¿Conocés a las orcas? Las hembras lideran manadas, viven 90 años y cazan en grupo, aprendé todo sobre ellas

No tienen ‘buena prensa’.Porque al ser predadoras ‘tope’ (las que están en la cúspide de la cadena alimenticia), para alimentarse suelen comerse a especies más carismáticas, como los delfines y lobos marinos. Sin embargo lo poco que se conoce de ellas es digno de asombro, ya que demuestra que tienen una dinámica de grupo y una capacidad de adaptación admirables.

Se trata de las orcas, que también pertenecen a la familia de los delfines oceánicos, que son los que se mueven en aguas más profundas. Puntualmente son cetáceos odontocetos. Se llaman así porque tienen dientes. Los de ellas son cónicos y muy potentes, por eso, pese a ser más pequeñas que otros animales que podrían formar parte de su ‘menú’ (ballenas y tiburones, por caso), pueden despedazar sin problemas a sus presas.

Lo más fascinante son sus técnicas de caza. Esos comportamientos son unos de los pocos que fueron documentados por varios expertos. Varían según la zona en la que habitan, ya que esas condiciones contribuyen a afianzar determinadas prácticas, que tal vez no desarrollan en otros puntos.
La que más asombra es la que utilizan en Punta Norte, un lugar que está en Chubut, al noreste de la península Valdés. Allí suelen abundar, entre otros, lobitos marinos de un pelo.

Lo que hacen, con la finalidad de cazarlos, son varamientos intencionales. «Esto no es para nada común en otras zonas. Evidentemente lo que ocurrió es que un ejemplar de la especie aprendió a ‘vararse’ para capturar lobos. Y la técnica se trasladó a los otros, que la repiten hasta hoy. Esto es, se acercan a la costa y se quedan afirmados en la orilla. Pueden esperar hasta una hora para efectuar el ataque. No sin riesgos, porque son individuos de gran peso, y ese varamiento podría ser irreversible si las condiciones del mar varían. Se ha visto incluso como las orcas ‘practican’ esta técnica de caza ante juveniles (cachorros) de la especie» explicó Enrique Crespo, un investigador del laboratorio de mamíferos marinos del Centro Nacional Patagónico (Cenpat).

Otra de las técnicas que suelen aplicar es la que utilizan, generalmente, en la zona de Punta Villarino, que está en el Puerto San Antonio Este, en Río Negro, a 65 km de las playas de Las Grutas.
«Lo que hacen es nadar en círculos alrededor de los delfines, y perseguirlos por largo rato, hasta que los cansan» contó la doctora Magdalena Arias, que es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones (Conicet), el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (Cimas) y docente de la escuela de ciencias marinas de la Universidad del Comahue (Unco).

Por otra parte los biólogos coinciden en lo fácil que es determinar que un grupo de ellas está ‘en zona’, por el cambio drástico que muestran aquellos animalitos que podrían ser blanco de sus ataques.

«Uno empieza a ver animales cerquísima de la orilla, en números para nada habituales. Pasó el otro día en Las Grutas, por ejemplo. Muchísimos lobos se acercaron a la playa, y después se supo que las orcas andaban merodeando» dijo Arias.

Su poder de caza atemoriza a cualquier especie, más allá del tamaño. «Recuerdo haber visto un video dónde tres ballenas francas huían, muy pegadas entre sí, hacia el interior de la bahía San Antonio, mientras que más lejos se veía el avance de estas predadoras, qué, en proporción, son muchísimo más pequeñas» agregó la bióloga.

Otra característica destacable es su gran longevidad. Las hembras de la especie pueden llegar a vivir 90 años, y 60 en el caso de los machos. Además tienen las gestaciones más largas dentro del grupo de cetáceos. «Duran entre 15 y 17 meses. Las crías las tienen cada tres o cinco años. Ellas llegan a su madurez sexual a los 12 o 14 años, y los machos a los 15 o 20» apuntó la mujer.

La estructura social que conforman también es llamativa, porque arman matriarcados. Son ‘matrilineales’, según la voz científica. «Las hembras lideran. Se forman grupos de tres o hasta 30 individuos. Generalmente, en nuestra zona, se ven grupitos de 10. Los componen los descendientes de esas hembras adultas, sus hijos y nietos. Es más, al llegar a su etapa reproductiva los machos del grupo van a aparearse con orcas de otras colonias. Es una conducta natural, que preserva la salud de la especie» explicó Arias.

En relación a su alimentación, un estudio determinó que el 60% de su dieta se compone de lobos marinos y delfines, un 25% de tiburones y rayas y el porcentaje restante de peces.

Eso es diferente en otros países del mundo. En Canadá, por caso, los grupos de orcas son más numerosos, menos nómades y comen mayor cantidad de peces. Por eso se presume que al tener ese alimento tan disponible lo eligen por sobre otros, al igual que optan por moverse menos, porque navegan por un área donde tienen comida abundante.

La dieta también aportó datos útiles sobre las que llegan a esta zona de la Patagonia, comprendida entre las costas de Río Negro y Chubut.

«Acá están comiendo orcas que también lo hicieron en el subtrópico (Brasil, por ejemplo) y en la Antártida. Eso indica que las que vemos se trasladan mucho, tienen un área de distribución muy amplia. No existen grupos de ‘residentes’, como los que habitan en Canadá» finalizó Crespo.