El intento desesperado de una joven madre de Bariloche por volver a estar cerca de su bebé
La mujer irrumpió una madrugada por el ventiluz de la casa de su expareja y padre del pequeño, que tiene la custodia, y se lo llevó. La Policía la detuvo, porque tenía una prohibición de acercamiento. La fiscalía y la defensa abordaron el caso sin el criterio punitivista, porque la detenida está en situación de vulnerabilidad por sus adicciones.
Sintió una necesidad imperiosa de volver a estar con su bebé. Y no se detuvo. Hacía más de un mes que no podía verlo porque una jueza de Familia de Bariloche le impuso el 28 de septiembre pasado a la joven madre la prohibición de acercamiento a su expareja, quien quedó con la custodia del pequeño. La restricción incluía el domicilio del hombre y padre del bebé.
La joven madre vive un calvario desde hace tiempo del que no puede escapar. Sufre por las adicciones que la sumergieron en un estado de vulnerabilidad social delicado, explicaron fuentes judiciales que conocieron el caso estos días.
La madrugada del 6 de noviembre pasado, la joven estuvo inmersa en un estado de desesperación que la llevó casi al borde del abismo.
El frío relato del hecho que figura en la imputación del Ministerio Público Fiscal dice que la mujer (cuya identidad se mantiene en reserva) irrumpió -sin autorización- aproximadamente a las 4 por un ventiluz del baño a la vivienda de su expareja.
La chica entró a la habitación y tomó a su bebé de cinco meses, que dormía al lado del padre, en la misma habitación de una sencilla casa de un barrio del Alto de Bariloche.
El padre se despertó asustado. La joven estaba fuera de sí. Intentó calmarla. El joven sabe de los problemas que sufre la madre de su hijo. No pudo. Optó por pedir ayuda, mientras, la madre se retiraba del domicilio con el bebé. En ese momento, policías llegaron al lugar.
La joven emprendió la fuga con el bebé en brazos por calle Piedras Blancas. Portaba un cuchillo con serrucho de mango de plástico en su mano, describió la fiscalía. Los policías salieron tras la joven y el pequeño.
Las crónicas policiales del día siguiente en algunos diarios locales informaban que la joven mamá había intentado lastimar a su hijo. Desde el Ministerio Público Fiscal negaron a RÍO NEGRO esa versión. “No quería lastimarlo. La amenaza fue lo único que se le ocurrió en esa situación dramática”, explicaron.
Valoraron que los policías habían actuado de manera correcta y lograron poner a resguardo al bebé, que fue entregado a personal de la Senaf. En cambio, la chica terminó detenida en la comisaría.
La fiscalía preparó la imputación, pero cuando indagaron en la historia advirtieron que el caso requería de un abordaje alejado del punitivismo.
Por eso, en la audiencia de formulación de cargos, el fiscal del caso Gerardo Miranda y el defensor oficial Marcos Miguel acordaron tratar de resolver el conflicto, pero desde un abordaje integral. Desde la defensa pública señalan que era necesario aplicar perspectiva de género.
La declaración de la psiquiatra del cuerpo médico forense Verónica Martínez fue clave. La especialista advirtió el cuadro agudo que sufría la joven por sus adicciones. Desde la fiscalía destacaron que el padre del bebé y expareja de la chica fue el primero “que nos pidió ayuda para ella”.
Por eso, se la imputó por desobediencia a una orden judicial y violación de domicilio. Los operadores del servicio de justicia comprendieron que la prioridad era que la joven se internara en salud mental del hospital Ramón Carrillo para tratar su problema. Ella consintió esa medida por 15 días -en una primera etapa- para intentar dar vuelta la página y empezar un proceso de recuperación. Sobre todo, porque quiere volver a estar cerca de su hijo.
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