Cultivar algas en el desierto: la novedosa solución contra la crisis climática
El calentamiento global es un problema que está en la agenda de muchos países, gobiernos e instituciones que tienen la obligación de buscar soluciones para contrarrestar los efectos de los gases invernadero. Frente a esto, la empresa Billian Planet propone cultivar algas en el desierto para ayudar a absorber el dióxido de carbono que hay en el planeta.
La crisis climática está generando eventos climáticos extremos: olas de calor, fríos polares, lluvias descontroladas, inundaciones, sequías más prolongadas, calentamiento de los océanos, aumento del nivel del mar, pérdida de biodiversidad y fauna marina, entre otros. Por eso, algunos gobiernos, empresas y una parte de la población global está tomando conciencia sobre esta situación y de las distintas soluciones para contrarrestar los efectos del cambio climático.
Un ejemplo de estas acciones es la de la empresa londinense Brilliant Planet que alquiló 6100 hectáreas en el sur de Marruecos (entre el océano Atlántico y el Sahara al sur) para cultivar algas y contrarrestar las emisiones de gases invernadero.
Las algas marinas absorben el dióxido de carbono (CO2) atmosférico y emiten oxígeno mediante la fotosíntesis. La fotosíntesis es un proceso que utiliza la energía del sol para convertir el CO2 y el agua en azúcar y oxígeno. El oxígeno se libera a la atmósfera, mientras que el azúcar se utiliza para alimentar el crecimiento de las algas.
Asimismo, se estima que estas plantas absorben alrededor del 50% del CO2 que se emite a la atmósfera. El CEO de la empresa internacional desarrolló un método para cultivar algas a un ritmo exponencial que comienza en la germinación de las algas en un laboratorio para luego pasar a piscinas de 12.000 metros cuadrados de agua de mar de origen local.
Según el director de Brilliant Planet, Adam Taylor, contó a CNN, este procedimiento imita el proceso natural de floración de algas marinas logrando que un pequeño tubo de ensayo con estas plantas puede multiplicarse hasta llenar 16 piscinas gigantes en tan solo 30 días y hacerlo en el desierto es ideal porque son terrenos económicos y excelentes para no competir con los bosques u otras empresas.
Según la compañía británica, las algas se extraen del agua, luego se bombean a una torre de 10 pisos y se pulverizan en el aire del desierto. En los 30 segundos siguientes el aire caliente seca la biomasa de las partículas dejando copos de algas hipersalinas que pueden recogerse y enterrarse a poca profundidad para que puedan absorber el dióxido de carbono por miles de años.
Este tipo de soluciones podrían representar un gran avance científico para contrarrestar el calentamiento global y si se implementa a nivel global -junto a otras acciones como la transición a energías renovables y limitaciones a las principales empresas emisoras de dióxido de carbono- podría contribuir a los distintos gobiernos a limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados.
Comentarios