De Bariloche al país: una fundación aborda el duelo en las escuelas
El trabajo de la Fundación IPA (Ideas Paliativas en Acción) que, nació 10 años atrás, trascendió Bariloche y se replica en otras localidades del país y del exterior.
Hablar de muerte y duelo no es simple. Menos aún en la infancia y en la adolescencia. El desafío no fue sencillo, pero la Fundación IPA (Ideas Paliativas en Acción) decidió ponerse el objetivo al hombro y tras una década de trabajo en Bariloche, lleva capacitaciones y acompañamientos en 150 instituciones educativas. El impacto ante esta necesidad que estaba, de alguna forma, solapada, motivó incluso la reciente conformación de una red latinoamericana.
La propuesta surgió en 2014 por parte de un equipo de salud de Cuidados Paliativos en Bariloche que entendió la necesidad de hablar sobre duelo y muerte en las infancias.
«Muchos de los niños que atendíamos en Cuidados Paliativos iban a las escuelas, donde se hablaba de enfermedades graves. Algunos, con pronósticos complicados», indicó el médico pediatra paliativista Alejandro Nespral, coordinador de la Fundación IPA. «La intención entonces -agregó- fue acercar el tema del duelo a los ambientes educativos en formato de capacitación para los docentes o bien acompañar situaciones concretas en contexto de duelo«.
La mirada estuvo puesta en descubrir, junto a los docentes y directivos, que el duelo puede ser un asunto educativo sea en jardín de infantes, la escuela primaria o secundaria. En segundo lugar, se apuntó a capacitar a los equipos educativos para brindarles herramientas pedagógicas y de planificación que les permitieran abordar esos temas.
«Más allá de las barreras, las dificultades y las creencias de los adultos, los niños y adolescentes necesitan de personas adultas al momento de abordar estos temas. Además, hablar de muerte con niños no siempre supone que alguien murió. Puede ser disparador de un libro, un juego, una expresión artística. Se trata de acercar tema de muerte a la infancia«, dijo.
La tarea comenzó ese mismo año -2014- con talleres de capacitación preventivos, sin que hubiera casos de alguna muerte. Sucedió que poco después, las instituciones de Bariloche empezaron a pedir ayuda frente a situciones concretas de fallecimientos de docentes, alumnos o padres.
«Fue en ese momento que descubrimos que esto podía convertirse en algo más grande. Entonces, sumamos al área preventiva de capacitación, otra de asesoría en duelo cuando fallece alguien (de hecho, abordamos situaciones en clubes y hasta en empresas) y una tercera área de investigación sobre la pedagogía de la muerte con antropólogos, psicólogos y médicos. Estamos publicando artículos y entrevistas sobre este tema», detalló.
La muerte, como desafío educativo
Poco a poco, el equipo de la fundación descubrió que los equipos educativos se veían atravesados por el tema de la muerte y el duelo, con mayor o menor frecuencia, y resultaba un fuerte desafío educativo.
En estos 10 años, la fundación acompañó a 150 instituciones educativas y 1500 docentes, a través de un equipo que involucra a más de 10 personas (4 de Bariloche y de otros puntos del país).
«Fuimos viendo que a las escuelas les pasa algo parecido a lo que nos pasa en la sociedad, con las barreras para hablar del tema de duelo y muerte. No hay un marco pedagógico, pero es algo que atraviesa a los niños y adolescentes. A los alumnos les interesa el tema de la muerte porque es parte de la vida, pero falta el marco pedagógico para que los adultos de las escuelas acompañen», dijo.
Las instituciones educativas no solo son de Bariloche. Hubo pedidos de todo el paísy hasta del exterior. Por otro lado, cada vez más profesionales del campo de la salud, las ciencias sociales y la educación de México, Uruguay, Colombia y Chile se fueron sumando al proyecto, dando lugar a una red latinoamericana sobre duelo y muerte.
«Muchas veces, cuando quieren formar dispositivos similares en otros lugares, los acompañamos en la formación y vamos compartiendo experiencias y retroalimentándonos», detalló Nespral.
Advirtió que «hoy, en Bariloche, es relativamente común que, ante una situación de duelo, los contacten. Pero nunca imaginamos tanta repercusión en escuelas de otras provincias e incluso países, como España».
Comentarios