«El refugio de las sombras», la novela policial que nació en Viedma
Cosme Andrés Nacci es el autor de esta historia. "La escritura, como decía Hemingway, es 99% sudor; no creo en la inspiración", dijo.
“El refugio de las sombras” es una novela policial que se gestó en Viedma. No toma el género tal como lo hacen muchos escritores ingleses -como la máxima exponente Agatha Christie-, donde subyace un crimen que es resuelto por un detective, a través de deducciones, que finalmente logra dar con el responsable.
“Son entretenidas pero no es el camino que elegí. Elegí el policial negro”, aseguró Cosme Andrés Nacci, que acaba de publicar “El refugio de las sombras”, su cuarto libro.
El autor viedmense se confiesa un apasionado de la escritura de Raymond Chandler, un escritor estadounidense de novela negra. Y de Ernest Hemingway. “Acá no hay un problema a resolver solamente. Tiene como trasfondo lo que ocurre en la sociedad, pero no a modo de un análisis sociológico. Chandler, por ejemplo, tomaba la sociedad de Los Ángeles en los 40, 50. Mi novela, en cambio, está enfocada en Buenos Aires”, resumió Nacci.
“El refugio de las sombras” trata sobre la historia de un actor de cine. No muy famoso, pero con una carrera que desea trascender. “Este actor tiene la característica de interpretar sus personajes a fondo. Se compromete con el personaje de tal modo que la persona termina convirtiéndose en el personaje. Se genera una confusión”, señaló. “El problema en esta historia, añadió, era que el personaje debía interpretar el papel de un criminal”.

Nacci admitió que esta última novela le costó bastante más que las anteriores. “Hubo períodos en que no escribí y luego, retomaba. Sucede que mi idea de la escritura se parece bastante a lo que decía Hemingway: la escritura es sudor en un 99%. No creo en la inspiración. Uno tiene que trabajar la escritura para que salga algo bueno. Después del trabajo viene la inspiración y no al revés. Por eso, no confío en esos escritores que afirman ‘estoy inspirado’”, dijo riéndose.
¿Cuál es el disparador para Nacci a la hora de iniciar una historia? Una imagen. “La empiezo a trabajar. A veces, la abandono porque no me lleva a ningún lado; otras, la voy desarrollando de a poco”, subrayó.
En este caso, la imagen disparadora fue una película que vio en televisión cuando era pequeño. «Recuerdo este personaje que, cuando actuaba en una comedia era simpático y querible; cuando le tocaba una tragedia, se volvía un tipo intolerante e intolerable. Esa imagen fue apareciendo en mi cabeza y adquiriendo un desarrollo”, especificó.
Nacci tiene 74 años. Es abogado, pero está jubilado. Se crió en el barrio porteño de Villa Crespo, pero cuando tenía 34 años, decidió radicarse en Viedma, tras el ofrecimiento para hacer cargo del área legal del Instituto de la Vivienda. Nunca más se fue.
Entiende que su pasión por la escritura está vinculada a su gusto por la lectura. “Empecé a escribir hace mucho tiempo. En forma tentativa, al principio. Tiraba los papeles de las cosas que escribía y no me gustaban. Hasta que me dije: ‘Esto tiene algún sentido’. Escribí entonces mi primera novela aunque no la publiqué”, recordó. Otra suerte corrieron sus cuatro novelas siguientes. Y siempre mantuvo el género: el policial negro.
Cuando la primera historia se materializó, Nacci tenía 50 años. “Uno toma cierta distancia de aquello que escribe. Y es lo que corresponde. De todos modos, creo que con esta última novela, di un paso más allá. Quise apartarme de lo que escribía habitualmente y creo que lo logré”, evaluó este escritor.
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