Adopción de niños grandes en Neuquén: la inspiradora historia de Lorenzo y sus papás
Patricio y su pareja conformaron un hogar con su hijo Lorenzo. Hoy buscan que cada vez sean más las personas que se anoten en el Registro Único de Adopción con rangos etarios amplios.
—Hoy viendo a mi hijo, te digo, es el que siempre soñé.
Patricio Ramos es papá de Lorenzo. Lo adoptó de grande. En Neuquén.
—Hablar de mi hijo me alegra el alma.
El 12 de mayo de 2023 se conocieron. Pero, antes Patricio y su marido tuvieron que pasar por algunas instancias, sencillas, para llegar ahí. Primero ganaron una terna. Y después en abril una jueza dictaminó que ellos eran la familia con más recursos para llevar adelante la compañía que necesitaba Lorenzo, un niño que esperaba un hogar.
—En ese momento no entendés nada. Te cae la ficha. Decís: ¡Wow! Se me vino la responsabilidad encima.
Lo conocieron con 11, hoy ya tiene 12. Es hijo único en su casa, pero hermano mayor de un grupo de tres hermanos. Pero, esta historia no comienza ahí. Empezó algunos años antes.
En 2017 Patricio conoció a su actual marido. Se cruzaron en el festejo de sus cumpleaños. Uno cumple el 19 de mayo, el otro el 29 pero coincidieron en los festejos. Se volvieron a encontrar a los 15 días. De casualidad.
—Desde ese momento nunca jamás dejamos de vernos. Y ahí nomás empezamos a proyectar un futuro juntos.
Estuvieron un tiempo largo de novios. Y empezaron a fantasear con la idea de agrandar la familia. Ahí fue que en 2019 se casaron.
—Y nos agarró la pandemia. A nosotros nos fortaleció mucho como pareja porque nos unimos más. Fuimos un gran equipo. Y nos dimos cuenta que a ese equipo le faltaba alguien más.
Y así fue: en 2021 se inscribieron en el Registro Único de Adopción (RUA) de Neuquén. Y en abril comenzaron a asistir a talleres y a jornadas.
—Siempre tuvimos en mente que queríamos ser los papás de un niño grande.
Conocieron a Lorenzo y ahí nomás se dieron cuenta que: la esperanza del niño de tener una familia y la esperanza ellos de tener un hijo, se había unido. En 2022 empezaron con las entrevistas interdisciplinarias y obtuvieron el apto de idoneidad paternal, es decir, ya estaban en condiciones de adoptar.
La casa de Patricio y su pareja empezó a sonar distinta. Ahora hay ruido de la pelota contra la pared, de autitos, de juguetes.
—Tuvimos muchas transformaciones. Al principio éramos tres perfectos desconocidos en una casa. Pero, nos fuimos amoldando de a poco. Hoy ya nos conocemos las caras. Él ya sabe cuándo a nosotros nos molesta algo y nosotros también nos damos cuenta cuando él está molesto.
El 1 de agosto salió la sentencia. Desde ese momento Lorenzo es hijo legal de Patricio y su pareja. Él ya tiene su DNI con los apellidos de sus padres.
—Me emociona cuando escucho que me dice “papi: ¿me ayudas?” o “papi: ¿en qué colaboro?”. Hay mucho mito alrededor de la adopción. Algunos dicen que adoptar es complicado y no es así. Es sencillo. Y, por otro lado, dicen que los niños más grandes tienen problemas, traumas y tampoco es así.
Para el 30 de noviembre que se aproxima Patricio está organizando un evento que nombró “Chispa”. El objetivo es encender a familias para que se animen a adoptar niños grandes o adolescentes.
—Los derechos de los niños han sido vulnerados, por eso uno viene a reparar. O sea, se trata de ser un referente, de acompañar. También de aceptar la historia del niño, porque ese niño o adolescente también está aceptando la tuya ¿No? Lorenzo aceptó un montón de cosas nuestras, principalmente que somos un matrimonio igualitario y nosotros también aceptamos que Lorenzo ya tenía 11 años y nos amamos. Nosotros, lo adoptamos, pero también fuimos adoptados por nuestro hijo.
Campaña activa de adopción desde Neuquén al país:
En Neuquén hay una búsqueda activa de familias para que adopten niños, niñas y adolescentes de 11 a 17 años. Desde el Registro Único de Adopción aseguran: “Adoptar es una oportunidad para cambiar vidas”. Según los datos entregados por Gisela Maxuell, directora del RUA hay 90 familias inscriptas, pero solo 16 se encuentran disponibles para una adopción. El resto están en proceso de vinculación o en distintas etapas del proceso de adopción.
“No tenemos familias para niños grandes”, explica Gisela Maxuell, “la mayoría se anota para bebés recién nacidos o para niños que lleguen máximo a los 5 años. Por eso, decimos que estamos en una gran crisis a nivel inscripción del organismo”.
Según la funcionaria el diagnóstico es doble: quienes se inscriben lo hacen con una disponibilidad adoptiva acotada: desde los cero hasta los cinco años. Y de un tiempo a esta parte la cantidad de familias que buscan adoptar es cada vez menos. “En los últimos tres años las inscripciones vienen bajando entre un 30 y un 40%”, asegura Gisela Maxuell. Y entre las razones encuentra: “son varias causas, una es la situación económica, otra es que se piensan en formaciones familiares diferentes, con otros deseos, por ejemplo, de no tener hijos, o que directamente canalizan sus deseos por otros lados”.
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