Florencia y Fausto, las manos que diseñan el satélite en la UNCo

Son estudiantes de Ingeniería Mecánica y forman parte del armado del PehuenSat 3, que sería lanzado en 2025.

Florencia y Fausto tienen 22 años y son estudiantes de primer año de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional del Comahue. Hubo un profe que les vio un potencial en sus inicios y los convocó para ser parte del equipo que está armando el segundo satélite que la casa de altos estudios lanzará al espacio el próximo año. Se trata del PehuenSat 3 que está en proceso de experimentación y solo espera encontrar financiamiento para poder realizar las pruebas inicial antes de viajar “al infinito y más allá”.


Fueron ellos dos, Florencia Fornoni y Fausto Garcilazo que un día cualquiera en la rutina universitaria se juntaron para participar de una clase informativa sobre tecnología espacial. Ellos aseguraron que fueron solo a buscar saber sobre un tema que les interesaba pero que por esos momentos no tenían muchas intensiones de sumarse a un proyecto de estas características. Las miradas estaban puestas en otro lado.
Pero apareció Marcelo Araoz, profesor que fue director del primer PehuenSat que orbitó durante 16 años, hasta enero de 2023 y fue el primero de Argentina construido íntegramente por un equipo de docentes, no docentes y estudiantes de una facultad de una universidad pública.

“No teníamos mucha idea pero como nos invitaron, fuimos por curiosidad. Había estudiantes de primero y segundo año de la carrera y fue una experiencia muy interesante y todo cambió cuando nos comentaron sobre el proyecto del satélite y no dudamos en darle para adelante. Hoy te dijo que estoy agradecida de todo, nunca pensé estar en este lugar”, comentó Florencia, que además de Ingeniería Mecánica, cursa la carrera de Seguridad e Higiene.

“El profe nos dijo que nos necesitaba para el PehuenSat. Sabíamos de la primera experiencia y a pesar de que sabíamos que no iba a ser fácil, no pudimos dejar pasar la oportunidad. Yo no lo podía creer”, agregó Fausto.

Florencia es oriunda de Cinco Saltos y viaja todos los días en cole, durante 1 hora para cursar. Fausto es de Plaza Huincul y alquila un pequeño departamento en Neuquén capital. Para poder solventar los gastos, ensambla sus estudios con un trabajo de cajero en un supermercado.

Entre cursadas, parciales y exámenes finales, los dos estudiantes le dedican gran parte de la semana a trabajar en el satélite que ya lo piensan orbitando en el espacio el 2025. No hay feriados ni fines de semana.

El equipo que trabaja en el PehuenSat se divide por áreas. Florencia está a cargo de entre otras tareas, diseñar y probar las antenas que llevará ese cubo al modo “Rubik”, que medirá 10 centímetros y pesará menos de un kilo.

Por el momento, las piezas del nanosatélite que permitirá obtener información sobre temperaturas, calidad del agua, aire y suelo del planeta, está siendo armado mediante el uso de impresoras 3D. Porque todo es prueba y error. Según contaron los universitarios, se espera que en agosto se pueda armar con materiales ya definitivos. Pero nada es fácil y todo requiere de una precisión milimétrica.

“Yo por ejemplo estoy en el armado de las antenas, hay que precisar cómo se desplegar y cuál será la manera en que se guardarán”, detalló Flor.

Fausto tiene la tremenda labor de por ejemplo, estimar y probar los tornillos que llevará el satélite. También está trabajando con otro grupo que debe determinar desde la Electrónica, las frecuencias que emitirá para evitar que una vez en el espacio, no interfiera con otros satélites o cohetes que estén en órbita. “También estamos realizando pruebas de termodinamia porque puede estar en zonas de 150 grados y luego transitar por otras de temperaturas bajo cero”, agregó.

Los chicos le dedican de manera “formal tres días por semana al PehuenSat, pero no es solo eso. “Muchas veces los fines de semana, luego de estudiar las materias de la carrera nos quedamos varias horas más probando, diseñando. Es común que nos pase que una vez que diseñamos una pieza en 3D, después a l momento de las pruebas, las tengamos que modificar una, dos tres veces”, dijo Fausto.


Un proyecto que viene a redoblar la apuesta


El PehuenSat 3 será el sucesor de la primera experiencia que la Universidad Nacional del Comahue introdujo en el mundo de la tecnología espacial, desde una academia pública.
El primer satélite estuvo en órbita durante 16 años, desde el 10 de enero de 2007 hasta enero del año pasado, cuando se desintegró.

Hubo luego un segundo prototipo, el PehuenSat 2 que no llegó a concretarse y ahora se viene la tercera versión, que promete ser más moderna y amplia en sus capacidades.

Según explicó el ingeniero electrónico y director del proyecto, Marcelo Araoz, entre otros avances, buscan incorporarle una cámara de fotos. Toda la información recolectada por este nanosatélite estará disponible para el mundo en una página web.

Otras de las particularidades es que podrá recibir información de sitios del planeta donde no existe internet ni ningún tipo de conectividad. Además, tendrá una capacidad propia de apagarse cuando requiera recargar las baterías, lo que le permitirá reducir los tiempos en los que estará desconectado sin transmitir información, según explicó el experto, que agregó que pretenden tener en órbita cinco años.


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