En el barrio de Neuquén que depende del aguatero, se quemó una casilla y un auto
Dos dotaciones de bomberos llegaron al lugar cuando todo había sido consumido por el fuego. Los vecinos conmocionados por no poder evitar el desastre. Sin víctimas, las pérdidas fueron totales.
«Estamos conmocionados porque no pudimos ayudar en nada, la poca agua que nos traen apenas alcanza, los bomberos llegaron cuando todo estaba consumido. El vecino está en shock», sintetizó Abigail Vidal, una de las voceras del sector El Trébol, (en la meseta y zona del nuevo ejido de Neuquén), uno de los barrios en regularización donde se quemó una casilla y un auto alcanzado por las llamas hoy.
El incendio ocurrió hoy por la mañana. La vivienda estaba sola y por razones que se investigan, comenzó a arder. Y un auto que estaba en el patio fue alcanzado por las llamas en las inmediaciones de El Trébol y La Fresca. A ese sector, lo asiste con aguatero la municipalidad de Neuquén. A los vecinos a pocos metros, el agua les llega también en camión cisterna, pero del municipio de Centenario. Otras familias, reciben agua potable por reparto del camión del EPAS.
Los primeros días de esta semana hubo una reunión en ciudad Judicial, donde la fiscalía lleva a cabo una mediación compleja para la provisión de agua potable a estos sectores de la meseta donde las familias viven con luz provisoria, sin gas, cloacas y con la dependencia del agua que llega en camión.
En El Trébol, a continuación del barrio Nueva Esperanza, viven unas 250 familias, de acuerdo a la estadística vecinal. «Ardió la casa con pérdidas totales, el dueño no estaba, pudo haber sido un corto, también se le quemó el auto. La municipalidad de Neuquén nos trae unos 500 litros por día y apenas nos alcanza, estamos pidiendo el doble, porque dependemos del aguatero para todo», describió la vecina.
Explicó que el dueño de la casa había dejado un cuidador, porque el problema de la seguridad (con los robos) es importante en el sector y se tienen que arreglar solos. Y cuando llegó no podía hablar.
A Abigail le impactó fuertemente porque en mayo, también perdió su casa y todo lo que tenía debido a un cortocircuito. «Estamos en emergencia total, acá; dependemos del aguatero y no tenemos agua, porque no alcanza. Todo el sacrificio de muchos años, se va en unos minutos. Y eso que era un hombre solo, no había niños ni hay que lamentar víctimas. Ahora tiene que volver a armar su casa», describió.
De la reunión en la fiscalía general de Neuquén esta semana (por la mediación) dijo que nuevamente todos «se tiran la pelota uno a otro» sobre qué sector de casas debe cubrir cada municipio para llevar el agua. Hubo avances, con el refuerzo de camiones en algunos sectores donde el aguatero llega día de por medio. Está pendiente un relevamiento que inició hace un tiempo el IPVU. Y hoy ocurrió la desgracia.
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