El día en el que Neuquén quiso votar en elecciones nacionales
En 1914, el gobernador del Territorio, Carlos Bouquet Roldán reclamó por los derechos cívicos de los neuquinos. Hubo gran aceptación popular pero el pedido no prosperó.
El 26 de marzo de 1912 se sancionó la ley Sáenz Peña (8.871) que declaraba el voto secreto, seguro y obligatorio, entre otras cuestiones, para la República Argentina. Dos años después, el Territorio del Neuquén, que cumplía ocho años de su nueva capitalidad en la Confluencia, inició una fuerte campaña para que el Estado Nacional lo habilitara a participar de las elecciones nacionales, un derecho que en ese momento estaba vedado para los territorios nacionales.
El traslado de la capital de Neuquén se tramitó con discreción y en secreto
La petición surgió del propio gobernador, Carlos Bouquet Roldán, a través del exjuez letrado del territorio, Manuel Bonet, encargado de las gestiones antes el gobierno nacional.
Las intenciones de Bouquet Roldán no era elegir representantes territorianos al Congreso, sino “participar en la votación como integrantes del distrito de la Capital Federal, lo que no estaba en pugna con la Constitución. Si los habitantes de los territorios de provincias votan juntamente con los de sus capitales respectivas, ¿por qué los habitantes de los territorios federales no deben votar también con los de la Capital Federal?”, recordó Ángel Edelman en su libro “Recuerdos Territorianos”.
Y rescata una frase del gobernador que retrata el momento que se estaba viviendo. “Al famoso ’quiera el pueblo votar’ del presidente Roque Sáenz Peña que impuso la obligatoriedad del sufragio, Bouquet Roldán respondía con un reclamo equivalente a ‘quiera el pueblo dejarnos votar’”.
Pero volviendo a las gestiones, para lograr el objetivo que obtuvo gran repercusión pública en estas tierras, se organizaron comisiones y asambleas de vecinos paran en la capital y en el interior y se designaron representantes para realizar la petición ante Nación. Era la primera semilla en post del ejercicio de los derechos cívicos y la igualdad republicana. Pero no prosperó.
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