El sueño en equilibrio: la lucha por un gimnasio de alto rendimiento

En General Roca, profesores, padres y gimnastas trabajan para promover la gimnasia deportiva en la provincia y convertirla en una herramienta de inclusión.

La semilla de esta iniciativa germinó hace años, cuando un grupo de deportistas del gimnasio Zona alcanzó niveles competitivos que los llevaron a la selección nacional.

En un galpón amplio y despojado, en pleno corazón de General Roca, la pasión hace piruetas y el lugar se transforma. Desde hace dos meses, un grupo de padres, madres, profesores y jóvenes gimnastas se reúnen para darle vida a un proyecto ambicioso: construir un gimnasio para entrenar a deportistas de alto rendimiento y, a la vez, acercar la gimnasia artística a más chicos de la ciudad y la provincia.

La escena podría parecer una postal de cualquier lugar: adultos con manos llenas de pintura, niños que barren o cargan bolsas de arena. Pero aquí, cada movimiento tiene un propósito. Es un acto de compromiso y de comunidad.

La semilla de esta iniciativa germinó hace años, cuando un grupo de deportistas del gimnasio Zona alcanzó niveles competitivos que los llevaron a la selección nacional. “Uno manda a sus hijos a hacer una actividad pensando en recreación, pero luego el talento y el esfuerzo los llevan a otro nivel, y ahí es cuando te preguntas: ¿qué hacemos ahora?”, explica Ángel Oscar Paz, presidente de la Asociación deportiva para gimnasia artística de elite, Gimnart, creada para dar respuesta a esta inquietud.

No había un lugar en la ciudad, ni en las cercanías que pudiera sostener un entrenamiento de los gimnastas de elite. Debían viajar a Cipolletti o Plottier y para seguir avanzando Buenos Aires era una opción, pero el traslado era engorroso para muchas familias.

“Hay centros en capital que pueden albergar a los chicos, pero tienen corta edad, es engorroso. Necesitábamos un lugar acá, en el que puedan entrenar el tiempo que necesitan, con el equipamiento adecuado. Para estos niveles se entrena un promedio de cuatro horas durante seis días”, cuentan.


Comenzar a armar un nuevo gimnasio


En 2019, después de los Juegos Olímpicos para la Juventud, que se hicieron en Buenos Aires, la Confederación Argentina de Gimnasia repartió equipamiento al interior del país. En ese entonces, en General Roca no tenían un espacio físico para instalarlo y los llevaron a Cipolletti. Pero hoy, consiguieron el lugar y con el apoyo de los clubes de la Federación rionegrina de gimnasia, los trasladarán y se instalarán en la ciudad en unos grandes galpones.

Desde que recibieron la confirmación de que podían traerlos, comenzó el trabajo colectivo, no solo para sostener a sus hijos y poner en condiciones el lugar, sino para abrir las puertas de esta disciplina a otros niños, niñas y jóvenes.

“Esto no es solo una disciplina hermosa; es un refugio, un espacio de contención”, aseguran los integrantes de la asociación. No solo se busca la excelencia técnica, sino convertirse en una referencia. “A nivel social queremos darnos a conocer. Hay una impronta de la ciudad en la Patagonia, los chicos alcanzaron grandes logros. Y no es casual que en nuestro gimnasio hoy tengamos un entrenador de la Selección Argentina, que no tenemos en ningún otro deporte . Pero nos queremos ampliar, para que no sea para cuatro o cinco. Para ser una herramienta de inclusión”, destaca Ángel.

Sostienen que la gimnasia ayuda a crear rutinas, valores como la responsabilidad, la cooperación y la autoconfianza. A su vez, los chicos aprenden disciplina, sobre nutrición, a cuidar su cuerpo. “Es una herramienta poderosa frente a la vulnerabilidad social”. Se dieron cuenta que hay que desarrollar lo deportivo, pero también la integración. “Es un lugar grande y buscamos que chicos de los barrios, de otras clases sociales, también de otras regiones como puede ser Valle Medio, puedan venir y así sumar valores y talentos para Río Negro. Llegar a chicos que por ahí no conocen la gimnasia deportiva, que es la iniciación de cualquier deporte”, relatan.

El impacto de la gimnasia va más allá de los saltos y giros en el aire. Es una disciplina que exige esfuerzo físico, preparación psicológica y dedicación total.

“En cada competencia, los resultados no siempre son los esperados, y eso también se aprende. Aquí no hablamos de fracasos, sino de intentos. Los chicos dejan muchas cosas por entrenar, pero también les recordamos que deben disfrutar de su vida: estar con amigos, descansar, tener vacaciones. Todo es parte del proceso”, reflexionan los padres.

Para muchos chicos, salir a una competencia, pisar el Cenard –el máximo centro deportivo del país– es un sueño que se vuelve posible gracias a este trabajo colectivo. En los viajes, más allá que se cree que es un deporte individual, surge el compañerismo y la amistad.

A pulmón van acondicionando el lugar para instalar equipos.

Un espacio propio


Para los chicos, entrenar en un espacio propio les brinda algo más que comodidad: “Es su lugar. Ellos mismos pintan las paredes, limpian, hacen todo lo que haga falta. Eso les da un sentido de pertenencia enorme. Después cuentan en sus escuelas lo que hacen, y otros chicos se interesan. Esa conexión es mágica”, cuenta Alejandro Germanos, uno de los padres involucrados.

La transformación del galpón, ubicado en la esquina de Artigas y Santa Cruz, avanza contra reloj. El objetivo es inaugurar el espacio los días 14 y 15 de diciembre. Será justo cuando varios de sus gimnastas vuelvan de competir en instancias nacionales en Mendoza.

Entre herramientas, polvo y conversaciones animadas, se levanta algo más que un gimnasio: se construye un sueño colectivo.

La asociación está conformada por nueve padres. Hasta ahora, todo se hizo a pulmón, con aportes de las familias y colaboraciones puntuales. “Nunca dependimos de aportes externos, siempre nos organizamos entre nosotros. Cada vez que surge algo, porque por ahí los becan para competir fuera del país, pero hay que pagar los pasajes, o algo y salimos a ver cómo hacer. Sabemos que para mantener esto necesitamos más apoyo. Por eso, por ahí, planeamos vender publicidades que se puedan instalar en las paredes del nuevo gimnasio. En este lugar se van a organizar torneos provinciales y regionales”, detallan desde la asociación.

El galpón en General Roca no es solo un espacio; es una declaración de principios. Una muestra de que con trabajo, colaboración y sueños compartidos, se puede construir un futuro donde los valores y el esfuerzo tengan lugar.

Los jóvenes ponen esfuerzo físico, preparación psicológica y dedicación total.

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