Cuidó un predio en Catriel por 30 años y lo quieren desalojar: «Iba a resistir solo, pero la gente me acompañó»
Roberto Corsino es un criancero de 53 años que decidió resistir un desalojo. El dueño del predio donde vive le había prometido la titularidad de la tierra, pero murió años atrás.
Roberto Corsino resistió un desalojo en Catriel con el acompañamiento de otros pobladores de la zona. El hombre de 53 años vive en el Lote 6, en la zona rural aledaña a Catriel, a muy pocos metros del cementerio, desde hace 30 años. Tras la muerte del propietario de la tierra, su hija lo denunció.
Corsino nació en La Pampa, pero se radicó en Catriel en la década del 70, siendo muy chico, cuando su padre, un obrero rural, consiguió trabajo en uno de los campos. Sus bisabuelos, indicó, fueron los primeros pobladores de la localidad.
Treinta años después, este pequeño criancero de cerdos, gallinas, patos y pavos cultiva una huerta. «Es lo que hacemos la gente de campo. Vivo de mis animales en pequeña escala y cosecho verduras. Produzco mi propia comida. Mi salud no está del todo bien: la junta médica determinó que tengo un 80% de discapacidad por mi artrosis de columna», confió este catrilense a RÍO NEGRO.
El problema, relató, comenzó años atrás cuando un matrimonio oriundo de Catamarca le vendió un lote de dos hectáreas a un vecino suyo en 1994. «Él me ofreció que le cuide ese predio y lo trabaje. Nunca hubo ningún problema, pero finalmente no pudo pagar la tierra y lo sacaron del lugar«, expresó Corsino.
Dos años después, el catamarqueño titular del predio viajó hasta Catriel y a través de un contrato firmado por un escribano, le ofreció a Corsino ocuparse de su tierra. «Sucede que hay mucha gente que se mete en los campos abandonados. Pasaron los años y nunca hubo un solo problema. Los viejitos siempre fueron muy atentos conmigoy se preocuparon por mi, incluso por mis problemas de salud», reconoció Corsino.
«Un día -agregó-, Botturi me dijo que vendería el campo, perso se comprometió a darme un lugar para construir mi casa para pagarme tantos años de cuidado. Me dijo que tomara posesión, que íbamos a escriturar. Pero siempre fue de palabra, como hacíamos antes. Confiábamos entre nosotros», indicó.
Corsino aseguró que él mismo había cerrado el predio con materiales propios, ante varios intentos de personas para ingresar al lugar. «Botturi fue bueno conmigo, así como yo lo fui con él. Pero antes de escriturar, murió. Ahí empezó el problema. Porque la hija heredera me vino a correr diciéndome que me tenía que ir. Le dije que no me iba a ir nada y empezaron las amenazas«, dijo.
Tras varios idas y vueltas, hubo un acuerdo entre las partes y la mujer accedió a que Corsino se quedara en el lugar aunque trasladándose a una distancia mayor de 200 metros. «Según ella, los lotes que me habían dado eran lo más caros. Firmamos un contrato y acordamos que yo debía abrir una calle, limpiar el predio y hacerme cargo de la mensura. Hice todo. Levanté mi casa, traje mis animales, hice mi huerta. Mi salud ya no era buena, pero cumplí con todo», advirtió.
El problema fue que le daban seis meses para escriturar y según relató el hombre, la escribana le sugirió esperar a que saliera la sucesión porque «antes no podía hacerse el trámite». «Me confié en eso y fue mi error porque me hicieron un juicio de desalojo, entiendo que por incumplimiento de contrato«, dijo.
Cuando le entregaron la notificación con la orden de desalojo, Corsino tenía algo en claro: no abandonaría el lugar. Cuando llegó la policía y los oficiales de justicia el viernes pasado, pensó que resisitiría solo. Pero esto no pasó. «Mucha gente vino espontáneamente a acompañarme. Somos gente honesta y los antiguos vecinos me conocen todos. Mi idea era no involucrar a nadie. Iba a resistir solo porque es totalmente injusto y no hice nada malo. Siempre fui fiel. Nunca me quedé con nada de ellos. Por eso, no tengo otra que defenderme», sentenció.
Resaltó que «lleva 30 años cuidando el predio en una zona de tomas. Si no fuera por mí, hoy tendrían muchísimos otros problemas. He dejado mi vida en este campo. Acá se murió mi hijo. Y te pagan de esta manera. si me lo dieron, ¿por qué me lo quitan después?».
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