Femicidio de Agustina Fernández: cronología del hecho que terminó con la vida de la estudiante en Cipolletti

Este miércoles, un jurado popular determinó la culpabilidad de Pablo Parra en el crimen de la joven estudiante. Acá te contamos cómo ocurrieron los hechos.

La joven de La Pampa asesinada en Cipolletti.

El 2 de julio 2022, Agustina Fernández fue brutalmente atacada en el interior de un departamento del complejo en el que vivía en Cipolletti, ciudad a la que se había mudado con el objetivo de estudiar medicina. Tres días estuvo internada en el hospital Pedro Moguillansky hasta que declararon su muerte cerebral. En principio se dijo que había sido durante un robo, luego las miradas se dirigieron a Pablo Parra, su vecino, hoy único acusado por el hecho. Tras casi dos años de espera, el miércoles 15 de mayo un jurado popular determinó que Parra es el culpable del femicidio de Agustina.

«Una joven permanece internada en grave estado tras una golpiza que recibió en Cipolletti«, publicaba este medio la mañana del 3 de julio del 2022. Se trataba de Agustina Fernández, una chica de La Pampa que había llegado a la ciudad con el sueño de convertirse en médica. La noche anterior, la estudiante había sido brutalmente atacada en el departamento de su vecino Pablo Parra en lo que se planteó, en principio, como un robo.

Agustina Fernández estuvo internada en el hospital Pedro Moguillansky de Cipolletti tres días. El 6 de julio su familia recibió el parte que indicaba la muerte cerebral de la joven mientras una multitud realizaba una vigilia en las afueras del centro de salud.

Al día siguiente comenzaron las marchas para pedir «justicia por Agustina», al mismo tiempo que la fiscalía intentaba dar con el autor del hecho. La investigación en principio realizó un identikit para encontrar al sospechoso pero no es la única línea que se indagaba. También se mantuvo bajo la lupa a Pablo Parra, el amigo de la joven que fue último en verla con vida antes del ataque.

Fue el propio Parra, en distintas notas periodísticas, quien contó que salió de su casa cerca de las 19. Minutos después una cámara de seguridad lo captó ingresando a una heladería. Lo mismo le dijo al fiscal del caso Martín Pezzetta en sus declaraciones. Un vecino vio cuando salía del edificio.

El 22 de diciembre del 2022 la causa dio un giro esperado por la sociedad cipoleña y el principal sospechoso del crimen, Pablo Parra, fue detenido. Al día siguiente le dictaron seis meses de prisión preventiva.  

El fiscal Martín Pezzetta, a cargo de la investigación, reunió con muchísimo sigilo las pruebas que lo comprometían. Diario RÍO NEGRO accedió a uno de los datos clave para el giro radical que tomó la causa: el ADN de Pablo Parra. Hallaron rastros en un retazo de una prenda de vestir que flameaba en el alambrado del patio de su vivienda. Esa pista fue determinante para que el fiscal ponga decididamente los ojos en él, pero no fue el único.

“Pruebas científicas ubican al sospechoso en el lugar de los hechos”, fue la escueta respuesta de fuentes allegadas a la investigación. Intervenciones telefónicas, análisis forenses en algunos celulares y cuentas de redes sociales y numerosos ADN formaron parte del paciente camino recorrido no solo por el fiscal sino también por la comisión policial exclusiva.

Casi un año y medio después de aquella brutal golpiza se realizó la primera audiencia del control de acusación que sirve para determinar qué pruebas ingresarán al juicio y buscar acuerdos probatorios entre las partes. Durante este proceso no hubo posibilidad de acuerdo porque la teoría de la defensa mantiene que Parra es inocente: lo dijo el propio imputado en la audiencia donde le extendieron la prisión preventiva.

Finalmente, el juicio por jurado inició el lunes 6 de mayo en la sala de audiencias del Poder Judicial en Cipolletti. Tras extensas jornadas y más de 100 testigos, el miércoles 15 de mayo se determinó la culpabilidad de Parra en el crimen de la joven.

Ahora, será Guillermo Baquero Lazcano quien defina la pena que deberá cumplir. Aunque al tratarse de un femicidio, la única condena posible es la de prisión perpetua. El culpable del asesinato de Agustina continuará con preventiva hasta tanto se lleve a cabo el juicio de cesura.


El vínculo entre Agustina y Pablo Parra: la madre de la joven no confiaba en él


El punto que mayor debate generó desde el ataque fue la relación que tenían Agustina y Pablo Parra. Para los acusadores hubo un vínculo de pareja preexistente al hecho y por eso la calificación legal fue por femicidio pero con el agravante de ese inciso, el primero del artículo 80 del Código Penal.

El defensor Juan Manuel Coto dijo que hay una contradicción entre ese punto y la teoría de los acusadores que sostiene que tenían una relación de amistad y no de pareja. El fiscal del caso Martín Pezzetta agregó el agravante porque su hipótesis es que el móvil de Parra fue el rechazo de la joven a una relación de noviazgo.

La madre de la joven siempre manifestó que en varias ocasiones la joven le habría dicho que Parra “estaba intenso”. Además, indicó que estaba muy pendiente de los movimientos de la joven y que cada vez que visitaban el complejo “él entraba y salía casualmente cuando ellos salían”.

“La última vez en el complejo ella me quiso contar algo, de hecho, estuvimos hablando algo íntimamente. Yo siempre digo que las mujeres sabemos guardar secretos, pero obviamente cuando tenga que hablar, hablaré”, aseguró.  

Durante una conferencia de prensa brindada por la familia de Agustina, Silvana aclaró que Agustina no tenía ningún vínculo con Parra y aseguró que no quiso hablar con él. «Yo no quise hablar con él, no lo estoy culpando, pero no lo quería ni mirar a los ojos. Yo no sé cómo voy hacer para seguir». 


Femicidio de Agustina Fernández en Cipolletti: cuál es la postura de la fiscalía


Según la fiscalía, el acusado Pablo Parra, el 2 de julio dejó el departamento donde vivía con la intención de atacar a la joven. Tenía todo planeado para cometer el femicidio, incluso se aseguró que la joven estuviera en su departamento, un espacio de su conocimiento y dominio.

Para asegurarse la invitó a cenar el mismo día que ocurrió el crimen; la esperó afuera del complejo y le dijo que vaya a su departamento. La dejó sola, y minutos después regresó ingresando por la puerta trasera y atacó a Agustina. No satisfecho, con la joven ya en pisó continuó golpeándola.

Una vez cometido el crimen, Parra abandonó el lugar, desordenó un poco un sector de la habitación para simular un robo, y se llevó su celular y el de Agustina. También, se llevó las llaves de la joven. 

Abandonó el departamento por el mismo lugar que ingresó y se dirigió a su vehículo. Para sostener su coartada se dirigió a comprar a una heladería y una despensa, realizó los pagos con su tarjeta y regresó a su departamento.  Al encontrar a la joven tendida en el suelo, fingió sorpresa y se dirigió al departamento de su vecino para que llamaran a la policía indicando que le habían robado y que habían herido a Agustina. 

Esta es la posición que la fiscalía buscará sostener durante el juicio de cesura -que determinará la pena- y por la cual le formularon cargos y dictaron prisión preventiva. Según explicaron, había pruebas contundentes que incriminaban a Parra en la escena del crimen. 


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