Cordones del Chapelco: piden justicia por contaminación en San Martín de los Andes
Son más de 5.000 familias que durante 2 años padecieron olores nauseabundos y problemas de salud por el vertedero de barros cloacales en las cavas del basurero municipal.
El 6 de diciembre, la fiscalía de Medio Ambiente de la provincia apelará en ciudad judicial de Neuquén el fallo absolutorio del primer juicio por contaminación ambiental que se llevó a cabo en San Martín de los Andes en septiembre. Vecinas y vecinos autoconvocados y organizaciones ambientalistas sanmartinenses esperan una segunda oportunidad para ser escuchados.
Consideraron que no fue justo que el tribunal del juicio sostuviera que tenían razón sobre la desidia gubernamental y el accionar privado que les afectó la vida, muchos con consecuencias en su salud.
“Pensábamos que se ganaba, nosotros buscamos justicia”, dijo AmeliaSaftich, una de las vecinas autoconvocadas de la chacra 30 de San Martín de los Andes.
Vecinas y vecinos del sector cordones del Chapelco describieron a los jueces los padecimientos que tuvieron durante dos años por una montaña de barro cloacal sin tratar que se mantenía como parte del paisaje en el mismo lugar en el que compraron un terreno, o frente a donde se diagramó un plan de viviendas.
Desconocían que el vertedero de bolsas de residuos y de cloacas era parte de la urbanización cuando proyectaron sus viviendas y su futuro. “Ahora sabemos lo que pasaba, pero cuando cada uno compró el lugar o se instaló en los cordones, nadie nos informó. En el juicio supimos que los barros no estaban tratados porque salía caro y por reclamar, fuimos constantemente maltratados”, recordó.
Explicó que si se logró la limpieza del vertedero de basura, fue por el amparo que se inició tras el pedido de los vecinos autoconvocados. Y sobre ese lugar que debían remediar, echaron los barros sin que la municipalidad actuara.
Comenzaron unas 80 personas de la manzana 30 y 32. Aún no había comisión vecinal, se fueron sumando los de las chacras 26, 28 y el barrio Las Nalcas.
Según el estudio epidemiológico que fue el fin del vertedero, la afectación alcanzó a unas 5.000 familias. “Contamos lo imposible que era vivir con esto, algunos se fueron por recomendación médica, por suerte pudimos dar nuestro testimonio. Tuvimos que ir hasta Neuquén y meternos en la fiscalía para que nos escucharan, lo estábamos pasando mal, era ilegal lo que ocurría, ese basurero a cielo abierto que tenía 20 metros de altura de barros cloacales y lo imposible que era vivir con eso”, sostuvo.
Recordó que en los medios de comunicación se les endilgaba a los vecinos la responsabilidad de vivir enterrados en la podredumbre “porque no reciclábamos, se burlaban de nosotros”. Fue un sabor amargo la sentencia absolutoria para las tres personas a las que se responsabilizó por el vertido ilegal de residuos contaminantes.
Lo único que les trajo consuelo fue que “salió a la luz el desastre y la desidia”, lo mal que lo pasaron los vecinos, las familias que debieron abandonar la casa que habían construido por recomendaciones médicas y que quedó en claro hubo incumplimientos de los privados que operaban en el lugar y una municipalidad que eligió mirar hacia otro lado cuando vio los procedimientos irregulares.
“Sabían cómo estaba el basurero y seguían diagramando loteos, entregando casas, armando urbanizaciones. Muchos de nosotros levantamos nuestras casas con el programa Procrear”, describió.
Ocurrió entre 2016 y 2018. “Más allá de la bronca y amargura, esperamos porque no está todo dicho”, sostuvo Amelia.
Para el fiscal de delitos ambientales, Maximiliano Breide Obeid, la sentencia absolutoria fue arbitraria, dijo que se aplicó de modo incorrecto la ley por una mala interpretación legal.
En la sentencia, el tribunal encontró que hubo afectación a la salud y al bienestar de las urbanizaciones de los barrios en los cordones del Chapelco pero, como no se podían catalogar de peligrosos los residuos cloacales, se absolvió tanto a los empresarios como a la encargada de Medio Ambiente.
Breide insistió en que los jueces reconocieron que la fiscalía probó todos los hechos por los que acusó, y aún así “en una decisión ilógica e irrazonable”, absolvieron. Dijeron que no podían condenar a los responsables de producir la montaña cloacal por no catalogar como residuo peligroso.
“Es una decisión ilógica e irracional, decimos que son demasiados estrictos, no hay una aplicación correcta de la ley de medio ambiente, se aparta del derecho, de las convenciones del medio ambiente como un derecho humano: hay afectación de la salud por contaminación, se puede revertir esa sentencia”, sostuvoBreide Obeid. “Si el tribunal de Impugnación no nos hiciera lugar, vamos a recurrir a la Corte”, dijo.
Dos años de mal vivir y padecer olores nauseabundos
“Esos barros asquerosos, tirados así nomas, entre la basura, a metros de nuestras casas no fueron considerados residuos peligrosos”, se quejaron los vecinos y por esa definición, “no hay delito” para los jueces, cuestionaron.
“Con esa decisión, nadie se hace cargo de nada”, aseguraron las vecinas y vecinos de la chacra 30 y 32 de la zona de Cordones del Chapelco. “Padecimos durante meses. La caca se tiró y aquí no pasó nada”, plantearon. Para las familias de la zona, fue violencia institucional los destratos padecidos por parte de representantes del Concejo Deliberante, de la ex intendenta Brunilda Rebolledo y sus funcionarias y funcionarios.
A través de un comunicado barrial declararon “persona no grata” a quienes tiraron barros cloacales sin tratar a la celda 5 del vertedero, Pedro y Pablo Werefkin, así como a la funcionaria municipal absuelta Julieta Muñiz Saavedra. Recordaron que desde el nacimiento del barrio en 2010 lograron ganar batallas como la clausura del basurero municipal y el traslado de la planta de transferencia de basura, en tanto destacaron el acompañamiento y la escucha permanente tanto del Defensor del Pueblo, Fernando Bravo, como el fiscal de delitos ambientales, Maximiliano Breide Obeid.
En 2018 la quinta celda del vertedero municipal de San Martín de los Andes alcanzó los 20 metros de altura de barros cloacales sin tratar. Alrededor, el municipio otorgó lotes y entregó viviendas sin planificar el cierre de ese basural.
Único juicio por contaminación ambiental en Neuquén
Los absueltos en el juicio por contaminación ambiental fueron los hermanos Pedro y Pablo Werefkin, encargados de l vertedero de residuos domiciliarios y acusados de contaminación peligrosa por haber tirado allí los barros cloacales sin tratar.
La ex funcionaria municipal, Julieta Muñiz Saavedra (coordinadora general del Control Municipal) también fue absuelta de incumplimiento de deberes y contaminación peligrosa para la salud pública.
No había antecedentes de que llegara a juicio una investigación por contaminación ambiental en Neuquén. El fallo fue del tribunal integrado por Maximiliano Bagnat, Laura Barbé y Leticia Lorenzo. El miércoles a las 9, un tribunal de Impugnación deberá resolver la apelación.
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