Desde Villa La Angostura un homenaje al diez: con chatarra e ingenio armaron la «Messicleta»
Alumnos de la EPET 28 dieron vida a esta criatura, en honor a su ídolo.
Ponerse de acuerdo, a veces es tarea difícil. Otras más bien fácil. Depende, claro, de quién se tenga en frente. También del grado de familiaridad y del dinero que se le debe. Pero, para estos alumnos de Villa La Angostura fue pan comido: Lionel Messi. En eso, hubo unanimidad. En eso, hubo 100% de coincidencia. Lionel, es el mejor del mundo y, por tanto, merecía un homenaje.
La consigna del profesor de «Tecnología de los aceros laminados» de la EPET 28 no era nada sencilla. Pero, están acostumbrados. Este profesor, Guillermo Galetti, también conocido como “El ladrón de chatarra”, los empuja siempre a usar al 100 su ingenio.
La consigna fue todo un desafío: “desarrollar los contenidos de la materia, sumando a las metodologías tradicionales algunos recursos potenciadores de la motivación, la imaginación y la creatividad”.
Hicieron una lista. Votaron y ganó la idea de Santino Carrasco, Agustín Albelo, Benjamín González y Claudio Pérez. “Messi surgió como respuesta a la pregunta: ¿Qué elementos, cosas, figuras, personas querrían representar?”, explica Galetti, “¿En qué imaginan que podrían trabajar al 100% sin aflojar?”.
Por delante les quedaban muchas tareas: diseñar plantillas, hacer caricaturización, construir la «anatomía» de Messi, medir, trazar, cortar, plegar, punzar, y remachar láminas de metal. Solo faltaba poner manos a la obra.
De a poco, la criatura tomó forma. Hecho de chatarra y mucho ingenio, después de cuatro semanas quedó espléndida, única e ingeniosa: la Messicleta. Pero, aún le faltaba una vuelta más. Casi al final, surgió una pregunta que le dio un nuevo empujón a la creación: ¿Y si le ponemos locomoción? Y ahí de nuevo, la fórmula que destella: emoción y manos a la obra.
Se arremangaron y empezaron a pensar: ¿cómo hacer para que se desplace? Pensaron, diseñaron y le encontraron la vuelta. Esta criatura con camiseta de Argentina y cara de Messi, traccionada y con dos ruedas logró, como un Frankenstein, cobrar vida.
La Messicleta quedó impecable. Cuando la probaron hubo vecinos que frenaron, estacionaron y se detuvieron para ver la creación.
La Messicleta esquiva, gambetea y patea. En medio de la Patagonia, desde una escuela pública estos alumnos le brindan homenaje. “Lo hicimos con mucho esfuerzo, te mereces esto y mucho más”, les escribieron en redes sociales, “gracias por la inspiración Leo Messi”.
La Messicleta inspira. La Messicleta demuestra que de las diferencias – si hay voluntad – siempre hay algún acuerdo. Y que del desecho, de la chatarra – si hay deseo – hay vida que nace.
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