Encontraron un lagarto de hace 70 millones de años que sobrevivió al meteorito que hizo desaparecer a los dinosaurios
En un paraje de Río Negro, un grupo de investigadores del Conicet encontraron piezas de un ejemplar de un reptil primitivo que se llama esfenodontes. Poseía una mandíbula fuerte, formaba una especie de mentón prominente y sus dientes eran bajos y anchos.
En la Estancia Nueva Poupée, cerca de la localidad de Arroyo Ventana, del departamento de Valcheta, en Río Negro, hubo un nuevo descubrimiento fósil. Se trata del lagarto, nombrado Alamitosphenos mineri, que vivió hace 70 millones de años y que sobrevivió a la extinción que afectó a los dinosaurios.
El equipo de trabajo fueron 12 científicos del Conicet, Museo Argentino de Ciencias Naturales, Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Tokyo y la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”. Hace pocos días dieron a conocer este hallazgo que, si bien el tamaño físico es pequeño, es muy importante para las ciencias.
“Lo que encontramos fue parte de un reptil primitivo que se llama esfenodontes. Hoy en día hay dos especies muy parecidas que viven en unos islotes de Nueva Zelanda. Hace unos 70 millones de años estos bichos estaban por todos lados, ahora solo en Nueva Zelanda” explica Federico Agnolin, paleontólogo y parte del descubrimiento.
La extinción que afectó a los dinosaurios y que los hizo desaparecer también afectó a estos animales, aunque no lo hizo desaparecer. Son animales que soportan mucho el frío, que viven enterrados en madrigueras bajo la tierra y pueden pasar mucho tiempo ahí. “A través de los huesos fósiles, se pudo saber que estos animales tenían una fisiología capaz de bancarse el invierno nuclear, que vino después que cayó el meteorito que hizo desaparecer a los dinosaurios”, explica Agnolin.
El lagarto fue encontrado en mayo del 2020, pero recién hace pocos días logró hacerse público. El hallazgo fue nombrado Alamitosphenos mineri, ya que fue encontrado por el técnico paleontológico Santiago Miner. El experto halló un fragmento de mandíbula con dientes que resultó pertenecer a esta nueva especie de esfenodonte.
La especie “es como una lagartija cabezona, de 30, 40 centímetros”, precisa Agnolin y ahí radita también la importancia del descubrimiento: “En general lo que uno da a conocer son dinosaurios, que son bichos generalmente grandes, y cuanto más grandes más fáciles son de encontrar. Por eso, es importante este tipo de descubrimiento de animales chiquitos porque nos habla de justamente toda la otra fauna que estaba alrededor de los dinosaurios”.
El momento en que descubrieron el fósil:
Para encontrar una especie de ese tamaño, la técnica es particular: deben tirarse en el piso e ir arrastrándose mirando el suelo, separado apenas por unos centímetros del piso. El objetivo es poder mirar cada pequeña piedrita o hueso que aparece en el suelo.
La campaña duró cerca de 20 días y descubrieron una gran cantidad de huesos pequeños de ranas, serpientes, aves y mamíferos, así como restos de grandes dinosaurios. Todos ellos fueron depositados cuando un antiguo mar desde el Atlántico invadió el norte de la Patagonia. Pero, este se desataca porque lo que se descubrió fue una mandíbula.
“Lo que pudimos observar es que la mandíbula de ambos lados era muy firme. Estaban muy fuertemente sujetas y la forma de los dientes que son bajos, redondos”, explica el paleontólogo, “esto nos habla que este animal comía cosas duras, algo muy distinto de lo que come mayormente ahora, que son insectos”.
La mandíbula es una pieza que brinda mucha información. Los dientes son claves para entender la dieta de cualquier animal. La pieza descubierta vuelve al Museo Municipal de Valcheta, que le corresponde por legislación provincial.
El recorte en la ciencia también afecta a los paleontólogos:
El Conicet atraviesa una situación complicada. Desde los científicos y becarios denuncian una política de vaciamiento, desmantelamiento, incertidumbre laboral y ajuste presupuestario. Aseguran que esta situación podría conllevar a la destrucción de una de las estructuras de la ciencia argentina.
La investigación paleontológica no se queda afuera de este contexto. Federico Agnolin cuenta su situación: “Yo tengo becas ganadas que no me adjudicaron y tenemos personal que ha sido echado. Y a esta situación se suma un discurso anticiencia del gobierno, porque es contra el Conicet, contra los científicos, contra la cultura, contra el arte. Y eso es para mí, es lo más espeluznante”.
Comentarios