DANA en Valencia: una joven neuquina contó como se vive la tragedia que conmueve a España

Vive allí desde marzo. Un relato en primera persona

En vastas zonas de Valencia las pérdidas fueron totales

Mariana Cabral se sobresaltó como nunca. A las 20, su celular y el de su novio comenzaron a sonar con un ruido que jamás habían escuchado. De inmediato les apareció una leyenda del ayuntamiento de Valencia, anunciándoles que, por el alerta meteorológico, les recomendaban no salir de sus casas.

Era martes y la joven se asombró más por esa sensación intrusiva de tener al Estado municipal zumbando en su teléfono móvil, que por las lluvias que amenazaban con devorarlo todo. Es que en el centro de Valencia donde reside ese fenómeno que arrasó con casas y autos cobrándose muchas vidas apenas tuvo la intensidad de una gran tormenta. Que los aisló y los dejó con la triste novedad de ser el núcleo tranquilo de un territorio arrasado por las fuerzas de la naturaleza.

El alerta que recibió Mariana en su celular

«Enseguida prendimos la televisión y vimos lo que estaba pasando. Las zonas que se inundaron y esas imágenes terribles que circulan son de la periferia. Donde resido por suerte no pasó nada, pero quedamos aislados y desconectados, porque todas las rutas y caminos están destrozados» contó la chica, de 32 años.

‘Marian’ es una diseñadora gráfica de Neuquén, que desde marzo está instalada en España. Se recibió en 2018, tramitó la doble ciudadanía y pasó por Italia, antes de optar por esa ciudad española que la enamoró por ser la ‘meca’ para los extranjeros, con su promesa de 300 días de sol al año.

Calles anegadas, una mínima parte de lo que se vivió en España

«Es que es así, por eso cuándo llueve, que no es lo usual, suelen ser días intensos. Pero nada como esto. En 4 horas llovió lo que suele llover en un año. Y los ríos se desbordaron llevándose todo» se lamentó.
Desde su casa, cuándo todavía estaba bajo la sorpresa de tener esa alerta del móvil sonando con una alarma jamás oída, las primeras imágenes que vio de la tragedia la llevaron a su Argentina natal, y a la ciudad de La Plata, que el 2 de abril de 2013 quedó cubierta de agua, con un saldo de 89 personas muertas.

«Justo estaba ahí cuándo ocurrió. Por eso lo que pasó me trajo ese recuerdo, aunque obviamente esto fue mucho peor» compartió con Río Negro.

En su lugar de residencia actual todos se remontaron mucho más atrás en el tiempo. Se fueron a la «riada de 1957», que quedó grabada a fuego por sus desmanes. Fue cuando la cuenca media y baja del río Turia se desbordó, dejando a la ciudad sumida en un caos.

«Mi novio es español, pero afortunadamente ninguno de sus familiares se vieron afectados– siguió contando la diseñadora-En mi caso ahora mi hermana y mi cuñado (que estaban en Alemania) residen en esta parte de Valencia, así que están a salvo como yo. Pero todavía recibimos llamados y mensajes desde Argentina, para saber si estamos bien» relató.

Rápida de reflejos, al ver las primeras filmaciones y noticias la chica llamó a Neuquén, para que sus papás y sus afectos patagónicos no se alarmaran.

La joven de Neuquén, en una imagen tomada antes de la DANA

Ahora se siente como una refugiada de guerra, porque el centro valenciano quedó como una isla inaccesible, de la que no pueden salir por el riesgo, ni entrar, por tierra, los que abastecen a los comercios.
«En los supermercados ya no hay nada. Ante las primeras alertas todos salieron a buscar provisiones, y las góndolas quedaron vacías» contó.

Mientras tanto en la ciudad se tejen todo tipo de hipótesis. Muchos aventuran que las autoridades deberían haber actuado con mayor premura, alertando con más tiempo a la población acerca de un fenómeno que ya se cobró muchas vidas, a las que se suman las personas que continúan desaparecidas.


¿Qué es la «Depresión Aislada a Niveles Altos (DANA)»?


Lo ocurrido es conocido como «Depresión Aislada a Niveles Altos (DANA)». Sucede cuando una masa de aire frío queda aislada y circula en altitudes muy elevadas, lejos de la atmósfera. Su encuentro con aires más cálidos genera lluvias torrenciales, y eventos climáticos extremos.

«Hay mucha incertidumbre ahora. Dicen que va a seguir lloviendo. Y está la angustia de los que perdieron todo, o de los que tienen amigos o familiares de los que no saben nada. La lista de muertos sube, y también la de desaparecidos» lamentó la mujer.

También se vivieron situaciones incomprensibles. El día posterior a la tragedia, como en el centro de Valencia llovía poco, muchos salieron a trabajar a instancias de jefes que pedían regresar a la normalidad, pese a el alerta que seguía vigente. «Todo era muy confuso» aseguró Mariana.

Ahora, en Valencia reina una tensa calma, y se activó la solidaridad entre grupos que comenzaron a reunir ayuda para los que perdieron todo. «Es muy triste» cerró la neuquina.


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