El ropero comunitario de Cipolletti es un espacio de reinvención y solidaridad

En el barrio Obrero A, cinco mujeres trabajan para brindar abrigo a quien más lo necesite. Reciclan ropa que no puede ser donada y la transforman en mantas, que son bienvenidas cuando hace frío.

Las costureras no solo remiendan prendas de vestir, también idearon acolchados para repartir a quién más lo necesite.

En una casita del barrio Obrero A de Cipolletti, hecha de maderas y cartones se encuentra el calor del barrio. Cinco mujeres cosen y reciclan ropa para el ropero comunitario, los vecinos buscan allí un abrigo y la ropa del día a día. Sonia, es la cabeza de este grupo de mujeres que aprenden un oficio y ayudan a los más necesitados.

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