El rincón de Bariloche donde sorprenden los árboles más altos del mundo
La Isla Victoria, enclavada en el corazón del lago Nahuel Huapi, no solo contiene un muestrario de más de 120 especies de árboles de todo los continentes. Caminar por «el sendero de la sequoia» se asemeja, según el ingeniero forestal Adolfo Moretti, a transitar por «una avenida de gigantes» donde los troncos superan los 50 metros de altura.
Ese camino está compuesto por unos 40 ejemplares, árboles de una altura monumental, que conduce hasta un punto focal donde se pueden apreciar las tres sequoias más altas del sitio ubicado dentro del predio del vivero forestal, frente al invernadero botánico.
«Las sequoias tienen una arquitectura impresionante con esa base ensanchada, tan piramidal que le da ese volumen. Son las más grandes del mundo«, evaluó Moretti que, a la vez, es el director del jardín botánico de la Isla Victoria. «Las de Isla Victoria -agregó- fueron plantadas en 1925, 1926. Hoy alcanzan los 98 años y los 51 metros de altura. Son los ejemplares más grandes».
Esos árboles fueron introducidos por semillas desde la costa oeste de Estados Unidos, enviadas por el Servicio Forestal de ese país. En ese lugar, especificó el especialista, hay una ecorregión «donde los árboles son tan monumentales y atractivos» que han sido introducidos en muchos jardines botánicos: «Está la versión también de que se trajeron sequoias desde California por mar hasta Puerto Montt, desde donde las cruzaron por el lago».
Esta introducción fue parte del plan que impulsó, en 1922, el entonces ministro de Agricultura Tomas Breton al visitar la Isla Victoria y advertir sobre la necesidad de crear un vivero nacional que permitiera recuperar el área devastada con la plantación de árboles y la llegada de especies forestales de todos los lugares del mundo. «Breton adhirió a la idea de Perito Moreno de conservación. La idea fue contar con un vivero para tener plantas para forestar y que de ahí, se saque la madera sin afectar el bosque nativo. Con el tiempo, algunas de esas especies resultaron invasoras, pero la estrategia fue fantástica si uno piensa en esa época», planteó Moretti.
Lo singular, advirtió, es que «debe haber muy pocos lugares en el mundo donde las sequoias puedan crecer como crecieron en la Isla Victoria, fuera de su lugar de origen. El clima es similar aunque estamos más metidos en la montaña que en la costa».
Consideró también como una ventaja los suelos volcánicos de esta zona que resultan muy fértiles. «Los árboles en esta zona crecen de manera increíble.
Por último, Moretti recalcó: «En estos 100 años alcanzaron los 50 metros de altura, los 4 metros de diámetro. Uno piensa: en 100, 200 años, ¿a dónde van a llegar?«.
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