italia. Mis abuelos eran italianos, nosotros somos todos de tradición italiana”, contó la joven artista.

Al terminar el secundario, se mudó a Buenos Aires para estudiar Traductorado Público de Italiano. Una parte de ella sabía que en Capital Federal podía estudiar música y canto. Por una casualidad, supo que un amigo de su hermana empezaba en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla y que eran las últimas horas para inscribirse a la carrera de Canto. “Así fue como corrí para hacer todo y llegar a inscribirme”, relató. No tenía conocimientos profundos de música, lectura de partitura, dictado rítmico, melódico; pero rindió el examen y para su sorpresa, quedó. 

Realmente quería dedicar su vida a cantar. Se puso a pensar si quería pasar sus días traduciendo detrás de un escritorio o cantando en un escenario. La respuesta brotó como una revelación. 

Logró su primer título a los 22 años como Técnica en Música con orientación en Canto y luego se recibió de la Licenciatura en Artes Musicales con orientación en Canto Lírico, a los 28 años, en plena pandemia. 

Recital de graduación en Buenos Aires en plena pandemia.

Trabajó para mantener su vida en Buenos Aires a 1200 kilómetros de su hogar, con el apoyo pleno de su familia. Luego del Conservatorio Manuel de Falla, se inscribió en la Universidad Nacional de las Artes, con una formación similar pero con una apertura hacia el exterior. 

Estudió un año en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y luego se fue a recorrer el mundo con su valija y su voz. La primera parada fue Francia, donde hizo un máster en Interpretación con orientación en canto lírico desde 2021 hasta este año, que lo finalizó. 

“No me esperaba ni Francia, ni Suiza, jamás. Cantar en Alemania, menos que menos. No hablo alemán todavía, estoy estudiando pero no lo hablo fluido y aprendí francés en ocho meses”

Giuliana Seguino, cantante de ópera de Regina en Europa

Ahora está cursando otro posgrado, un máster en ópera en Suiza. En Francia, audicionó para el coro de la Ópera Nacional del Rhin sin mucha expectativa y quedó seleccionada. También ganó becas para importantes festivales.

Si bien ya cantó en Italia, admitió que ese sueño de niña todavía la está esperando. “Estoy cerca, solo a unos kilómetros, pero el público de la ópera en Italia es muy exigente y solamente voy a animarme a dar ese paso cuando me sienta lista”, aseguró.  

Descubrió un mundo detrás de las obras en francés, inglés, alemán, ruso. “La ópera reunía todo lo que a mí me interesaba, el teatro y el canto”, resumió. “El conservatorio me permitió descubrir ese nuevo mundo”, contó, totalmente desconocido para ella en Regina ya que nunca había visto una orquesta en la región.

La ópera y un estilo de vida 


Ser cantante es un estilo de vida. Todo gira en torno a eso, lo que comes para cuidarte, para que no te dé reflujo, no tomás alcohol porque cuidas tus cuerdas vocales, no tomás frío, tenés que dormir más de ocho horas, tomar muchísima agua. Si tenés un concierto importante, no vas a reuniones sociales, sólo a dormir”, confesó sobre las rutinas que atraviesa día a día para lograr sus objetivos. 

La ópera conlleva un desarrollo técnico muy específico ya que el sonido tiene que estar limpio, perfecto. El volumen es lo principal y se genera amplificando la voz a partir del cuerpo, sin micrófono ni parlante. 

“Es un camino con muchas renuncias, con mucha determinación, hay que tener mucha constancia. Tiene una exigencia como un deporte de alto rendimiento”, ejemplificó.  

Giuliana Seguino, cantante de ópera de Regina en Europa

El folckore y la fidelidad a sus raíces


Giuliana no abandonó el folclore que amaba desde chica. Con su esposo, conformaron un dúo que ronda por algunos escenarios del viejo continente. La tradición argentina se replicó en Bruselas, Madrid, Barcelona y la Embajada de Roma. 

“No me olvido que soy argentina, al contrario, me encanta cantar la música folclórica, tango, me encanta representar a nuestro país. Es mi música con la que nací, con la que me crié” dijo y contó una anécdota: “Para los alemanes Atahualpa Yupanqui era como Bach”, entre risas. 

Giuliana cantando en concursos de folckore en su adolescencia e infancia.

“Yo amo mi país. Villa Regina para mí es mi hogar. Extraño mucho las manzanas y el olor a las peras y las manzanas florecidas. Mi papá es agricultor, así que es mi tierra, mi lugar”

Giuliana Seguino, cantante de ópera de Regina en Europa

“Es muy paradójico que mis abuelos se hayan ido de Europa por la guerra para buscar un lugar con mayores posibilidades y en este momento yo esté en Europa buscando las mejores posibilidades para mí”, redondeó y la emoción se coló en su voz. 


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