El reloj de cien años que nunca se detuvo en Neuquén
Es el más antiguo de la ciudad y se encuentra en Casa de Gobierno. Comenzó a funcionar en 1924. Un trabajador sube dos veces por semana a la torre para darle cuerda.
Hace tanto tiempo que está allí que ya pasa desapercibido ante los transeúntes. Pero quien se para en la plaza Roca, sobre calle Roca y mira al frente, puede verlo. Es el reloj más antiguo de la ciudad de Neuquén y está emplazado en una de las torres de Casa de Gobierno de Neuquén. En 2024 cumple 100 de años funcionamiento ininterrumpido. Solo se detuvo una vez para el recambio de un engranaje.
Es una pieza única de exquisita perfección. Se trata de un reloj a péndulo de marca JF Weule y sobre su historia hay dos versiones. Una de ellas da cuenta que fue traído de Alemania en 1909, un año después de que empezara a construirse el edificio para la jefatura de policía del Territorio del Neuquén. La otra dice que en realidad, fue traído de la gobernación de Chos Malal, junto con las piedras que se utilizaron luego para la construcción de los pisos de los patios internos de Casa de Gobierno.
Lo cierto es que el emblemático reloj comenzó a marcar las horas en 1924, cuando finalizó la construcción del edificio para la policía.
Desde entonces, solo se detuvo una vez, por unas horas, para reemplazar un engranaje roto. Marca la hora y la hora y media gracias a una campana que se instaló en la torre que da a la plaza Roca. Dos veces por semana, un empleado sube a darle cuerda. Da vuelta a las manivelas que levantan dos pesas, una del reloj y otra de la campana. Una vez que las pesas están en la parte superior, cada vez que se llega a la hora exacta van bajando. El proceso dura cuatro días.
La idea de la campana era que todo el pueblo supiera la hora. Pero para los gobernadores que tenía su despacho debajo del reloj, era insoportable. Se tuvo que colocar un dispositivo para bajarle el volumen.
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