El método del patito de goma: un truco para resolver problemas que los programadores tenían guardado 

Con algunos problemas de la vida cotidiana nos trabamos, le damos vueltas y no parece haber solución a la vista. Para esto sirven dos fórmulas: tomar distancia y dar contexto. Allí es donde puede ayudarnos (crean o no) el método del patito de goma. 

Uno de mis mejores amigos es programador. Un día, mientras le estaba contando algún dilema personal que resolví a la mitad del relato, respondió «la técnica del patito de goma», a lo que, obviamente, recibió una de las miradas más confundidas e intrigadas que puedan imaginarse.

Resulta que ese es el nombre de una técnica que usan los programadores (y se lo guardan entre ellos, pero no tiene por qué ser así). Surge de que muchos de ellos, cuando escriben códigos, se topan con alguna traba, pero no saben cuál es o no pueden ubicarla. Parece que es muy común en estos casos que se levanten a pedirle su opinión a un/a colega y, a medida que empiezan la frase, tienen que interrumpirse al son de un “dejá, no importa”.

Esto es porque la solución de un problema muchas veces se nos aparece por sí sola cuando lo relatamos, y ahí viene el patito de goma:

El método consiste básicamente en contarle nuestro problema a… un patito de goma. ¿Por qué funciona? Cuando hablamos sobre una dificultad necesitamos:


Bajar el ritmo


Si estamos inmersos en un proyecto por horas y horas sin parar, no podemos verlo con distancia. Para esto también sirve aislarnos del proceso de trabajo tomándonos un café, dándonos una ducha o saliendo a caminar. Estas cosas sirven para que, cuando regresemos a la tarea, la evaluemos desde el principio.


Dar contexto


“¡Los patos no saben nada sobre programación!” comentan entre risas en el video de Coder Foundry que describe esta técnica. Es por eso que tenemos que comentarle todo paso por paso y de manera completa. Cuando se llega al problema que nos está trabando, se hace evidente de forma inmediata.

Extrañamente, toda la información sobre este tema está muy asociada a la actividad de escribir códigos. Y digo extrañamente porque, desde el hallazgo, pude ver que la técnica aplica a todo tipo de problemas: desde el estudio, hasta las relaciones personales o un problema con el horno en la cocina. ¡Por eso los invito a que busquen algún objeto inanimado (preferentemente con cara, para no sentirse locos) que les sirva para contarle sus dudas y resolverlas por ustedes mismos!


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN



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