La historia familiar detrás de los alfajores ‘Bardas del Neuquén’ que endulzan la tarde
Copan las mesas y meriendas de los vecinos de Neuquén. También ya son un souvenir para los turistas que visitan la capital provincial. Conocé la historia detrás de la dulzura.
La familia que está detrás de los alfajores “Bardas del Neuquén”. Foto: Gentileza
Esta historia de Neuquén, nace como muchas: en la cocina de una casa. Y sigue como pocas: arriba de la mesa, listos para los mates, para regalos o para endulzar el corazón. “Bardas del Neuquén”, son los alfajores que enamoran a turistas y locales.
“Bardas del Neuquén” ya es, para muchos, el clásico de la tarde. Se han convertido a lo largo de sus años en una marca distintiva de la capital provincial.
Esta marca de alfajores de Neuquén es una empresa familiar. Nació en 1985 de la mano de Mariel Russo y Orlando Benegas, con la colaboración de “Cacho” y “Pochi”, los padres de Mariel.
El comienzo fue muy distinto a lo que hoy tienen: en un horno doméstico empezaron a cocinar tortas, masas secas, bocados dulces y salados. Y por supuesto, los alfajores de maicena y chocolate que hoy son su especialidad.
De a poco, se armaron. Compraron un horno pastelero que les permitió aumentar su producción y llegar en 1993 con sus primeras docenas al supermercado Topsy. Para 2019 Mariel y Orlando estaban listos para entregarle la posta de la empresa a la siguiente generación de la familia: su hija Belén y su yerno Hernán Siede comenzaron a hacerse cargo del negocio.
De a poco, “Bardas del Neuquén” logró consolidarse en comercios y en casas de productos regionales. Hoy además de los alfajores que son pioneros y su especialidad, también elaboran otros de chocolate con dulce de frambuesa, bañados en chocolate blanco, glaseados rellenos con dulce de leche y dulce de manzana.
Quienes visitan la ciudad eligen sus productos a la hora de llevarse un recuerdo o algo para regalar. Como en toda empresa familiar es chica.Hoy son siete empleados y hay roles definidos, pero todos hacen de todo un poco.
La familia detrás de “Bardas del Neuquén” tiene mucho para dar. Trabajo, corazón y chocolate para endulzar las tardes.
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