De Luis Beltrán para todo el país: cómo es hacer mermeladas de producción agroecológica
Son dos productores que aprovechan la cosecha de estación para elaborar dulces. La idea es usar frutas sin agregados tóxicos.
Diego Mares es fotógrafo. Llegó hace más de 10 años a Luis Beltrán y se enamoró. Entre varias personas compraron una chacra para producir y vivir lo más simple y sano posible. Al encontrarse con tanta abundancia y diversidad, comenzó por elaborar sus dulces, y de inmediato surgieron las ganas de compartir esa fortuna.
Rodrigo Leiva es músico. Es docente de música en escuelas primarias de Luis Beltrán. Comparte todo lo que tiene a su alcance. Ahora realiza la noble tarea de cosechar, producir y comercializar alimentos sanos y saludable a disposición de su comunidad.
La paila es la tercera integrante en este equipo de trabajo y es lo mejor que les puede haber sucedido en el último tiempo. Dejaron de lado las cucharas de madera y las quemaduras en los antebrazos. La paila mezcla automáticamente durante el proceso de elaboración y permite optimizar el tiempo y generar un producto parejo. Mermeladas “Doradas de Sol” es el resultado de este encuentro de convicciones, trabajo y tecnología.
Comenzaron con la temporada de la cereza, a fines del 2022 y no pararon. En la chacra cosechan durazno blanco, durazno amarillo, ciruelas, membrillos y también higos. La idea es tener la trazabilidad de todo el proceso productivo. De esa manera garantizan que la materia prima es de producción agroecológica. Con principios basados en la Soberanía Alimentaria Diego y Rodrigo, mediante una conserva, ofrecen paisaje, saberes y labores culturales, salud para el ambiente y la población.
Nosotros nos encargamos de cosechar. Si la fruta está en la chacra donde vivo, la cosechamos de ahí. Y si no, solemos ir a chacras de amigos que sabemos que no fumigan y que cuidan el alimento. Hasta la temporada pasada veníamos haciendo intercambio, es decir cosechábamos duraznos y le dejábamos algunos cajones, mientras que nosotros usábamos otro para producción. La idea sería poder empezar a retribuirles de forma económica, también para incentivar a que sigan produciendo y cuidando el alimento”.
Diego Mares, productor.
La incorporación de la paila generó múltiples beneficios para la producción. Cosechan, lavan, pelan y cortan a mano. El único agregado es azúcar que garantiza la conservación del producto. “Una vez que cosechamos, si hay que pelar, la fruta se pela. Cortamos a mano. No tenemos máquina para generar pulpa. Agregamos azúcar orgánica y dejamos macerar durante 24 horas. Luego realizamos la cocción. Este año tenemos la suerte de que pudimos adquirir una paila con un motor para que revuelva constantemente. Esto va a ayudar a poder ir creciendo. Y una vez que está el punto de la mermelada o de la conserva que estemos haciendo, en general la envasamos en caliente para ya generar un cerrado al vacío y luego se hace una pasteurización. En su mayoría, es doble el proceso de preservación”, detalla el productor sobre el proceso de elaboración de las mermeladas.
El desafío para esta incipiente productora de dulces es esperanzador. A través de sus conservas quieren generar conciencia en las formas de alimentación de la población. La importancia de elegir productos de origen local, estacional y sin agrotóxicos son las motivaciones de este trabajo. Además, la idea es involucrar a más personas en la propuesta, es decir generar puestos de trabajo de calidad. Están convencidos que un suelo sano provee alimentos sanos. Con la adquisición de materia prima libre de agrotóxicos quieren promover que cada vez sean más las familias que produzcan bajo este paradigma.
“Poder generar trabajo local es la idea. También empezar a convertir o estimular a productores que cultiven de forma agroecológica. Creemos que es la salud y un poco la salida hacia el futuro y también es parte de la soberanía alimentaria que intentamos siempre de defender desde nuestro lugar”, anhela Diego.
Instagram: @coop_eco_logica
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