Detrás de la crisis del Club Cipolletti crece una espiral de violencia
Además del ruinoso acuerdo que hizo la dirigencia con un colegio privado, una banda de delincuentes se impuso en la barra brava a fuerza de balas. El Gobierno, la Policía y la Justicia son testigos quietos de una situación que hace tiempo que está desbordada.
La crisis económica que dejó al Club Cipolletti al borde la quiebra, el usurero contrato que entregó las instalaciones a un colegio y el enfrentamiento entre dos grupos ligados a la delincuencia sumergieron a la administración albinegra en un escenario sin precedentes. La complicidad policial y la inacción de la fiscalía local terminaron con la renuncia del presidente
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