El bartender que creó un trago en honor a su abuelo y ganó una fantástica gira por Italia

Simón Tello es de Río Negro, pero vivió en Córdoba y España. Las aventuras con su “Nonno” lo inspiraron a crear un sabor único. Ganó un concurso de Campari y pudo conocer la increíble "Ruta del Aperitivo".

Simón lleva a su abuelo en lo más profundo de su corazón. Las aventuras con su «nonno» Rodolfo en la infancia lo marcaron de por vida y en la cúspide de su inquietud por la coctelería y la gastronomía, decidió inmortalizarlo en una de sus creaciones. Y llegó lejos.  

Jamás se imaginó que “Buenos días Rodolfo”, como bautizó a su aperitivo; iba a lograr el primer puesto en el torneo de “Campari”, Movimiento Aperitivo Argentino (MAPA), en 2013. Ese triunfo lo llevó a recorrer la ruta del aperitivo por Italia en 2014 con el embajador de marca “Campari” en Argentina, Martin Auzmendi y Sebastian Gullo.

“Es un cóctel en homenaje a mis aventuras con mi nono Rudy”, contó el joven bartender, Simón Tello. El trago refleja en su sabor, su presentación y su esencia, las vivencias de un niño pequeño con su abuelo, momentos inolvidables. Los ingredientes que eligió son los que solía encontrar en la casa de su “nonna” como hojas de albahaca fresca y ralladura de nuez moscada. 

El aperitivo logró ser campeón nacional y está hecho a base de 1 oz gin Príncipe de los Apóstoles, 1 y 1/2 oz de Cynar, 1/2 oz de almíbar simple, 1/2 oz de jugo de limón y agua tónica, pero lo que cautivó fue la historia detrás del líquido. 

“Tenía una decoración particular que era una cesta, una canastita de hielo, que se hace con un exprimidor, y eso fue muy llamativo en el momento de presentarme en el torneo”, explicó Simón en una entrevista con RIO NEGRO. 

“Me puse a recordar cosas de mi pasado con mis abuelos, que son inmigrantes yugoslavos e italianos, también medio austríacos”, contó. Tenía la historia más linda entre sus manos y solo 23 años cuando ganó el concurso. 

Simón de pequeño junto a su abuelo Rudy.

Rudy, su abuelo, murió cuando él tenía 15 años. “Solíamos ir a pescar muchísimo. Yo pasaba más tiempo con él que con amigos. Me ha enseñado muchísimas cosas”, contó con emoción y nostalgia. Su padre y su madre trabajaron toda la vida y eran sus abuelos los que lo cuidaban buena parte del día. “Yo fui el primer nieto. Siempre fui el más mimado, el que más estuvo con ellos”, contó. 

Días de pesca con el abuelo.

El triunfo le permitió realizar un increíble e inolvidable viaje por Italia, hace diez años. Acompañado del dueño de “Campari”, pudo conocer y perfeccionarse con los mejores, además de visitar los bares emblemáticos y la residencia Campari en Milán. 

Los participantes del certamen debían ser los anfitriones y crear un aperitivo de agasajo a sus invitados, basado en alguna historia verídica o ficticia. La presentación se llevó a cabo en un bar llamado “Milk, Compañía Argentina de Cocteles” en Córdoba, cuyo propietario era Sebastián Gullo. 

El torneo arrojaba un embajador por provincia que Campari seleccionaba y pasaba a la final en Buenos Aires. “Yo gané en Córdoba, fue una cosa de no creer, fue mi primera competencia sin muchas expectativas», contó. La competencia final se llevó a cabo en el Palacio Sanssouci con los máximos exponentes de todo el país. 

“Contamos la historia de nuestro aperitivo y emocionó. Llegamos 10 participantes a la final y lo gané»

Simón Tello, bartender de Regina.

Simón ahora tiene 33 años y no solo es bartender sino también emprendedor gastronómico. Nacido en Villa Regina, creció y pasó toda su adolescencia en la Perla del Valle. A los 20 años se fue a vivir a Córdoba y tiempo después a Marsella, España. Hace unos nueve meses vive en Roca. 

En Córdoba fue a buscar nuevas experiencias y fue ahí donde se le abrieron las primeras puertas al mundo de los cócteles. Entró a trabajar a un restaurante muy famoso “Mercado Central”, al cual asistían porteños que visitaban Villa Carlos Paz. 

Empecé a hacer mi carrera ahí, como camarero, luego pasé a formar parte del equipo de barra, donde empecé a capacitarme y a tomar cursos de bartender y eso fue llevándome a interesarme mucho más en la profesión”, explicó. 

El viaje inolvidable por Italia


“Fue un viaje maravilloso, conectar con la cultura de mis antepasados, de mis nonnos, de mis bisnonnos, fue maravilloso. Estuvimos recorriendo todo lo que es el Duomo de Milán, que es la plaza más importante, dónde está el bar Campari, el «Camparino» y la terraza «Aperol», en construcciones de aquellas épocas, de la vieja Europa», empezó su relato.

Visita a la Galleria Campari (Milán)
Rita Cocktail Bar (Naviglio Milán) puesta a punto para preparar Buenos Días Rodolfo, junto a Chiara Beretta.
En algun lugar de Piazza Castello (Turin)

Luego pasaron algunos días en Turín, donde comienzan muchos de los aperitivos de los Vermut. «Recorrimos grandes bares, grandes referentes de la gastronomía y de la coctelería internacional”, contó.

Para él, fue una experiencia en la que pudo dar un salto y abrir los ojos, ver todo lo que había para descubrir. Terminaron en Venecia, la ciudad del amor y del arte por excelencia.

Su residencia en Venecia.
Compartido historias en la casa de la Nonna de su amigo Stefano.

“No podía creer estar ahí, disfrutando de su gastronomía, de su arte, de cosas maravillosas. Y recorriendo la ruta de los aperitivos, el origen, el Harry’s Bar, donde se creó el famoso cóctel Bellini, que es espumante y jugo de durazno. Y la historia, la historia Flor de Piel, el bar Basso, donde se creó el Negroni Sbagliato entre los años 60 y los 70 más o menos”, recordó. 

Aposentos de la Famiglia Campari en el Cementerio Monumental de Milán. La obra representa la última cena.

Bartender, un estilo de vida


“Hemos hecho un vínculo con la profesión que es inseparable”, contó Simón sobre su trabajo. Tiene nuevos proyectos en Roca, la ciudad que lo adoptó en esta nueva etapa de su vida. 

“Soy una persona completamente apasionada por los sabores, por las culturas, por la comida. Estoy desarrollando ciertas habilidades culinarias que obviamente van de la mano y me han ayudado muchísimo a trasladar sabores nuevos a lo líquido. Ser bartender es un estilo de vida”, dijo. 

No podía faltar la visita al Bar Basso que dio origen al clásico Negroni Sbagliato en los años 60 y 70.

El bar demanda muchas horas y situaciones que quizás para algunas personas son difíciles de tolerar, porque hay que estar al 100% en atención al cliente. Es estar todos los días en los bares y realmente “es como una fiesta que nunca se acaba”, cerró. 


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