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Encontraron microplásticos en ballenas de Chubut: ¿cómo afectará a las que están en Río Negro?

El hallazgo ocasionaría un revés para la salud de los cetáceos, cuya población creció gracias a las políticas de conservación. Destinos como Las Grutas hicieron de su llegada un producto turístico. ¿Qué podría pasarles?

Hasta ahora, todas eran buenas noticias al hablar o escribir sobre las ballenas. Las políticas de conservación de la especie resultaron y, desde hace tiempo, su población está creciendo. Eso implica que recolonicen lugares que alguna vez habitaron. Por eso, más allá de abundar en los golfos de Chubut (el San José y el Nuevo) están viéndose cada vez más en el Golfo San Matías, en Río Negro.

Eso permitió, incluso, que también en aguas rionegrinas se convirtieran en un producto turístico, porque en el balneario Las Grutas y en el Puerto San Antonio Este desde hace 12 años se están realizando paseos de avistaje embarcado, similares a los que, históricamente, se hacen en la chubutense Península Valdés.

Sin embargo, un hallazgo científico podría revertir esta situación. Es que una licenciada en ciencias biológicas especializada en especies marinas estudió la materia fecal de un grupo de estos animales, y encontró una alta concentración de microplásticos.

La becaria doctoral Camila Tavano Formigo halló microplásticos en las heces de ballenas de Chubut

Analizó muestras de 17 ballenas de Península Valdés, y en 14 de ellas encontró estos contaminantes.

“No se sabe a ciencia cierta qué daños podrían provocarles. De hecho sus efectos- aunque ya hay algunas certezas-todavía se están investigando en los seres humanos. Pero lo que sí sabemos es que al momento de fabricar las piezas plásticas se agregan aditivos que pueden ser tóxicos, como los ftalatos y el bisfenol, que son disrruptores endocrinos, es decir, interfieren con la función y producción de las hormonas, y los efectos negativos en la salud podrían ser muchos” dijo Camila Tavano Formigo, la becaria doctoral que encabezó la investigación, que pertenece al Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (Cesimar) de Chubut y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

Otro de los hallazgos llamativos es la alta concentración de plástico en las heces, por lo cual se infiere que lo que ingieren posee mucho más. Y habla también de la gran contaminación que existe en el mar, ya que estos animales lo incorporan al alimentarse. Lo que comen son copépodos, una clase de crustáceos​ muy pequeños que forman parte del zooplancton, esas especies diminutas que viven en el medio marino.

“Eso se llama transferencia trófica (la contaminación que pasa de presas a predadores) y en mi tesis de grado tuve indicadores del fenómeno, porque pude identificar que los tipos de microplásticos encontrados eran muy similares entre presa y predador” destacó la experta.

Los cetáceos cada vez son más. Pero la contaminación por plásticos podría afectarlos

Por otra parte , aunque todavía desconoce el origen del plástico hallado en la materia fecal de las ballenas, la becaria presume que, por tratarse de fibras, podrían pertenecer a cabos (cuerdas) utilizados en la actividad pesquera. Para comprobarlo mandó muestras a un laboratorio de La Plata, Buenos Aires.

“A nivel general se sabe que el 80% del plástico que está en el mar llega de las actividades que se desarrollan en tierra. Es decir, por el mal manejo de los residuos, los envoltorios, las botellas, etc. Pero en zonas como ésta la industria pesquera es un gran generador. Basta pasear por la orilla para ver qué es lo que se ve” apuntó Tavano Formigo.

Lo preocupante, según la profesional, es que “los plásticos que ya están en el mar no se pueden sacar. Esa basura lo que hará será liberar cada vez más microplásticos y difundir aditivos tóxicos, por eso lo importante es cambiar hábitos, tanto a nivel social como individual, para que esos desechos no lleguen”.

Hasta ahora, a nivel mundial, hay pocas investigaciones sobre el tema. Pero se descubrió que en los seres humanos esa toxicidad (los microplásticos se pueden inhalar o consumir, sin que lo sepamos) provoca problemas gastrointestinales y reproductivos, cáncer y abortos en embarazadas. También se detectaron trastornos a nivel hormonal, y se presume que las mujeres se verían más perjudicadas que los varones por estos componentes.

“Veremos qué descubrimos sobre la afectación en las ballenas. Ahora el próximo paso será investigar qué pasa con los ballenatos, porque se hallaron microplásticos en la leche de algunos mamíferos, y hay que ver si están en la de los cetáceos, y si es así si a sus crías les llegó esta contaminación” cerró la licenciada en ciencias biológicas, preocupada.


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