Detectan compuestos no tóxicos para humanos que repelen a las cucarachas

Se trata de un hallazgo de especialistas del Conicet y del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef) que propone un punto de partida para explorar el desarrollo de productos contra esa plaga sanitaria y económica.

Actualmente, la mayoría de los productos repelentes de insectos contienen DEET, una sustancia química sintética que genera algunas complicaciones, como el daño del rayón (fibra usada para confeccionar ropa), tiene un olor desagradable y en algunas personas provoca reacciones en la piel e irrita las mucosas.

A través de varios experimentos de laboratorio, especialistas del Conicet y del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef) identificaron dos compuestos naturales que tienen un efecto de repelencia similar al DEET contra las cucarachas alemanas.

Estos insectos se consideran una plaga sanitaria -ya que transportan microbios que pueden causar enfermedades humanas- y una plaga económica porque comen prácticamente de todo (desde alimentos humanos y para mascotas hasta papel, pegamento, jabón, cuero y otros materiales). Los resultados del avance se describen en la revista estadounidense Neotropical Entomology.

“Identificamos dos lactonas no tóxicas para los humanos, que son eficaces repelentes de la cucaracha alemana. Las lactonas son una familia de sustancias de origen natural que, en los seres humanos tiene una toxicidad muy baja, hasta tal punto que podemos consumirlas sin problemas. Hay lactonas en tomates, duraznos, naranjas, maníes, café, té, carnes rojas y blancas», señaló Raúl Alzogaray, investigador del Conicet en el Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas de Villa Martelli, en la provincia de Buenos Aires. «Por sus sabores y olores agradables -agregó-, algunas lactonas se usan como aditivos en alimentos y bebidas alcohólicas, y también en las industrias de perfumes y cosméticos”.

En sus experimentos, el equipo de investigación usó cucarachas alemanas criadas en laboratorio por el técnico del Conicet, Fernando Asenjo. Dividieron un papel de filtro circular por la mitad: una mitad fue tratada con repelentes (naturales basados en diferentes lactonas y otros con DEET) y la otra no. Luego pusieron una cucaracha sobre el papel a fin de observar si le daba igual estar en cualquiera de las dos mitades. O si prefería estar en la mitad sin repelente.

“A partir de estos experimentos descubrimos que dos lactonas producen en las cucarachas una repelencia similar a la DEET”, destacó Alzogaray. Y continuó: “Siempre es bueno poder encontrar sustancias naturales para reemplazar a los insecticidas sintéticos o, en este caso, a los repelentes. No es que todas las sustancias naturales sean inofensivas, pero algunas lo son y, además, tienen un impacto mínimo sobre el ambiente, porque se degradan rápido”.

Los resultados del estudio surgieron de los primeros experimentos que hizo la becaria del Conicet, Analia Sforzín, como parte de su tesis doctoral para la Universidad Nacional de San Martín. También participó del avance Alejandro Lucía, investigador del Conicet en el Instituto de Ecología y Desarrollo Sustentable.

Los investigadores plantearon que ahora los siguientes estudios intentarán responder preguntas como: ¿las lactonas repelen por igual a cucarachas recién nacidas, jóvenes y adultas?, para ser repelidas, ¿las cucarachas tienen que tocar las lactonas o basta que las huelan?, una vez aplicadas, ¿cuánto tiempo dura el efecto repelente de las lactonas?.


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