Cristian y Esteban consiguieron «changas» en Neuquén y sueñan con conocer al «Petroka»

"Fue el único que nos sacó una sonrisa cuando la estabamos pasando mal", expresó uno de los trabajadores.

Cristian y Esteban son oriundos de Villa Gobernador Gálvez, una ciudad que forma parte del Gran Rosario.

Cristian Mansilla (37) y Esteban Portillo (44), los trabajadores de Rosario que fueron llamados para una obra en Neuquén y quedaron en la calle, finalmente consiguieron «unas changas» y agradecieron a los vecinos por la difusión de su búsqueda laboral. Ahora sueñan con conocer a «Marito El Petroka» y visitar Vaca Muerta.

«Agarramos una changuita, con el compañero estamos re contentos. Gracias a Dios estamos recibiendo llamados«, contó Cristian y detalló que el próximo trabajo que realizarán será la reparación de un sistema de cloacas en «un edificio del sector barrio Norte».

«Ahora estamos con la esperanza de que vamos a conseguir algo mejor. Ojalá agarremos una obra completa, eso nos ayudaría muchísimo», agregó y mencionó que su próximo deseo es conocer al humorista «Marito El Petroka», quien los ayudó a pasar los malos momentos desde su llegada a la provincia, el pasado 14 de septiembre.

«Nos ayudó mucho psicológicamente, fue el único que nos sacó una sonrisa cuando la estabamos pasando mal», comentó y remarcó que su anhelo es sacarse una foto con el comediante, o como hace llamarse Marito, «el embajador del oro negro».

A través de él, los trabajadores explicaron que escucharon hablar sobre la actividad petrolera en Vaca Muerta. «Queremos llegar a Añelo y conocer los yacimientos. Sería una experiencia más en nuestro currículum y una experiencia de vida», expresó Cristian.


Agradecidos por el trato de los vecinos de Neuquén


Si bien su llegada a la provincia fue desalentadora, Cristian y Esteban remarcaron que el trato de los vecinos desde un primer momento fue «increíble», lo cual los sorprendió enormemente.

Los trabajadores llegaron hace tres semanas a Neuquén por una promesa de trabajo.

Al respecto, Cristian contó que: «Barrio donde nos metemos la gente nos recibe, nos ofrece comida… Es increíble cómo con lo poco que nos conocen, nos brindan lo poquito que tienen, nos dan abrazos y nos aconsejan».

En línea con esto, agregó que: «La calidad de la gente es increíble y el trato te da más ganas de seguir quedandote. Lo ideal sería que nuestras familias vengan para acá. Vamos a seguir insistiendo».


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