Fiesta Nacional de la Pera: “Soy Piero… vengo a ver mi casa”
El vecino ilustre, el hijo tan querido del pueblo, pasó por su pueblo en la previa de esta nueva edición de la Fiesta Nacional de la Pera. Su amigo de la infancia, Lorenzo Brevi, comparte el recorrido que ambos hicieron abrazando a aquellos vecinos de toda la vida.
Lorenzo Brevi (*)
Especial para “Río Negro”
Se apagaba la tarde de este enero sobre Allen. Casi con timidez asomaba en su crepúsculo un hijo predilecto del pueblo. Su cabello ensortijado. sus lentes setentoso a lo lennon lo hacen inconfundible. Sí, es él… es Piero con su familia que luego de 14 largas horas de viaje llegaba a las calles nuevamente de su querido Allen. Aquí lo esperaba yo, su amigo Lorenzo y su compañera “La moniquita”, como la llamaba su madre. La niña de la infancia que vivía enfrente en la estación de servicio de Don Juan. El abrazo inhibido por las nuevas costumbres pandémicas y en el lugar citado a comer unas pizzas, en la vieja Cas aBentata. Restaurada por su amigo y anfitrión y convertida en el Cafe Museo Aurelio.
En este mágico lugar donde Piero compraba sus revistas ya no es la vieja librería del pueblo, pero aún así se sentía a gusto como hace décadas.
El encuentro con su amigo Paco García. El almacenero del pueblo se funde en un abrazo que los transporta a las siestas en la plaza central donde Piero asomaba sus primeras notas musicales. De allí cuando la noche parecía adueñarse de todos los espacios. Piero pide que lo acompañe a su viejo hogar. Frente a la Shell de Don Juan. Alli llegaron. Sus palmas acariciaban las viejas e inalterables paredes que lo cobijaron en lo que para él fueron los años más felices de su vida.
Una luz se enciende en el interior; quizá sus moradores pensaron en algún intruso. Sus caras asombradas veían como en un sueño esos pelos ensortijados que le parecía conocidos. … “Soy Piero y vengo a ver mi casa”, les aclaró con tono de permiso. La simpatía de los chicos que nos invitaron a pasar frente a las expresiones de quien vuelve a su casa los confunde…
“Acá dormía yo. Aca tomaba mate con mí viejo. Acá tenía mi viejo un galponcito”. La burbuja del tiempo lo envolvía y como abstraído de la realidad se lo veía. Se notaba que los recuerdos lo golpeaban sin cesar en cada golpe de vista. El éxtasis emocional junto a sus hijos y esposa llegaba a su fin. Esfumado su estado hipnótico despertaba a la realidad. Por fin Piero había vuelto a casa en una tarde de verano patagónico, horas previas a esta nueva Fiesta Nacional de la Pera. Aquí, en la Aristóbulo del Valle. Frente a la Shell en su querido pueblo de Allen.
(*) Presidente del Museo
Histórico local
Lorenzo Brevi (*)
Especial para “Río Negro”
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