Estudiantes secundarios de un pueblo del norte neuquino no tienen edificio para iniciar las clases
Son 50 adolescentes de Los Miches que deben cursar en los espacios que les cede la escuela primaria. La gestión anterior del CPE les había prometido contratar tráilers, pero la actual aún no ha dado ninguna respuesta.
El salón de usos múltiples de la escuela 93 que el CPEM 97 usa como aula y comedor. Foto gentileza.
«Nosotros con el cuerpo docente llegamos a la conclusión de que somos la escuela de educación formal y obligatoria más pobre de la provincia de Neuquén. ¿Cómo llegamos a esa conclusión? Por qué ni siquiera tenemos una silla por cada estudiante», aseguró Matildo Andrés, el director del CPEM 97 de Los Miches. El secundario ocupa los espacios que le va cediendo la primaria de la localidad. Se inauguró sin edificio y aguarda una respuesta del Consejo Provincial de Educación (CPE) para iniciar el ciclo lectivo 2024.
El CPEM 97 se creó en 2022 justamente para evitar la migración de jóvenes a Andacollo o a Las Ovejas. El 73% de los chicos y chicas que asisten son integrantes de la comunidad mapuche Antiñir- Pilquiñan. La población estimada en el pueblo hasta el 2020 era de 646 habitantes.
Desde su fundación, el colegio no tuvo las condiciones materiales mínimas para desarrollarse.
«Arrancamos con 11 estudiantes, pero rápidamente empezaba a sumar esa matrícula y hoy nos encontramos con un número de 50 estudiantes, pero no ha cambiado en nada nuestro espacio físico. No hay novedades para la construcción de un edificio y tampoco de equipamiento. Entonces con las mismas condiciones que teníamos para atender a 11 estudiantes hoy tenemos que hacerle frente a 50″, agregó el director.
El primer año dictaron clases en el salón de usos múltiples de la escuela primaria 93. Cuando esa camada pasó a segundo, les prestaron un aula. Ahora con un tercer año en puerta ya no queda lugar por ocupar. En 2023 viajaron hasta Neuquén capital. El CPE planteó la contratación de tráilers, pero las actuales autoridades aún no han dado una solución.
Entre adolescentes, profes y auxiliares de servicio suman 65 personas y cuentan con 40 sillas.
El edificio propio es un sueño muy lejano, en un contexto de restricciones presupuestarias para obras públicas. Andrés dijo que se comunicó con el área de Infraestructura ayer y le informaron que está en trámite la creación del proyecto ejecutivo, previo al llamado a licitación del establecimiento.
El secundario no tiene elementos básicos, como por ejemplo instrumentos musicales o artículos para desarrollar educación física. Cuando nació la escuela les dieron dos pelotas de fútbol, dos de voley y dos de básquet, que con el uso ya necesitan un recambio. Tampoco cuentan con espacio para el personal docente y administrativo.
El SUM funciona no sólo como aula. «Cuando el día lo permite la merienda se da afuera, en el patio, pero de lo contrario tenemos que correr todos los bancos y el aula se transforma en comedor», explicó el director.
Remarcó que no tienen pensando suspender las clases, pero que necesitan alguna alternativa con urgencia.
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