Día del maestro: «Hay muchísimas necesidades para afrontar en el aula que, a la vez, frenan los aprendizajes»

Los docentes se ven atravesados por nuevos desafíos producto del complejo contexto socioeconómico en el país.

Hoy hay un trabajo social más fuerte que no es acompañado por la provincia”, recalca Gabriela Sbriller, una docente de Cipolletti con 35 años de experiencia al frente de las aulas. “El contexto atraviesa la escuela más que nunca”, agrega Ailén Ugarte, una maestra de Bariloche.

Este 11 de septiembre, se conmemora el día del maestro por la muerte de Domingo Faustino Sarmiento. La enseñanza tradicional y esa guía para la construcción de conocimiento se corre del foco de la mirada y hoy se ve atravesada por nuevos desafíos que deben afrontar los docentes producto del complejo contexto socioeconómico en el país.

Ugarte es docente desde 2013. Estudió en el Instituto de Formación Docente de Bariloche, ejerció como docente en la escuela especial 6 y ahora es maestra de primer grado en la escuela Nuestra Señora de la Vida, un colegio público de gestión social de la Fundación Gente Nueva que funciona en el barrio 2 de Abril, al sur de Bariloche, y al que asisten 235 alumnos.

“Vamos aprendiendo nuevos métodos de enseñanza e incursionando nuevas estrategias de apredizaje. Pero el contexto incide un montón. Hay muchísimas necesidades que hay que afrontar en el aula y que, a la vez, frenan los aprendizajes necesarios para los chicos”, evaluó Ugarte.

Puso como ejemplo constantes inasistencias por parte de los alumnos ya sea “porque se mojó la leña y no había ropa adecuada para llegar al colegio. O porque se enferman y no consiguen turnos en la salita de salud. Quizás, pasan una semana sin venir. Todo eso traba un montón el aprendizaje”.

Consideró que para enseñarle a un niño a leer y escribir “hay cuestiones previas”, como saber si ese niño pudo dormir, si tuvo las suficientes horas de descanso o un plato caliente de comida. “Todo eso incide mucho en la escuela. Nosotros tenemos la fortuna de poder darles un desayuno y un amuerzo. Uno no puede no preocuparse si ese chico llegó tarde y no llegó a desayunar. Debe desayunar de todas maneras”, indicó la maestra, al tiempo que resaltó que “el colegio no cuenta con cooperadora y tratan de no pedir dinero para hacer fotocopias, por ejemplo. Es un esfuerzo enorme sacar de nuestro bolsillo o hacer ferias para generar recursos y comprar materiales del aula”.

Sin acompañamiento de la provincia

Sbriller, una docente de nivel medio, recalcó que hoy hay muchos estudiantes que requieren de acompañamiento terapéutico ante situaciones sumamente complejas que atraviesan, aunque “no tenemos a dónde mandarlos”. “Falta el trabajo y, a la vez, muchos padres se corren de sus reponsabilidades. Los chicos necesitan psicólogos y en Cipolletti, por ejemplo, los equipos técnicos se van a Neuquén porque allá ganan más”, indicó.

Consideró que, desde los colegios, están “a la altura de responder a determinados requerimientos” aunque, por lo general, encuentran obstrucciones por parte de la provincia. “Lo único que les importa es rebotar el certificado médico del docente que está enfermo. Ellos solo piensan en declarar la esencialidad educativa pensando para que el docente vaya a trabajar”, manifestó Sbriller.

“¿Qué siento? -agregó-. Que el sistema acompaña para la adversidad, pero la provincia no. Deberíamos tener redes con Salud sobre todo, pero Salud está estallada. Senaf está saturada. En Cipolletti, la red más próxima que tienen los pibes es la iglesia evangélica. Le damos a la iglesia evangélica las problemáticas sociales. Eso al gobernador no le precupa”.

Puso como ejemplo el caso de una alumna “que tiene una situación neurálgica severa y necesita un diagnóstico. Pero no hay un neurológo infantil en Cipolletti. Hay un neurólogo para adultos que no la atiende”.

Sbriller reconoció que le encanta trabajar en la escuela pública porque “sentís que le podés cambiar un poquito la vida a la gente para mejor, pero sin el acompañamiento de la provincia es difícil”.

Quita de derechos

Micaela Villanueva es profesora en Ciencias de la Educación desde hace 13 años. Esta salteña es integrante del Equipo Técnico de Apoyo Pedagógico (ETAP) del nivel secundario en Ingeniero Jacobacci.
El contexto es aún más difícil con este gobierno de derecha y la quita de derechos intencional. Hay una clara intencionalidad de disciplinarnos. Por años, se ha pensado que la clase trabajadora docente es privilegiada”, subrayó.

Aseguró que “el transitar espacios educativos es un desafío ya que te encontrás con la realidad de primera mano. Los pibes no están contenidos: les falta desde zapatillas hasta la contención familiar. Los equipos técnicos sortean todo tipo de dificultades porque la educación no se da de forma lineal sino es un bucle recursivo: hay que tener en cuenta todas las cuestiones que atraviesan a un estudiante. Un torbellino de situaciones”, dijo.

Mencionó que muchas veces, desde el equipo técnico deben “tapar agujeros, como ver, por ejemplo, quién tiene una campera para donar a algún estudiante”. Muchas veces, acotó, “se suele decir que un estudiante tiene dificultades de aprendizaje pero no se tiene en cuenta las condiciones de ese alumno: si durmió, si comió, si lo maltrataron”.

En muchas ocasiones, Villanueva recorre escuelas rurales donde la realidad es otra. “Hay chicos en residencias alejados de sus padres durante 15 días. Dependen de la escuela para comer y muchas veces, el estado no puede proveer ni el gas, ni la calefacción, ni el funcionamiento de los baños o el agua. Y se suspenden las clases. Todo esto va en contradicción con declarar la educación como servicio esencial cuando es un derecho”, afirmó Villanueva.

Consideró que hay muchos chicos “muy solos, dejados de lado por los mismos adultos que atraviesan cientos de preocupaciones como conseguir un trabajo. Los estudiantes están bastante solos y, en riesgo social. Tenemos intervenciones todos los días por inasistencias o porque no aprobaron algún espacio”.

Villanueva cuestionó que desde el gobierno, “pretenden que todo esto se solucione con una entrevista. Nosotros tenemos que preguntar si ese chico durmió, si comió, si no sufrió violencia la noche anterior, si no fue abusado. El servicio educativo no está preparado. No hay un dispositivo médico para acompañar esto, no hay turnos en los hospitales. Entonces, ¿de qué servicio esencial en educación hablamos si un pibe no puede acceder a un turno médico?, ¿o a dispositivos de salud mental?”.

Esta docente insistió en la necesidad de repensar el rol docente y “poner en discusión la tarea que se nos asigna desde la normativa y la que cumplimos en los espacios educativos: desde limpiar un moco hasta acompañar a una piba a una audiencia. Hay que poner en tensión esto que realmente hacemos adentro de las aulas. Nuestro rol es político. Modificamos la vida de nuestros estudiantes. Por eso, debemos adoptar esta postura crítica de lo que está pasando”.

Hay equip@

Desde hace dos años, un grupo de amigas se propuso brindar apoyo escolar en un merendero en Bardas Coloradas, al noroeste de Neuquén. Religiosamente, dos sábados por mes concurren al lugar donde unos 20 chicos las esperan ansiosas.

El trabajo es de una profunda militancia, de gran compromiso y ad honorem.

“Atendemos a chicos que van desde el jardín hasta el secundario, en función de las necesidades. Le enseñamos a leer, a hacer cuentas y muchas veces, les mandamos alguna notita a la seño de escuela para saber cómo podemos hacer para ayudar más. Nuestro foco es la educación”, explicó Nadina Martín, una de las impulsoras de la iniciativa que surgió de un grupo de amigas y poco a poco, más gente se fue sumando.

“Queríamos colaborar de alguna manera y no sabíamos cómo. Nos contactamos con Silvia, la referente del merendero, que nos contó que muchos chicos iban a tomar la merienda y le preguntaba si los podía ayudar en cosas de la escuela porque en sus casas, sus papás no podían”, expresó Martín.

En el merendero, las mujeres también asisten con la tarea a algunas madres jóvenes que están haciendo el secundario a la par de sus hijos.

“Hoy, necesitamos profes que se sumen y que asuman el compromiso. Empezamos siendo 3 y hoy somos 8 personas que vamos fluctuando. Es una activiad ad honorem que requiere compromiso. Estos nenes necesitan de nuestro apoyo”, recalcó Martín y mencionó que la forma de comunicarse con el grupo es a través de la cuenta de Instagram “hay_equipa”.


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