El médico que revive la época dorada del Deportivo Roca
El cardiólogo Juan Vignolo desde 1974 hasta el 2010 atendió a los jugadores del club. Viajó junto al equipo cuando participó de los torneos nacionales. En marzo de este año se jubiló y sigue visitando la cancha donde es socio vitalicio.
El médico Juan Vignolo mientras recorre la cancha de su amado Club Deportivo Roca, recuerda cuando tenía que correr detrás de los jugadores si sufrían alguna lesión.
El cardiólogo que se jubiló en marzo de este año, fue desde 1974 hasta 2010 el médico oficial que tuvo el club. Incluso viajó cuando el equipo clasificó para participar del Torneo Nacional de 1978 y 1982.
A sus 76 años vuelve a viajar en el tiempo cada vez que pisa el estadio Luis Maiolino. Juan llegó con solo 24 años a Roca, luego de terminar sus estudios en la ciudad de Córdoba Capital y empezó a trabajar con el doctor Agapito Román que también era el médico del Club Tiro Federal.
“Cuando se enfermaba algunos de los jugadores le consultaban a Román y en el Club Italia Unida estaba el doctor Elvio Rochia. Antes de irse Rochia a trabajar a Buenos Aires me pidió que le diera una mano al Club Italia Unida por cualquier lesión que pudieran tener o enfermedad los jugadores”, contó.
Así inició su invaluable colaboración con el deporte local. “Lo hice ad honoren toda vida”, destacó.
En 1974 cuando se integraron los clubes Italia Unida; Club Río Negro y la Asociación Patriótica Tiro Federal nació el Club Deportivo Roca.
A partir de ese año Juan empezó a ayudar a la nueva institución junto a los médicos Horacio Muñoz y Eduardo Lavat.
“Después a partir de 1978 quedé como el médico oficial del Deportivo Roca. Primero en el ascenso y luego en la liga nacional. Tenía la obligación el club de contar con un profesional inscripto en la Asociación de clubes. Además fui el presidente de la subcomisión de básquet”, recordó.
“En 1978 cuando el Depo jugó el primer torneo nacional tenía que viajar con el equipo de fútbol. Después en 1982 cuando volvió a participar”, contó.
Juan explicó que no tuvo una especialidad como deportólogo. “Actuaba como médico clínico y traumatólogo con ayuda de kinesiólogos”, señaló.
Cómo se desempeñaba en la Clínica Roca le pedía ayuda a los traumatólogos que trabajaban allí por si había una patología compleja como una fractura o cirugía “que exigiera mayor conocimiento de lo que yo podría tener”, contó.
Hasta el 2010 fue el médico oficial que tuvo el Depo. Incluso después cuando por la edad no podía correr más en la cancha, seguía recibiendo a los jugadores de fútbol y de básquet en su consultorio.
“El Depo pasó a ser el club del pueblo, de la ciudad y todos tratábamos de darle una mano. Independientemente de eso, también colaboraba con los muchachos que remaban en la regata a Viedma y ciclistas que representaban a Roca en la Vuelta al Valle”, detalló.
El club no tenía consultorio por esto las revisiones las realizaba en su oficina.
“Cuando se enfermaba algún jugador desde una simple angina o gripe, o un problema del tipo digestivo iban al consultorio y yo a partir de ahí con el apoyo de la gente de la Clínica Roca le hacíamos estudios radiológicos, de laboratorio”, mencionó.
Además aconsejaba sobre la alimentación y realizaba controles a los jugadores que se habían desgarrado. “Era el orientador médico”, expresó.
En esos años no había muchos clubes que contarán con estos profesionales. Por ello siempre hizo colaboraciones en distintas ciudades. “Una vez Allen jugó un torneo provincial y me pidieron que fuera y les di una mano, estuve cuatro partidos con ellos. Incluso fui médico del Club Cipolletti a pesar de la tremenda rivalidad que ya existía en esos años. Había pasado una situación particular con el médico de ellos y me tocó ir a dos partidos”, contó sonriendo.
Juan señaló que los clásicos entre el Depo y Cipo eran terribles. “Antes del 1978, el quilombo se armaba, porque se buscaba ascender a la liga. Con Circulo Italiano y Atlético Regina siempre había piñas”, recordó.
Describió a los jugadores como muy respetuosos. “Cuando el Depo empezó a jugar los torneos importantes venían jugadores de todo el país de la AFA. Vinieron de Independiente, de Vélez Sarsfield y de Gimnasia Esgrima de la Plata”, relató.
“En aquella época uno era socio de todos los clubes. Una vez que se unieron seguimos siendo socios del Depo, soy socio vitalicio”, remarcó orgulloso.
Cuando se amplió la tribuna del estadio Luis Maiolino, el doctor estuvo trabajando junto a varios vecinos. “Mucha gente vino a soldar, lo hacía ad honorem. Hicimos nosotros también en el estadio de las 827 Viviendas en el polideportivo. Se armó un gimnasio con todas las tribunas, el 90% las hicimos nosotros. Trabajé durante noches soldando y poniendo tornillos”, detalló.
Sus dos hijos jugaron al básquet en el Depo. Juan Pablo, el mayor lo hizo hasta que se fue primero a Italia a jugar y después a Quilmes. Su hijo José jugó hasta los 18 años en el club roquense.
Hoy Juan comparte anécdotas con sus amigos en el Café 43 de Roca. Antes de jubilarse, hasta el año pasado seguía recibiendo a jugadores en su consultorio.
En su rostro se refleja esa pasión que marcó su vida por el club de sus amores. “Ahora jubilado sigo leyendo sobre medicina, me junto con mis amigos y viajo a ver a mis hijos en Mar del Plata”, contó.
Además sigue yendo a la cancha donde solía atender a los futbolistas.
Comentarios