¡Fue mucha alegría!, la experiencia de la escuela que cosechó sus propios hongos

Alumnos de escuela rural Nº 122, a pocos kilómetros de Zapala, vieron los frutos de su primera producción de hongos. Un proyecto que busca ampliar los horizontes de sabores y de producción.

La escuela rural Nº 122 del paraje Bajada de los Molles, a 65 kilómetros de Zapala, está de festejo. El viernes pasado cosecharon entre 4 y 6 kg de hongos de su propia producción. «Fue mucha alegría de parte de los alumnos, ver cómo esta producción se podía llevar a cabo, estaban todos realmente muy contentos», contó el director del establecimiento, Daniel Paniconi.

Los alumnos son oriundos del paraje Bajada de los Molles, en el departamento Catan Lil. Algunos llegan a la escuela a través de sus propios medios y otros, con el transporte escolar. La escuela rural Nº 122 es plurinivel y plurigrado. Su matrícula se conforma con cuatro alumnos en el nivel inicial y siete en el nivel primario, y cursan sus estudios en el 1º, 2º o 3º ciclo. Tres personas integran su plantel docente de manera permanente, mientras que las áreas especiales también están cubiertas con la tarea de un docente que trabaja en otros dos establecimientos educativos de la zona. La escuela, emplazada en un predio de seis hectáreas, cuenta con dos aulas, un SUM, comedor, la sala de Dirección, una sala lúdica y un depósito.

La del viernes fue la primera cosecha de su producción de hongos comestibles. Y fue todo festejo. Lo hicieron a partir de una degustación de platos elaborados a base de hongos, de la que participaron unas 50 personas de la comunidad educativa.

Alumnos de escuela rural Nº 122 trabajaron durante meses en su producción de hongos. Fotos: Gentileza.

“Las familias de los alumnos son súper participativas porque consideran a la escuela como un punto de encuentro”, resaltó Paniconi. “Desde la escuela queremos brindar nuevas oportunidades y brindar nuevas herramientas para que ellos puedan elegir su futuro, con nuevos saberes y otro tipo de producciones que les permita proyectarse y formarse”, comentó el directivo.


Cultivar hongos en la escuela:


El proyecto tiene varios objetivos: uno es incorporar otros aprendizajes de la ruralidad. Otro, a futuro, sumar los hongos a la dieta del comedor escolar, familiar, y generar fondos para solventar gastos de producción.

El proyecto de producción de hongos se desarrolla desde el año pasado. Surgió en la materia Técnica Agroecológica y cuenta con el trabajo de 11 alumnos que recibieron, durante una primera fase, charlas orientativas sobre el proceso de cultivo.

“Con este trabajo apuntamos a que los alumnos conozcan las propiedades nutritivas de los hongos”, indicó Paniconi y adelantó que “la idea es luego incorporar los hongos progresivamente a la dieta del comedor escolar y también, familiar”. Al mismo tiempo, expresó que en un futuro el proyecto también estará orientado a generar fondos que permitan solventar gastos del proceso de producción.

“Trabajamos bajo una perspectiva que les permite a los chicos contar con nuevos horizontes, para que el trabajo en la ruralidad no solo esté ligado a la crianza de animales”, destacó Paniconi. En ese sentido, citó que durante el 2023 los alumnos abordaron la temática de paleontología y también, el proceso de destilación de plantas aromáticas, proyecto que contará próximamente con un alambique nuevo.

En la actualidad, los alumnos también trabajan en la cosecha de hortalizas en la huerta propia que tiene la escuela y en la construcción de un nuevo invernadero con materiales reciclados, que estará terminado en los próximos días.

Las Girgolas crecen sobre troncos. Foto: Gentileza.

La línea de proceso de producción de hongos comestibles se simplifica en el corte de los troncos de álamos blancos (de gran cantidad en el predio donde se ubica la escuela) y su encerado; le sigue el trabajo de siembra, luego se tapan esos troncos y se los aísla en un lugar cerrado -sin calor- durante un periodo de cuatro meses; después se exponen a un entorno con humedad (en el que interviene el riego por sistema de goteo) donde tiene lugar el crecimiento de las gírgolas, cuyo tamaño es similar al de la palma de una mano. Todo el proceso está estimado en unos cinco meses de duración hasta su cosecha; la próxima, con unos 70 troncos más, será entre los meses de octubre y noviembre. Para el año que viene se pretende llegar a unos 100 troncos cosechados con hongos.

«La primera cosecha fue bastante chica», dijo el director, «porque es una prueba piloto«. La cosecha se hizo en dos o tres etapas. Para continuar con este proyecto, invitaron a una docente de cocina, que dio una charla a los alumnos y a las familias sobre los beneficios de las Girgolas y los posibles platos que se pueden cocinar. Y asi lo hicieron. Probaron: escabeche de hongos, salsas para distintos tipos de pastas e focaccia, un pan con hongos, milanesas.

«Fue una experiencia muy linda, compartida entre alumnos y familias», dijo el director, «son nuevos saberes, nuevos horizontes para producciones, para que no sea todo crianza de animales. Podemos abrir nuevas fuentes de trabajo, de producción como son los hongos, como son las hortalizas. Generar nuevos recursos tanto para la familia como para las escuelas».

Degustación de platos con el componente especial, hongos cosechas de la propia huerta de la escuela. Foto: Gentileza

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