El rincón de la Isla Victoria, en el Nahuel Huapi, que contiene especies de todos los continentes cumplió 100 años

El vivero ocupa 2,7 hectáreas y, cuenta con un invernadero y un arboretum que fue declarado "de valor internacional" por parte de la Sociedad Internacional de Botánica.

El vivero de Isla Victoria comenzó a funcionar en 1924, 10 años antes de la creación del parque Nahuel Huapi. Foto: gentileza

El vivero de la Isla Victoria, ubicado en el corazón del lago Nahuel Huapi, cumplió 100 años. Ese rincón de una invaluable riqueza natural que ocupa 2,7 hectáreas justo en el centro de la isla comenzó a funcionar en 1924, diez años antes de la creación de Parques Nacionales. 

El vivero funciona a cielo abierto y cuenta con un invernadero, algunas dependencias y un arboretum que fue declarado «de valor internacional» por parte de la Sociedad Internacional de Botánica. Tiene 145 especies -100 exóticas y 45 nativas- que representan a todos los continentes del mundo.

Conservación, la mirada estratégica de una época impensada

Allá por 1922 se creó el parque nacional Del Sur, pero no prosperó porque dos años después surgió el parque Nahuel Huapi. «Perito Moreno había donado cinco leguas cuadradas para destinar a un parque nacional. Pero había otro paradigma: Capraro, por ejemplo, proponía impulsar la colonia agrícola Nahuel Huapi», relató el ingeniero forestal Adolfo Moretti, director del jardín botánico de la Isla Victoria. 

«La Isla Victoria atraviesa toda la historia de Bariloche», consideró el ingeniero forestal Adolfo Moretti. Foto: gentileza

Mencionó que en 1922, el entonces ministro de Agricultura Tomas Breton visitó la Isla Victoria y advirtió sobre la necesidad de crear un vivero nacional a fin de recuperar el área devastada con la plantación de árboles y la llegada de especies forestales de todos los lugares del mundo. «De esta forma -agregó Moretti-, adhirió a la idea de Perito Moreno de conservación. La idea fue contar con un vivero para tener plantas para forestar y que de ahí, se saque la madera. Con el tiempo, algunas de esas especies resultaron invasoras, pero la estrategia fue fantástica si uno piensa en esa época».

El vivero se montó justamente en un sector que había sido talado. «Al llegar a la isla en barco, se llega a la bahía más tranquila del lago Nahuel Huapi, un lugar ideal para sacar madera. Era un puerto bárbaro. ¿Qué mejor lugar que arrancar un vivero que un sector ideal para ser remediado?«, se preguntó Moretti. 

Durante los siguientes 10 años, se llevaron frutales, rosales y hasta especies ornamentales de otros países para evaluar si «con el tiempo podían resultar buenos árboles». También en ese momento, comenzó a gestarse el arboretum, de la mano de Pablo Gross. 

El vivero de Isla Victoria comenzó a funcionar en 1924, 10 años antes de la creación del parque Nahuel Huapi. Foto: gentileza

En 1934 con la creación del parque nacional Nahuel Huapi, el vivero pasó a su jurisdicción y se lo potenció, transformándolo en la Estación Forestal de Puerto Anchorena. De hecho, se contrató a un grupo de ingenieros forestales rusos para realizar tareas de supervisión y divulgación.

«Empezó el turismo por esa época, se contrató más personal de Parques para el vivero y se construyeron varias casas. También venían estudiantes de universidades de Buenos Aires y La Plata a visitar la estación biológica», detalló. 

Hacia fines de los años 60 y principios de los 70, la actividad del vivero fue mermando y dejó de producir plantas. Sucede que en la primera conferencia global mundial sobre Ambiente en Estocolmo, Suecia, se apuntaron a algunas especies invasoras como perjudiciales y a la revalorización de las plantas nativas. En ese momento, entonces, las plantas exóticas se hacen a un lado y el vivero decae.

«La última etapa corresponde al 2005 cuando fue creciendo todo, con la reactivación económica y turística. Se hicieron plantaciones y se armaron cercos. En un momento, todo el conjunto del patrimonio del vivero se convirtió en un jardín botánico. Hay planos del año 50 que están dibujados y que marcan un sector definiéndolo como un futuro jardín botánico. Y realmente, fue así«, subrayó Moretti.

Ese sector fue reconocido como «Jardín Botánico» por la Botanical Garden Conservation International (BGCI), una organización no gubernamental de Gran Bretaña. ¿Qué implica ser un jardín botánico? Se tata de un espacio que dispone de una colección de plantas con un registro científico de su clasificación, pero a la vez, resulta un espacio de investigación, educación y divulgación. 

Moretti aseguró que hoy el vivero está abocado a la producción de especies nativas del parque, sobre todo de árboles y arbustos -porque «con las herbáceas, falta mucho»-. Desde 2009 hasta hoy, el vivero ha producido entre 125 y 135 mil plantas nativas. Sin dudas, mantuvo el espíritu con que nació. 

El vivero de Isla Victoria comenzó a funcionar en 1924, 10 años antes de la creación del parque Nahuel Huapi. Foto: gentileza

El objetivo de las plantas es restaurar y rehabilitar zonas afectadas, por ejemplo, por incendios como ocurrió con el de Stefen, Martin o Brazo Tristeza en los últimos años. También se han plantado muchas especies en el sector quemado en el cerro Catedral. No es todo. Muchas plantas se destinan a diferentes barrio de Bariloche, como el caso de Malvinas.


Solo dos mujeres trabajan actualmente en el vivero de la Isla Victoria: Estela y Gabriela, una viverista de la Universidad Nacional del Comahue. Tras la celebración de los 100 años se hizo hincapié en la necesidad de reforzar el trabajo en ese espacio .

El vivero de Isla Victoria comenzó a funcionar en 1924, 10 años antes de la creación del parque Nahuel Huapi. Foto: gentileza

Moretti se sumó al trabajo en el vivero de Isla Victoria en 2005, a cargo del trabajo de recuperación, ya que los años 90 «fueron terribles porque todo quedó abandonado». 

¿Qué representa el vivero para este apasionado ingeniero forestal? Para Moretti no es posible entender la historia de Bariloche y del parque Nahuel Huapi sin entender la historia del vivero. «Por la Isla Victoria pasó todo. La Escuela de Guardapaques nació ahí, al igual que la Escuela de Jardineros y Viveristas. De ahí salieron los árboles plantados en los cascos de las estancias y en las principales plazas. Diez años antes del parque nacional ya existía el vivero. Cuando se creó la primera intendencia del parque, fue emplazada en la Isla Victoria. Es algo transversal que refleja toda la historia de Bariloche«, reconoció.


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