El primer intento de fuga de presos de Neuquén
Un bandolero chileno de apellido Benavídez resolvió escapar de la deplorable cárcel U9, en 1905. Tenía todo el plan armado con cómplices dentro y fuera. Pero no pudo ser.
Ya es por todos reconocida la fuga de presos ocurrida en la ciudad de Neuquén en 1916 que desencadenó lo que luego pasó a la historia como La Matanza de Zainuco. Pero hubo una fuga menos conocida que sucedió en 1905, cuando aún se continuaba celebrando la nueva capital del Territorio del Neuquén. Pero no pudo ser.
En ese entonces la cárcel de la ciudad era un galpón con un tinglado de chapas de zinc, en el que fueron alojados los presos que fueron trasladado desde Chos Malal y convivían en condiciones de hacinamiento.
Y en ese contexto entra a la escena el bandolero chileno Benavídez, que llegó a la región, dejando en su país natal un frondoso portuario delictivo.
Armó su plan de fuga durante varios meses. Se hizo de apoyo interno que lo ayudaran a pasar el cerco de la cárcel y externo para conseguir caballos, armas y quien luego lo ayudara a huir por Ñorquin hacia su nuevo destino. “Al momento de la fuga, fijada para el lunes 18 de diciembre de 1905, una buena tropilla aguardaría escondida en el cementerio, a 200 metros de la cárcel, las armas estaban aseguradas”, recordó la página digital masneuquen.com. Lo que faltaba el dinero y Benavídez tenía planeado asaltar la pequeña sucursal del banco Nación, realizando un boquete desde la casa lindera.
En la cárcel diseño los planos con los datos que le aportaba un cómplice que había conseguido un puesto de albañil en el banco. Pero tres días antes del día de la fuga, los planes de Benavídez fueron descubiertos por un guardiacárcel.
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