Fuerte reclamo por seguridad vial en barrios próximos a la ruta 40 en Bariloche
Un choque frontal que dejó hace una semana tres personas muertas reactivó el pedido de dirigentes vecinales de la zona sur de esta ciudad por medidas de prevención. Vialidad Nacional no da respuestas y el municipio propone instalar semáforos.
El grave choque frontal ocurrido hace una semana en el acceso sur de Bariloche que segó la vida de tres personas y dejó con graves heridas a una cuarta fue tomado por los vecinos de los barrios cercanos como “la gota que colma el vaso” de un reclamo por mayor seguridad vial, que sostienen desde hace más de cinco años.
La superposición de jurisdicciones entre Vialidad Nacional y el municipio y la rapidez para deslindar responsabilidades es la única conclusión que pudieron obtener hasta ahora ante cada nota o correo que han enviado en busca de respuestas.
La ruta nacional 40 funciona allí casi como una avenida urbana, con alto tránsito pasante a velocidades que son un riesgo constante para los peatones que usan las banquinas, para los que esperan el colectivo, los que necesitan cruzar y también para los vehículos que buscan ingresar o salir de los barrios allí asentados.
La presidente de la junta vecinal de El Pilar I, Natalia San Martín, dijo que hace ya seis años pidieron por primera vez alguna solución para los riesgos de tránsito sobre la ruta, en el acceso al barrio. “Pedimos luminarias, cartelería, reductores de velocidad y una dársena, porque esto así como está es un peligro”, aseguró.
Según la dirigente, los riesgos de la ruta son una preocupación compartida con la escuela 329, con el barrio El Pilar II, el barrio privado Dos Valles y otros cercanos como el 29 de Septiembre y el 645 Viviendas. También el centro de salud de El Pilar genera movimiento que impacta sobre el único acceso y la ruta 40.
San Martín dijo que presentaron varias notas por escrito, la última en julio pasado, y siempre la respuesta fue “el silencio”. Admitió que los reductores de velocidad (según les comunicaron en forma verbal) son inviables en una ruta nacional. Pero consideró que debería haber otras medidas de prevención, al menos cartelería y luminarias.
Aseguró que “bajar de la ruta es muy complicado” y a veces los automovilistas deben quedar con el guiño puesto varios minutos hasta que alguien les de paso. Lo mismo ocurre con el colectivo de la línea 40, que ingresa al barrio. Más compleja aun es la situación que enfrentan los peatones.
Un choque fatal
El lunes pasado a media mañana dos vehículos chocaron en ese punto, de frente y a alta velocidad. Una turista y su esposo que viajaban en un Renault Kangoo perdieron la vida tras la colisión. También, el conductor de un VW Suran que chocó contra el utilitario. Un tercer ocupante de la Kangooo permanece internado en grave estado.
San Martín dijo que hubo ya otros accidentes anteriores de los que pocos tienen registro porque no tuvieron un saldo tan trágico. Pero otro hecho parecido la semana anterior involucró a tres autos, aunque solo dejó “daños materiales”. Y meses atrás una joven fue atropellada en el lugar cuando intentaba cruzar.
Ese tramo de la ruta 40 comprende unos 2,5 kilómetros, sin curvas, y vincula la calle de ingreso a Arelauquen con la rotonda de la Circunvalación.
Además de los barrios señalados, donde viven cientos de familias, el movimiento se intensifica porque del lado norte de la ruta está el vertedero que recibe los residuos de toda la ciudad.
Los dirigentes vecinales tienen claro que la responsabilidad primera es de Vialidad Nacional, pero no han conseguido que el organismo ponga atención en el tema. Este medio pidió información a Vialidad, desde donde solo comunicaron que “en el barrio Pilar no hay ninguna obra proyectada y más al sur tampoco”.
La inquietud sobre el peligro que representa la ruta 40 sur también movilizó a la comisión vecinal de Dos Valles, el barrio privado que comparte ingreso con El Pilar y donde viven ya más de 100 familias, aunque tiene parcelas para albergar a unas 800.
La arquitecta Grace Overgaard, vecina de Dos Valles, dijo que presentaron el año pasado a Vialidad Nacional una propuesta elaborada, con planos incluidos, para iluminar desde la rotonda hasta el ingreso a Arelauquen y para construir un “derivador” de ingreso a los barrios, que permita girar con seguridad. “Tenían que contestar, pero nunca recibimos nada”, afirmó.
Aseguró que además de la cantidad de habitantes que tienen los barrios afectados, de la escuela y del centro de salud, el tránsito vehicular se intensifica por una cantera que genera entrada y salida constante de camiones.
“A futuro hay que pensar soluciones y supongo que lo tienen presente, porque esto va a crecer un montón”, dijo la profesional.
La presidente del barrio Pilar II, Margarita Cheirasco, coincidió en lo apuntado y dijo que la ruta es un factor de conflicto permanente. “Basta con ver las colas que se arman en los horarios pico, al mediodía por ejemplo. Los bocinazos, las frenadas de los autos y el peligro que es cruzar”, aseguró.
Además de la indefensión de los peatones, también los automovilistas tienen que “jugársela” para ingresar a los barrios, porque no saben si esperar con luz de giro sobre la ruta o bajarse a la banquina hasta encontrar un “turno” de cruce. Con el agravante de que entre la banquina y el asfalto existe un peligroso “escalón”.
El municipio propone instalar semáforos
El subsecretario de Tránsito y Transporte del municipio, Daniel Pincheira, opinó que la solución inmediata para el lugar sería semaforizar. Señaló que trabajan en propuestas “para elevar a Vialidad”. Reconoció que “colocar reductores no se puede”, pero reconoció que en otros lugares del país, en tramos urbanos de rutas nacionales, son un recurso habitual y “cualquiera los puede ver”.
Pincheira dijo que estuvo hablando con algunos dirigentes vecinales después del accidente del lunes y opinó que la “opción rápida es semaforizar”. Dijo que cualquier “obra civil” que quede a cargo de Nación o provincia, “llevaría tiempo”.
La solución sería que “autoricen” al municipio a intervenir en la ruta, con la opción de disponer una dársena de acceso, o una suerte de “zig zag” provisorio con conos o bastones para bajar la velocidad del tránsito. Otra obra viable sería iluminar.
Pincheira admitió que todo se complica “por el problema de jurisdicciones”, pero se mostró dispuesto a promover una reunión con Vialidad Nacional, con Vialidad Provincial y la CEB “para buscar soluciones”. Aceptó que no pueden desentenderse porque “se trata de una zona urbana”, donde mucha gente camina por las banquinas, o circula en bicicleta, y además “está el ingreso del vertedero”.
Sobre la opción de colocar un puente peatonal elevado, como se usa en otros sitios en rutas muy transitadas, Pincheira dijo que “sería una obra costosa y lleva tiempo”.
Se inclinó por un semáforo, porque “lo que no entra por la enseñanza cultural entra por el bolsillo” y sancionar con multas el exceso de velocidad o la violación de luz roja “está demostrado que resulta”.
La preocupación en la Escuela 329
Aníbal Escudero, el vicedirector de la Escuela 329, dijo que reciben chicos no solo de los dos barrios El Pilar (donde está ubicada la escuela) sino también de las 645 Viviendas, 29 de Septiembre y Valle Azul, todos barrios ubicados del otro lado de la ruta.
Aseguró que en invierno cruzar de noche, a las 8, cuando llegan a clases “es un peligro para los chicos”. Observó que no hay cartelería vial de advertencia y tampoco existen un refugio de colectivos. Quienes usan ese servicio deben esperarlo a la intemperie.
“Es común ver a los chicos parados solitos en la ruta. Nos preocupa la integridad física de los alumnos, sus familias y también los docentes -dijo el vicedirector- Sin no han pasado más accidentes graves hasta ahora es solo por suerte”.
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