El increíble mundo debajo del mar en los ojos de Luciana: de Neuquén a Miami a vivir del buceo

Bucea con tiburones todos los días y lleva la magia del silencio tatuada en su piel. Renunció a su trabajo, cambió de vida y se convirtió en la primera mujer argentina embajadora de PADI, la organización mundial de los buzos. El mundo subacuático es su nuevo hogar.  

Luego de una etapa como periodista exitosa en Buenos Aires y Córdoba, Luciana Maldonado decidió que su vida tenía que dar un vuelco. Algo no le cerraba, algo faltaba y le hacía ruido por dentro. Un viaje en solitario fue el puntapié para develar ese misterio: así llegó a su vida el buceo y le cambió para siempre todos los esquemas.  

Tiene 32 años, nació en Neuquén y, tras habitar varios lugares como La Plata, Córdoba y retornar a Neuquén, decidió asentarse en Miami Beach donde actualmente vive mitad sobre tierra firme, mitad en el agua. Su oficina es el mar y sus compañeros de trabajo, los tiburones.  

Pasó del alboroto de las cámaras y micrófonos de Todo Noticias (TN) y ESPN; a escuchar el silencio del mar, el sonido de los animales y su propia respiración. Estaba muy lejos de casa, pero en su nuevo hogar: el mundo subacuático que hoy le ofrecen las playas de Estados Unidos. Esa calma que estaba buscando en su interior más profundo salió a flote.  

“El buceo llegó a mi vida cuando tenía que llegar. Tenía 22 años cuando hice mi primera inmersión, me enamoré por completo, pero tenía una vida a la cual responder. Era una periodista exitosa, me estaba yendo muy bien, pero no era feliz”, contó la mujer.  

Luego de recibirse estuvo cinco meses viajando. Volvió a Neuquén ya con ganas de seguir en periodismo y trabajó para un diputado provincial. «Me iba muy bien laboralmente, pero no me sentía cómoda con mí misma, internamente no me llenaba lo que estaba haciendo», contó a Diario RIO NEGRO.  

En Neuquén hizo un instructorado de yoga y de Reiki mientras trabajaba para el legislador, la búsqueda no cesaba. Luego se fue un par de meses a Tailandia y a Indonesia, sitio donde ocurrió la magia, el antes y el después.  

“Ahí conocí el buceo y me enamoré por completo: tuve que tomar la decisión de mi vida”, contó. Regresó a Neuquén, renunció a su trabajo y se mudó a México persiguiendo horizontes en el buceo.    

“Conecté tanto con el mar, con los animales que vi ese día que fue como que encontré la respuesta que necesitaba”.

Luciana Maldonado, instructora de buceo en Miami, de Neuquén.

«Tenía mi departamento, mi auto 0 kilómetro, mi gata”, contó. Resolvió todo en un mes y partió de Argentina a empezar de cero una carrera en el buceo. “En México estuve cuatro años, trabajando como instructora, buceando en los cenotes», contó. 

En 2022 se mudó a Miami donde ya cuenta con residencia, visa de trabajo. “Acá fue donde me enamoré completamente del buceo con tiburones”, dijo.  

Foto: gentileza.

Este 2024 la joven neuquina se convirtió en la primera mujer argentina en ser la embajadora PADI (Professional Association of Diving Instructors), la mayor organización mundial de buceo y exploración de los océanos, que opera en 186 países y territorios. Para ella es motivo de orgullo por todo lo que luchó para conseguir el título. 

Seis días a la semana sumergida en otro mundo


Luciana sale a bucear cinco o seis días a la semana, entre cinco y diez horas en el mar. Trabaja de miércoles a domingo, cinco días a la semana, pero en sus días libres, lunes y martes, sale con amigos. “Es distinto con amigos, se pueden tomar fotos, hacer videos, puede estar más relajado”, contó. 

“Mi trabajo es una bendición, lo defino así porque me vino a salvar de un montón de cosas», reflexionó, aunque nunca se arrepintió de haber estudiado Comunicación Social, de hecho, comprobó que era lo suyo, pero ahora le tocaba usar sus conocimientos para transmitir su pasión por la vida marina. “¿Qué mejor hacerlo enseñando?”, se preguntó.   

Ella se enamoró de cada animal que conoció y con el que conectó a través de las antiparras. No se cansa de conocer nuevas especies que se acercan para interactuar o se alejan buscando pasar desapercibidas.  

«El buceo es ir a otro mundo, literal, es conocer otra parte del mundo”, señaló. Los colores, vibras, sonidos, espacios son magistrales y no nos pertenecen, según contó la joven.  

“No pertenecemos ahí. Tenemos que darle la orden al cerebro de que podemos respirar debajo del agua, entender que podemos estar una hora por cada buceo. Debajo del agua es otra realidad distinta, creo que el buceo es mágico, todos deberían conocerlo», cerró

Hitos en su carrera, según PADI


-Enseñó a cientos de estudiantes a bucear y explorar el océano responsablemente.
-Realizó más de 1000 guias de buceo alrededor del mundo, promocionando la conservación marina y el turismo sustentable.
-Desarrolló e implementó entrenamiento y programas de buceo a varios grupos, incluyendo jovenes, adultos y personas con discapacidades.
-Colaboró con biólogos marinos y ambientalistas para crear programas educativos sobre conservación de la vida marina.

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