Mujeres que son sostén: Florencia, la mamá de gemelas que lucha contra la violencia en Roca

Tiene 33 años y convirtió sus vivencias en un espacio de visibilización de derechos. Este 3 de junio, cuenta cómo desde la Campaña Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica acompañan embarazos, partos y pospartos. Con las rondas de duelo, contuvieron a 16 familias.

Sentadas en el Banco Rojo que sensibiliza sobre los femicidios y la violencia de género, las tres crecen día a día, juntas. Florencia De Rafael (33) y sus gemelas de cinco años caminan de la mano y aprenden, sostenidamente, el significado de cada 3 de junio

El “Ni una menos” forma parte de sus vidas desde el primer día, porque cuando Mila y Gala nacieron, ya existía esta jornada nacional de lucha contra la violencia, que se gestó en 2015 en las calles del país.  

Florencia es mamá de las dos nenas y diseñadora web. Nació en Buenos Aires, pero a los 14 años se trasladó a Neuquén. Hace seis años decidió que Roca sería la ciudad donde formaría su familia y criaría a sus hijas y se mudó a Río Negro. 

Además de ocuparse de la crianza y el trabajo, hace un año destina su tiempo a acompañar mujeres en situación de violencia ginecobstétrica. Ella es parte de las que tejen redes para visibilizar y promocionar los derechos de mujeres y personas gestantes en distintos territorios; además de asesorar y sostener a víctimas de la región. 

Florencia con sus hijas Gala y Mila, sosteniendo el pañuelo rojo de su organización. Foto: Andrés Maripe.

Lo que la moviliza es su propia historia personal y su experiencia en la maternidad, que sin dudas significó un giro en su vida. “Cuando me quedé embarazada de las gemelas (en 2019) empecé a leer sobre crianza respetuosa. En ese camino, me fui encontrando con muchos relatos sobre violencia obstétrica”, recordó. 

En medio de ese complejo proceso, de saberse portadora de un embarazo múltiple, contó que su ginecólogo le adelantó que el nacimiento de sus hijas sería por una cesárea programada en la semana 33. Sin embargo, no le brindaba más información. “Me empezó a hacer mucho ruido la situación”, relató. 

“Yo me enteré de que tenía gemelas, pensando que estaba perdiendo la gestación. Fui al médico porque había empezado con una pérdida bastante grande. Estaba dentro del primer trimestre y pensé que lo iba a perder. En la ecografía, me dice que son dos. Me llevó mucho tiempo procesarlo. Para mí fue fundamental tener una red”, aseguró. 

Foto: Andrés Maripe.

En ese tiempo, indagando, se enteró de la existencia de las “doulas”, mujeres que orientan y apoyan física y emocionalmente durante el embarazo, el parto y el posparto. Florencia empezó a buscar alguna para que la acompañe y se topó con Ana Orellano, quien la asistió durante la gestación y la lactancia. “A partir de eso nos terminamos haciendo amigas. (Ana) terminó siendo un sostén super importante para mí en todo ese proceso”, comentó. 

Su embarazo terminó a un paso de la pandemia de coronavirus, con total incertidumbre. Las bebés nacieron prematuras y quedaron internadas en neonatología por casi dos meses. Apenas les dieron el alta, empezó la cuarentena y el aislamiento obligatorio. 

“Hay mucha violencia en lo que me pasó a mi y a muchas otras. No me podía quedar mirando para el costado mientras esto sucede”, aseguró a Diario RÍO NEGRO.

“Todo arranca con mi historia, mi vivencia personal y encontrarme con el sistema de salud y sus manejos. A partir de ahí, me di cuenta de todo lo que sufrimos las mujeres o las personas con capacidad de gestar, las personas con útero”.

Florencia De Rafael, mamá e integrante de la Campaña contra la Violencia Ginecobstétrica.

Luego de atravesar todo esto, la joven madre eligió dedicar sus días a visibilizar un tipo de violencia específica: la violencia obstétrica. Así fue como se sumó a la causa hace un año de manera activa y asumió un rol como coordinadora de Comunicación de la “Campaña Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica” que tiene sede en Río Negro, Argentina, y en otros paises a nivel mundial. 

La doula Ana Orellano lidera la organización en la provincia y está en litigio con el Ministerio de Salud de Río Negro. Luego de perder a su bebé, demandó al hospital de Roca y a tres médicos por una situación de violencia ginecobstétrica en 2019.

3J: «Acompañamos decenas de casos de violencia»


Venimos trabajando mucho en Río Negro, en la provincia y moviéndonos a otras ciudades, hace poco estuvimos en Villa La Angostura, lugares donde nos convocan”, contó Florencia. Acompañamos a decenas de casos, según explicó. No todos terminan en denuncia judicial. 

Charlas y talleres de difusión de la Campaña. Foto: gentileza.

Muchas veces ellas mismas generan conciencia: “Llegamos a lugares donde las mujeres, después de todo lo que sufrieron, se dan cuenta de que siempre tuvieron algo adentro que les hacía ruido y que no les terminaba de cerrar, pero que con esto hoy le pueden poner un nombre. Entonces los espacios de visibilización para nosotras son súper importantes”, aseguró.  

“Desde mi lugar lo que podía hacer, aparte de militar y todas las actividades que hacemos desde la campaña, es hacerla visible, que más personas sepan que esto existe y que hay vías de denuncia, que tenemos herramientas, que tenemos legislación”, apuntó Florencia. 

Desde mayo del 2023 hasta ahora, desde la campaña realizan también rondas de duelo gestacional y perinatal y acompañaron a 16 mujeres y 1 varón de manera sostenida y quincenal. 

Actividad de sensibilización en Villa la Angostura. Foto: gentileza.

Son mujeres que sostienen a otras mujeres: mediante espacios físicos y redes, herramientas de prevención, charlas, talleres, instrumentos de comunicación como muestras fotográficas y su cortometraje “Si querés gritar, grita”, que ya se proyectó en buena parte del país, ayudan a muchas. 

Desde la campaña, ofrecen también un espacio de acompañamiento y asesoramiento para personas que hayan padecido violencia ginecobstétrica y quieran denunciar.

3J: Ni una menos por violencia ginecobstétrica


En esta fecha, desde la campaña unen su reclamo especifico. Pedimos “Ni una menos por violencia ginecobstétrica”. Florencia aseguró que esta es un tipo de violencia de género específica, contemplada en la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. 

Además, en Argentina existe la Ley 25.929 de Parto Humanizado, la cual define la violencia obstétrica como la ejercida por el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, caracterizada por un trato deshumanizado, abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.

“Es una de las formas de violencia de género más invisibilizadas, las más calladas, pero existe y necesitamos que se hable más de ella”; cerró. 

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