De la cordillera neuquina a Milan: el agua mineral que eligió Javier Zanetti para llevar a Italia

El ex capitán de la Selección Argentina eligió un genuino producto patagónico para sumarlo a sus emprendimientos gastronómicos en Europa. Pupi ya importa vino desde una bodega roquense y ahora lo hará con un agua mineral natural de manantial de Loncopué.

Tres socios, un sueño en común, un paraíso terrenal y un agua pura y natural que emerge desde las entrañas de la montaña.

Sentir el sonido del agua brotar bajo sus botas fue la música que enamoró a Jorge Hernalz de este lugar, casi un santuario sagrado para él. Una enorme roca fracturada en la cumbre de la montaña, le abre paso al líquido cristalino y una gran explanada de piedra le sirve a este santacruceño de sus primeros años y neuquino por adopción, para disfrutar de su propio living a cielo abierto.

Jorge Hernalz, en una explanada de piedra al pie de la montaña donde emana el manantial. (foto/Osvaldo Álvarez)

Nos invita a pasar y allá vamos. Mientras, nos cuenta su historia de amor y pertenencia con este lugar y cómo es que este agua mineral natural de manantial estará en una primera etapa, en las mesas de los emprendimientos gastronómicos que posee Javier Zanetti en Milan, Italia.

El emblema y ex capitán de la Selección Argentina ya cuenta con un vino de alta gama, JZ4, elaborado por la Bodega Humberto Canale de General Roca y que ya se comercializa en Europa.

Ahora el actual vice presidente del Inter de Milan va por otro producto patagónico de altísima calidad, cuyo origen está en la precordillera neuquina, más precisamente en una vertiente natural que está a mitad de camino entre Las Lajas y Loncopué y a 27 kilómetros del límite con Chile.

“Pupi ya tiene el vino, ahora va por el agua”, nos dice Martín Aguirre el promotor de ambas ideas y el nexo necesario para que esta alianza se haga realidad. Junto a él, Jorge y Juan Mercado, otro de los dueños de la embotelladora Alvura -además de Miguel Casanova-, partimos montaña arriba a encontrarnos con el nacimiento de una de las aguas más puras de la Patagonia.


A la altura del kilómetro 33, a la vera de la ruta provincial N° 21 está la embotelladora del agua mineral natural de manantial, que por normativa de Código Alimentario Argentino, para mantener ese status debe ser envasada en origen.

La embotelladora, al la vera de la ruta provincial N° 21, entre Las Lajas y Loncopué.

“No es fácil envasar en este lugar, estamos a mitad de camino entre los dos centros poblados más próximos (a 40 km de Las Lajas y a 30 km de Loncopué). En invierno las condiciones son muy duras y tenemos que estar provistos por si se nos rompe algo”, asegura Jorge.


“Por las dudas tenemos todo por duplicado: contamos con dos hornos, dos sopladoras (para botellas PET), tres líneas de producción… Es que cualquier inconveniente técnico que tenés acá y que te obligue a un abastecimiento de repuesto o lo que fuera, te demora mucho”.

La contra es estar lejos de los grandes centros de abastecimiento, la ventaja es estar al pie de la vertiente. “Para embotellar agua de calidad hay que estar en la fuente, no hay otra alternativa. Pero estamos orgullos de este proceso y de nuestro producto”.


Más que nunca, una fábrica con mano de obra local


Al estar en el medio de dos localidades, la pregunta que surge es cómo la embotelladora se nutre de personal calificado para su buen funcionamiento.

A menos de un kilómetro de la fábrica está el Paraje Huarenchenque, un hermoso lugar donde un puente colgante cruza el río Agrio, única vía de comunicación a esta altura de la ruta 21 con la comunidad mapuche Mellao Morales, que está compuesta por unas 300 familias. El 90% del personal empleado en la embotelladora es de esta comunidad.

La pasarela sobre el río Agrio que sirve de tránsito a la comunidad mapuche Mellao Morales. (Fotos/ Osvaldo Álvarez)

“El aporte de los originarios que viven del otro lado del río, ha sido clave para nuestro desarrollo y tenemos mucho que agradecerle. La mayoría de los que operan hoy en establecimiento han sido capacitados para las distintas áreas de la fábrica: electrónica, hidráulica, mecánica e incluso microbiología para el uso del laboratorio. Nosotros nutrimos y capacitamos a la gente de la comunidad y para ellos la embotelladora es una fuente laboral, en un lugar donde no abunda este tipo de trabajo salvo la crianza de animales”, nos cuenta Jorge.


Juan Mercado, cordobés de nacimiento pero que hace más de diez años se vino para Neuquén por el amor a sus montañas y para unirse al proyecto del agua, nos agrega que la comunidad es muy respetuosa de las vertientes.
“Los pueblos originarios entienden muy bien sobre la importancia del agua y los manantiales. Cuando vamos hasta la vertiente Ranquil Co (que es la que está en nuestro campo) junto a los chicos que trabajan en la fábrica, ellos tienen su ritual de agradecimiento y piden permiso a la montaña. Dicen que en caso de no hacerlo, la vertiente podría secarse. El compromiso con el agua de toda esta gente, también hace a la calidad del producto”.

El 90% del personal de la embotelladora pertenece a la comunidad mapuche vecina a la fábrica.

Todo comenzó cuando Aroldo Cónsoli arrancó con su proyecto de agua mineral natural de manatial hace casi 30 años atrás, que en su momento se llamó Cumbres Neuquinas. Jorge Hernalz trabajaba con el hermano de Aroldo, Vicente, y juntos encararon el primer acueducto desde la vertiente. Años después Hernalz le compraría el campo a Cónsoli
Hace unos diez años, Jorge se uniría a Juan Mercado y Miguel Casanova para darle forma al actual proyecto.

Jorge y su masterclass sobre el asunto. “Las mejores aguas minerales están en la cordillera y la que nosotros trabajamos es la de mayor calidad, según el rango entre las cuatro categorías en que se divide el agua potable para el consumo de acuerdo al Código Alimentario Argentino.


«La nuestra es agua mineral natural de manantial porque sale de una surgencia natural de la tierra. El nacimiento, como todas la aguas de este tipo, se da en las altas cumbres donde hay filtraciones y roturas que van formando lagunas subterráneas que luego van bajando en forma de ríos. Y en algún corte de montaña, como ocurre en nuestro campo, el agua aflora como manantial”.

“Una vez ahí, empezamos a analizar su composición físico química porque vos podés tener una agua mineral natural de manantial pero no de buena calidad. O porque tiene exceso de algún mineral o porque le falta uno. Si el trayecto desde las altas cumbres hasta la vertiente es muy extenso, lo más probable es que el arrastre de minerales no sea el ideal. El agua lo que hace es ir mineralizándose en su recorrido»

«Nosotros tenemos un agua con sólo 6 puntos de sodio porque estamos en una parte de cordillera baja. Hay sólo 27 kilómetros desde las altas cumbres hasta acá. Es decir que tampoco hay una distancia tan grande como para que el agua se mineralice de más. Nuestra composición es justa y tiene lo que tiene que tener. Es por eso que acá se genera un agua de altísima calidad, y que tiene además un PH neutro”.


Rumbo al manantial


Jorge y Juan nos invitan a un paseo guiado por la fábrica y a ver cómo es el proceso de envasado. Desde las máquinas sopladoras para la fabricación de envases PET (sigla de polietilentereftalato, que es un polímero plástico) a partir de un insumo que se llama preforma, pasando por el etiquetado, llenado y embalaje final.


El ritmo de producción es de 4.000 botellas por hora, donde cada unidad tarda seis minutos en cumplir todo el ciclo de elaboración.
La gente de la comunidad que trabaja en el lugar nos cuenta de sus tareas y uno de ellos nos acompañará hasta la vertiente.

Para llegar hay que tomar un difícil camino que está pegado a la fábrica y que tiene una extensión de seis kilómetros montaña arriba. Nos tocó un día de sol, casi primaveral. “Es un tramo corto en estas condiciones, con nieve podemos llegar a tardar horas”, nos avisa Jorge.

Una cima rocosa fracturada domina del cordón montañoso de donde emana el agua. “Acá lo que se hace es ir a buscar la vertiente de manantial abajo de la roca con un caño, se cementa para evitar que el agua entre en contacto con el aire y desde acá se lleva por un acueducto subterráneo hasta la fábrica. En total son seis kilómetros de recorrido. La captación que hacemos del manantial es apenas una mínima parte del total de su caudal”.


Junto a los caños adaptados a la captación vivorea un arroyo con el agua más pura de la Patagonia, que desembocará en el río Agrio después de irrigar un par de campos vecinos en su recorrido.


De la vertiente Ranquil Co a Milan, sin escalas



En los diez años que lleva esta etapa de la empresa que nació en 1994, hubo varias propuestas para exportar el agua pero Hernalz rescata esta fusión con Zanetti.

“Es un proyecto que se apuntaló muy distinto a los demás. Primero por lo que significa Javier, ya que compartimos los mismos valores y eso para nosotros es todo. Su imagen a nivel mundial es impecable y asumimos la responsabilidad de que él se haya fijado en nosotros para este proyecto. Hay que seguir laburando para llevar esto adelante. Esto es difícil hacerlo conocer, pero para un producto de esta calidad y salido de estos lugares vale la pena”.


Video: la ruta hacia una de la aguas más puras de la Patagonia



La montaña, el manantial y un pasado fierrero que ya es historia


A Jorge le apasiona hablar del agua que baja del manantial. Tanto como cuando le gustaba hablar de autos y motores en sus tiempos de piloto. A la par de esta actividad también fue dirigente y fundó junto a otro colegas el mítico TC Neuquino.
“¿Si me volvería a subir a un auto de carrera? Nooo… ya está. Fueron como 30 años entre carreras de motocross y la pista, demasiado”.

Volvemos al agua y nos enfocamos en el proceso desde que emerge de la vertiente hasta que llega a la fábrica después de transitar por un acueducto de seis kilómetros.
Si uno quiere categorizar el agua mineral natural de manantial, no la podés tocas. Nosotros tenemos una decantación en el manantial, un filtro de grandes dimensiones en la entrada al tanque de la embotelladora y después tenemos una batería de tres filtros de 0,5 micrones. Y nada más”.


Por obligación de bromatología, se exige un ozonizado del agua, que es un proceso bactericida que garantiza que el producto justamente no tenga ningún tipo de bacteria. “El proceso altera un poco el sabor, pero ese efecto se va a las 24 horas de haber sido envasado. De todas maneras no altera en absoluto la composición físico química del agua”.

“El tratamiento del agua sin gas es mucho más complejo de lo que la gente cree. Sobre todo cuando el agua entra en contacto con el aire y más aún si hay temperaturas elevadas. Si uno deja una botella abierta y al sol por ejemplo, cualquiera sea la calidad del agua, va a sufrir alteraciones seguro. Por eso es que te dan cierto tiempo de consumo una vez abierta”.

“De todas maneras nosotros tenemos un labotarorio externo donde de cada partida que llenamos, dejamos una botella testigo rotulada para analizarla y ver si tiene algún tipo de bacteria. Así, la partida tiene un seguimiento desde que salió de fábrica hasta su vencimiento”.


Las cuatro categorías del agua según su procedencia

Agua de mesa
Potable con algún proceso artificial de filtrado.

Agua mineralizada artificialmente
Agua potable tratada, con agregado de minerales esenciales.

Agua mineral natural de fuente
Se obtiene de una perforación a determinados metros de profundidad, extrayéndola a través de bombeo.

Agua mineral natural de manantial
Emana naturalmente a la superficie en forma de manantial, con todos los minerales esenciales. Este es el tipo de agua que será exportada a Italia bajo el nombre de “JZ4 Javier Zanetti”.


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