Cuáles son las recomendaciones de los médicos para los niños y adolescentes ante un viaje de egresados

Con una diferencia de pocos días, una estudiante de 18 años murió en Bariloche a causa de un shock séptico producido por una mononucleosis y una adolescente de 13 años fue diagnosticada con Influenza B al regreso de su viaje a Carlos Paz. También murió.

Bariloche es el destino número uno para el viaje de egresados. Foto: archivo

Días atrás, dos estudiantes, de 18 y 13 años, murieron a causa de un shock séptico, una falla multiorgánica. Uno de los casos ocurrió en Bariloche donde la joven se encontraba en viaje de egresados; el otro tuvo lugar en Misiones, al regreso del viaje de séptimo grado en Carlos Paz.

Una de las jóvenes oriunda de la localidad de Verónica, a 90 kilómetros de La Plata, se encontraba de viaje de egresados en Bariloche donde tras una consulta en la guardia por un cuadro febril, dolor de garganta y fatiga, le confirmaron un diagnóstico de mononucleosis. Le diagnosticaron reposo, pero la muchacha sufrió dos paros cardiorespiratorios y un shock séptico que le ocasionó la muerte.

La otra tragedia involucró a una niña de 13 años que, al volver de Córdoba, quedó internada en una clínica de Misiones con un diagnóstico de Influenza B. También sufrió una falla multiorgánica y murió.

Desde la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche (Ateba) confirmaron que todas las empresas del sector disponen de una ficha médica de cada estudiante con todos sus datos pesonales, «incluso el grupo sanguineo».

«En el caso de la ficha médica de la chica que murió en Bariloche, no figuraba nada. Tenía todas las vacunas, incluso la antitetánica, como todo los datos clínicos. No tenía indicada medicación, no tenía nada», señalaron desde la entidad, al tiempo que agregaron: «El 5 de octubre fue al médico por un cuadro de fiebre, es decir un día antes de salir. Pero lo cierto es que la planilla médica estaba hecha desde hacía dos semanas y no indicaba nada».

Desde Ateba insistieron en que «en esto, las empresas de turismo estudiantil son muy rigurosas con el tema de los chequeos médicos. Incluso, en muchos casos, la ficha médica está cargada en la pulsera que tienen los pasajeros. Ahí figuran todos sus datos clínicos, grupos sanguíneos y todo lo demás».

Control exhaustivo más allá de la ficha médica

Antes de emprender un viaje de egresados, el médico pediatra Fernando Risso recomendó hacer un control previo con el pediatra de cabecera que ya cuenta con un conocimiento pormenorizado del paciente.

«Es verdad que está el certificado con la ficha médica que exige la emprea. Pero no debería pasar solo por el trámite de firmar la ficha: debe haber un control completo de salud, con el detalle de los antecedentes, que brinde información a las empresas y acompañantes a fin de que estén preparados en caso de alguna contingencia médica», especificó Risso que es director de la Región Patagónica Andina de la Sociedad Argentina de Pediatría (abarca Neuquén, Cipolletti, Roca, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Villa La Angostura, Bariloche, El Bolsón y Esquel).

Insistió en la importancia de revisar al paciente antes del viaje para descartar alguna enfermedad reciente. «Hay quienes se enferman antes de viajar y en ese caso, según el diagnóstico, se le puede recomendar cancelar el viaje«, advirtió.

Dijo que los controles para completar la ficha médica suelen realizarse un mes o 15 días antes del viaje cuando «el paciente está perfecto de salud». «En ese momento, está autorizado para viajar. Pero si se enferma justo unos días antes de viajar y tiene fiebre o se siente mal, es necesario reiterar la consulta para conocer qué está pasando y si eso le permite viajar o no. La idea es que no viajen enfermos. Entiendo que son viajes muy esperados por los chicos pero los pueden poner en riestos a ellos o a los compañeros», aclaró el médico del Centro Pediátrico Melipal.

Recalcó que hay pacientes que tienen «condiciones especiales o enfermedades crónicas que atender durante el viaje y pueden surgir imprevistos», como casos de diabetes o asma que requieren su propia medicación.

Resaltó que en el control previo también se revisa el calendario de vacunación. En el caso de que el paciente viaje a Brasil, por ejemplo, se recomienda aplicar la vacuna contra la fiebre amarilla. No es una obligación para ingresar a ese país, pero es una sugerencia.

«También detallamos si hay alergia a algún alimento, a una medicación o a picaduras. Un celíaco no puede comer con glutten. Toda esa información se detalla en esa ficha», puntualizó.

La responsabilidad de la empresa que excede lo médico

Risso destacó que también existe una responsabilidad por parte de la empresa de turismo estudiantil que «excede lo médico» para estar atentos a problemas que puedan presentar los pasajeros. «La empresa debe tratar de generar un ambiente de viaje que disminuya al mínimo la posibilidad de lesiones. Si plantean actividades de verano, al sol, por ejemplo, asegurar la protecicón solar o evitar los golpes de calor o la deshidratación», especificó.

Planteó la necesidad de contar con protocolos de atención en caso de «eventos de salud». «Si un chico se enferma, deben saber cómo proceder: si consultar al médico de hotel para esperar a ver cómo evoluciona o llamar a un ambulancia y trasladarlo a un centro médico. Eso lo debe tener claro la empresa. Comunicar este tipo de situaciones a los padres también es importante. Si un chico se enferma, deben garantizar la comunicación con sus padres y pediatra«, concluyó.


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