Don Felipe Sapag «se robó» dos veces un busto de Eva Perón en Neuquén
Su hija, la senadora de Neuquén por el Frente de Todos, Silvia Sapag participó del acto que se realizó en el Senado de la Nación en conmemoración de los 103 años del natalicio de Evita. Contó la anécdota del periplo de la imagen desde su emplazamiento en el antiguo Cutral Co, durante la dictadura miliar y al regreso de la democracia.
Hoy se realizó en Senado de la Nación un encuentro para conmemorar los 103 años del natalicio de Eva Perón. Una de las participantes fue la senadora de Neuquén por el Frente de Todos Silvia Sapag, hija del exgobernador de Neuquén Felipe Sapag. En su discurso recordó la vez en que Don Felipe «se robó dos veces» el busto de Evita que se había emplazado en la localidad de Cutral Co.
Comenzó recordando como era aquel pequeño poblado bautizado «Barrio Peligroso» que se forjó luego de la crisis del 30, tiempos en que el descubrimiento del petróleo y la existencia de Yacimientos Petrolíferos Fiscales eran un imán para miles de argentinos que buscaban trabajo en el país. «La gente se iba asentando alrededor de los límites del Campamento Uno de YPF. Llegaban sin nada y harapientos a un lugar en el medio del desierto», contó Sapag.
En ese entonces, Neuquén era territorio nacional y en aquel poblado había sido designador por el presidente de la Nación como jefe del Concejo Municipal Felipe Sapag, a quien le tocó afrontar junto al pueblo una de las tormentas más duras y abundantes de la época. «Con esa tormenta las casas que eran todas de adobe se derritieron, quedaron destruidas. Mi padre busca ayuda en las autoridades del territorio y del gobierno nacional pero nadie respondía. Entonces, envió una carta a la Fundación Evia Perón y llegaron los trenos con chapas, ladrillos, comida, remedios, ropa, frazadas, juguetes, cocinas máquinas de coser, telas y operarios para reconstruir el pueblo», agregó la legisladora nacional.
En medio de la campaña para levantar al poblado, se dejó de lado el viejo nombre y el pueblo pasó a llamarse Eva Perón. «En la esquina de mi casa se había levantado un monolito con un busto de Evita. El pueblo había juntado sus pesitos para mandar a fundir el cobre con el que se hizo esa imagen Y fue emplazado en esa esquina como agradecimiento del pueblo», agregó Sapag.
Luego saltó al año 55 y al derrocamiento del general Perón. «Intentaron sacar el busto de Evita y el pueblo se defendió. Hubo una gran batalla y al día siguiente el busto desapareció«, recordó. La gente comenzó a preguntar qué había pasado, quién lo había sacado, dónde estaba. Pero nadie sabía nada de nada. Con el paso del tiempo, todo quedó en el olvido, el pueblo pasó a llamarse Cutral Co y ya nadie más habló del busto.
En 1973, con el gobierno de Perón, aparece el busto. «¿Qué había pasado? Se lo había robado mi padre con algunos compañeros peronistas. Ellos lo habían guardado y quien lo custodió fue el electricista del pueblo que nunca dijo nada sobre lo sucedido, dijo la senadora.
En ese momento, Don Felipe ya era gobernador de la provincia de Neuquén y resolvió entregarlo la partido Justicialista. Después de muchos años de haber estado oculto, el busto de Evita quedó entronizado en la Legislatura.
«Pero vino el 76 y la dictadura cívico militar. La noche anterior al golpe desaparece de nuevo el busto de Evita. ¿Dónde aparece? En la casa de mi papá. El la quería proteger a costa de todo, pero después cuando regresó la democracia no lo quiso devolver nunca más», concluyó Silvia Sapag.
Cuando Don Felipe fallece en marzo de 2010 y sus hijos levantaron la casa familiar, el busto volvió a viajar. Fue entregado nuevamente al partido Justicialista de Neuquén.
Comentarios