«Don Fernando», el pintoresco barrio de Roca se rodeó de rejas por decisión de los vecinos
Tras 20 años en espera, los vecinos iniciaron el cercamiento en el último mes. Lo hicieron para resguardar su "intimidad" como propietarios, aunque no todos estuvieron de acuerdo.
Emblemático, atractivo y distinto a cualquier otro, el barrio Don Fernando supo convertirse en un ícono de Roca. Hoy, a escasos meses de cumplir medio siglo de vida, sus residentes cumplieron uno de sus mayores anhelos: el cerramiento del predio.
Los motivos que llevaron esta medida están lejos de algunos trascendidos que ponían como principal causa, la inseguridad. Se trata más bien de una deuda pendiente que estaba en carpeta hace más de 20 años y esperaba la oportunidad ideal para concretarse.
«El tema de las rejas no es una cuestión de hoy o ayer. El proyecto tiene 15 o 20 años esperando el momento. No es que esto surja por una cuestión de robos, no es así. El barrio lleva años ahorrando en materiales y dinero para hacer este trabajo«, contó Alejandro Rosso, administrador del consorcio barrial.
Los vecinos explicaron que la obra se realizó para evitar el ingreso de visitantes externos o el paso de vecinos de zonas aledañas, los cuales transitaban por los espacios comunes con el propósito de «cortar camino».
«Al tener un barrio tan abierto, mucha gente utilizaba el barrio para pasar. Pasaban trabajadores pero también amigos de lo ajeno. Venían chicos de otros barrios a jugar acá, hasta caballos tuvimos que sacar de los espacios verdes», reconoció Rosso.
Don Fernando está ubicado sobre el cuadrante de calles Gelonch, San Luis, Córdoba y La Pampa. Es un barrio residencial. Sus vecinos se muestran celosos cuando se trata de la utilización de los espacios comunes porque sus casas no cuentan con patios individuales sino sectores verdes comunes.
Además, con el cerramiento se intentó resguardar la integridad de los pequeños que asisten al jardín de infantes que funciona desde hace décadas en el corazón de la manzana.
Obra y financiamiento
Los trabajos de cercamiento comenzaron a principios de septiembre y ya se encuentra listos en un 97%. Concretamente se colocaron paneles bastidor de dos metros de alto por tres de ancho.
La rejas fueron recubriendo el total de la manzana, salvo en los sectores donde hay arbustos. Se puso un portón de acceso para autos sobre calle Córdoba y un total de diez puertas para el ingreso peatonal de los vecinos.
El monto de la obra no es «valuable» en términos económicos, según comentaron los administradores. Muchos de los materiales venían siendo almacenados por años en un reconocido corralón de la ciudad, donde el consorcio tenía abierta una cuenta.
«Lo fuimos pagando con excedentes de expensas«, admitió un residente de Don Fernando, quien vive sobre calle San Luis. La iniciativa fue acordada en una asamblea de vecinos en agosto y contó con el apoyo de más de la mitad de los propietarios. Para la mano de obra fue necesario recurrir a fondos de ahorro, que tenían en plazos fijos.
La historia
La construcción de Don Fernando inició hace casi medio siglo. El terreno, donde actualmente se encuentran emplazados los 58 dúplex que lo conforman, fue cedido por Fernando Rajneri, fundador de RÍO NEGRO y a quien se lo homenajeó colocándole su nombre.
Fue creado a partir del Plan de Viviendas Económicas Argentinas (VEA), instaurado en 1969 cuyo principal objetivo fue la producción masiva de grandes conjuntos habitacionales en todo el país. El VEA significó por aquellos años un fuerte respaldo a la industria de la construcción nacional.
En el Alto Valle, solo otro barrio de Cipolletti fue concretado bajo el predominio de esta ley. Los fondos provinieron de créditos del Banco Hipotecario.
En Don Fernando, todavía quedan testigos de aquella época de esplendor, aunque mayoritariamente las casas pasaron a manos de sus hijos y nietos. Son pocas las casas destinadas a alquileres.
Con los años, los vecinos fueron realizando obras de mejoramiento y parquización. Entre ellas la construcción de la vereda perimetral, que fue financiada por aportes de Editorial Río Negro, y la colocación de diversas variedades de árboles.
Emblemático, atractivo y distinto a cualquier otro, el barrio Don Fernando supo convertirse en un ícono de Roca. Hoy, a escasos meses de cumplir medio siglo de vida, sus residentes cumplieron uno de sus mayores anhelos: el cerramiento del predio.
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