El gesto de la jueza de Paz de Cipolletti en las PASO: priorizó el derecho a la lactancia por sobre la elección
La magistrada Gabriela Montorfano, en una situación inédita, primó el espacio entre madre e hija y detuvo el comicio provisoriamente.
Karina es una joven mamá de Cipolletti que fue designada presidenta de mesa por la Justicia Electoral para las PASO que se desarrollaron ayer. Ella recibió su telegrama en los días previos a la elección y este domingo se presentó temprano para cumplir con su deber.
Nunca dijo, hasta ese momento, que amamantaba a su pequeña bebé de escasos meses de vida. Y cuando llegó la hora de alimentarla no tenía quién la reemplazara. La jueza de Paz, Gabriela Montorfano, en una situación inédita, priorizó el espacio entre madre e hija y detuvo la elección. Las y los electores esperaron con una excepcional paciencia y aplaudieron la decisión.
La situación no estaba contemplada en ninguno de los códigos electorales y se sabe, como viene sucediendo en varias elecciones, que escasean las autoridades de mesa. En algunas escuelas se constituyeron con presidentes y suplentes pero en el caso de la 120 del barrio Antártida Karina no tenía reemplazo.
Esta crónica optó por utilizar un nombre ficticio para respetar la intimidad de la joven mamá primeriza. Recién cerca del mediodía Karina le avisó al delegado de la escuela que debía amamantar a su bebé.
Ante esta situación sin precedentes, se convocó a la jueza de Paz de Cipolletti. Las y los electores que hacían fila para votar en esa mesa dieron cuenta de la situación.
La jueza le consultó si necesitaba movilizarse hasta su casa o sí tenía la posibilidad de que alguien de su familia le acercara a la criatura. Karina optó por la segunda opción.
Rápidamente, a días de haber culminado la semana de la lactancia, la gente que organizaba la elección preparó una espacio adecuado para el encuentro entre madre e hija.
La jueza explicó la situación y anunció que se iba a detener la votación por algunos minutos, puesto que la joven no tenía quien la reemplazara como autoridad de mesa. Las personas entendieron perfectamente y aplaudieron la decisión.
La mamá se ausentó un tiempo breve y alimentó a su bebé. La empatía superó cualquier ánimo caldeado propio de los comicios. El derecho a la lactancia se priorizó sobre la cuestión electoral.
Cerca de las cuatro de la tarde, la jueza consiguió una presidenta suplente que alivió la carga de la joven lactante. Eso evitó, además, que tuviera que quedarse hasta entrada la noche para el recuento final. Un poco de calidez humana ante tanta grieta.
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